La burguesía yankee era la misma que imperaba en Inglaterra. He dicho que el burgués no necesariamente tiene que ser una persona rica, no, no, existen pobres de solemnidad que poseen una exagerada autoestima que llega a rayar con la estupidez. Así, pues, fueron los líderes emigrantes ingleses que dejaron esa fuera la conducta a utilizar, muy enconadamente, en las cuestiones a ser tratadas por el Estado gringo. Bueno, esa conducta ha prevalecido todo este tiempo y por las buenas no dejarán de aplicarla, y aunque pareciera muy cuesta arriba lograr le pongan dos a esa manía, sin duda llegará el momento que otras naciones la forcé a portarse decentemente y el ultraje se acabe. Pero ahora veamos que sucedía en tiempo de independencia. La independencia de Hispanoamérica amenazaba los fuertes intereses expansionistas de los Estados Unidos, con sus miras inmediatas en las Floridas, México, Cuba y Puerto Rico, aunque ya algunos líderes estadounidenses añoraban ser los dueños del mundo. La gente de Kentucky, de donde destacaba el ex presidente John Adams, 1797-1801, en 1804 estaba llena de ansias de emprender cuanto antes tal empresa y su avidez se hace sentir; tal sucedió con los romanos en sus mejores tiempos. Aquellas ansias de los oriundos de Kentucky, explica el por qué los Estados Unidos, bajo la presidencia de Thomas Jefferson (1801-1809), niega en 1806 el apoyo al venezolano Francisco de Miranda, cuando éste preparaba una expedición para iniciar la lucha independentista en Venezuela, ello a pesar de que Miranda había prestado una inestimable ayuda en la independencia de las Trece Colonias Inglesas.
El 10 de diciembre de 1810 el Congreso de los Estados Unidos aprueba una Resolución Conjunta. En su parte dispositiva señalaba entre otras cosas "que, como vecinos y habitantes del mismo hemisferio, los Estados Unidos sienten profunda solicitud por su bienestar; y que, cuando esas provincias hayan logrado la condición de naciones, por el justo ejercicio de sus derechos, el Senado y la Cámara de Representantes se unirán al Ejecutivo para establecer con ellas, como Estados soberanos e independientes, relaciones amistosas y comerciales. De esta resolución se desprendía el que los revolucionarios hispanoamericanos tenían que luchar solos contra España y vencer totalmente a ésta para entonces ser reconocidos por los Estados Unidos. Estimado lector, dese cuenta cual fue la solidaridad que prestó el gobierno de Washington D.C. a la independencia de Hispanoamérica. Ya Simón Bolívar, en su célebre Carta de Jamaica de 1815, refiriéndose a la posición del gobierno de los Estados Unidos señaló: …"hasta nuestros hermanos del norte se han mantenido inmóviles espectadores de esta contienda, que por su esencia es la más justa, y por sus resultados la más bella e importante de cuantas se han suscitado en los siglos antiguos y modernos"
El 3 de marzo de 1817, a iniciativa del presidente norteamericano James Madison, 1809-1817, el Congreso de los Estados Unidos aprobó una nueva ley de neutralidad, dirigida abiertamente contra la revolución Hispanoamericana. Madison había cedido ante las presiones del ministro español Luis de Onís. Según esta nueva ley, cualquier ciudadano que armara un buque privado que pudiese ser utilizado contra un estado en paz con los Estados Unidos, sería castigado con 10 años de prisión y 10 mil dólares de multa. William Cobbett, periodista británico, preguntaba en un folleto publicado en esos días, si realmente era neutral negar armas a un hombre desarmado que peleaba contra otro bien armado. Más, por si fuera poco, el gobierno de los Estados Unidos no solo se declara neutral en el conflicto entre España y la Revolución Hispanoamericana, sino que deja se le preste a España todo el apoyo logístico necesario, negándose a tomar medidas represivas contra los infractores de su singular neutralidad. Las acciones represivas de los Estados Unidos solo se producían si se trataba de alguna acción que favoreciera a los patriotas. Cuando el gobierno republicano de Venezuela dispuso por decreto del 6 de enero de 1817 el bloqueo de Guayana y Angostura, decreto que fue publicado incluso en los Estados Unidos, los buques mercantes norteamericanos hicieron caso omiso al mismo y burlaron sistemáticamente el bloqueo. En ese mismo año de 1817 fueron capturadas por las fuerzas marítimas de Venezuela las goletas norteamericanas Tigre y Libertad, cuando llevaban recursos bélicos a los realistas.