Chávez llegó a la ONU para golpear sin compasión. Llegó con un libro de Chomsky, llegó con documentos de la cumbre de los No Alineados, pero principalmente con el alma y con los pies ligeros. Llegó como aquel Muhama Ali de finales de sesenta, bailando como una mariposa y picando como una avispa. La pobre reacción del embajador de EE UU John Bolton era patética: “Chávez puede decir aquí lo que él no le permite hablar en su país a la oposición”. Es decir, Bolton no sabe que aquí en Venezuela tenemos líderes de la oposición que le han mentado la madre al Presidente de la República, y andan por allí tan frescos y tranquilos. Bolton no sabe que aquí tuvimos gente de los medios que le pedía a los expertos asesinos del Mosad que mataran a Chávez con un arma de precisión y con mira telescópica. Todos los jalabolas de Estados Unidos quedaron aplastados por la elocuencia pulverizadora de Chávez. Qué escucharemos decir mañana a Rosales sobre las palabras de Chávez en la ONU, que nuestro Presidente es grosero, insultante y terrorista. Las mismas pendejadas que dice todos los días Julio César Pineda, el comentarista de Globovisión. Imaginemos por un segundo a Manuel Rosales presidente de este país, dando un discurso en la ONU. ¿Quién coño le prestaría atención, quién coño lo aplaudiría? ¿Qué libro podría recomendar Rosales a la ONU, un tipo que no sabe redactar una carta, ni coordinar una sola idea? Hay que decir que Rosales no le da por los talones, por ejemplo, al mismo Lusinchi, quien era un verdadero idiota y badulaque, pero a eso tan bajo han llegado los desesperados de la derecha. Imaginemos por instante la política exterior de Rosales, restringida a lo que le dicte el imperio. De sólo pensarlo provoca náuseas. Imaginemos a Rosales decir que él ha llegado a la ONU a cobrar porque ha ganado. Imaginemos por un instante gritar que él no se le sienta en las piernas a Fidel Castro.
Definitivamente la oposición venezolana está de pésame porque Chávez nuevamente ha mandado al carajo a imperio norteamericano. Porque ha dicho que la más grande amenaza que se cierne sobre nuestro planeta es la pretensión hegemónica del Imperialismo Norteamericano, la cual pone en riesgo la supervivencia misma de la especie humana.
Porque ha llamado a Bush el Diablo y de los Estados Unidos, que la amenaza la tienen en su propia casa.
Rosales está cagado de sólo pensar la audacia de nuestro Presidente para decir las cosas sin ambages, por decir que Bush es un tirano mundial, y que sus palabras están llenas de cinismos, de hipocresía, y que su modelo de democracia es le de las elites, la que se impone a bombazos, a bombardeos y a punta de invasiones y de cañonazos. El mismo tipo de democracia que quiso decidir aquí Fedecámaras y la CTV con Carmona Estanga a la cabeza. La democracia que Rosales apoyó y firmó en Miraflores. La oposición está de pésame porque Chávez le ha dado también en la madre a los malditos mercenarios del Estado de Israel, esos que están financiando la campaña de Rosales. Hoy veremos con qué nos adereza la tarde el Mataduras, arreglando el show del terrorismo que defiende Chávez, enriqueciendo uranio para mandarlo a Irán. La cosa está que arde, y nosotros aquí abajo con deseos de enrolarnos en una guerra total contra el imperio. Así estamos.