Todo empezó cuando el primer libertador del siglo XXI o el último del período pasado, Hugo Rafael Chávez Frías, declaro a la república de Venezuela, libre, antiimperialista y para rematar bolivariana. El imperio del mal, guarecido por la OTAN, financiado por las bancas, multinacionales de fármacos, armas, comunicación, petróleo y otros, juntos la tomaron literalmente como una declaración de guerra, siendo esa la segunda ocasión. La primera fue por mucho menos, a mediado de 1982, en el gobierno de Luis Herrera Campins, por tan solo oponerse a abastecer de combustible a los navíos de guerra ingleses, quienes venían a matar a los argentinos en la Malvinas, le implementaron la guerra económico a la república, engendrando el fatídico viernes negro, acompañado con la devaluación a la moneda.
La república de Argentina como lo demás países latinoamericano, les deben muchos favores a Venezuela. En el gobierno de Kirchner, como siempre, otra vez la administración de la tierra que engendro a Simón Bolívar, auxilia al estado argentino, con las compras de bonos y liquidez para confrontar los inhumanos fondos buitres. Lo más sorprendente, es la forma de pago o agradecimiento del novedoso presidente de Argentina, el obtuso Macri, le paga al pueblo venezolano, quienes se les consagraron los fondos del gasto público, desviándolo para socorrer al gobierno y pueblo argentino, ahora el nefasto auspicia conjuntamente con el gobierno Green-Go, a implementar un embargo petrolero a Venezuela y con todos dentro de ella.
En esta ocasión la guerra económica es más prolongada y acometedora, agregando las desidias de los políticos supuestamente antiimperialista, le cedieron un espacio para que los tentáculos del mal, exprimieran el valor del capital y liquidez de los venezolanos. Durante una guerra de cualquier índole, siempre engendra una emigración masiva hacia el exterior en búsqueda de un supuesto destino mejor, ya que no están dispuestos a resistir las continuas arremetidas contra sus bienes. Algunos simplemente no pueden costear una emigración con su familia, quedándose en contra su voluntad, otros son quienes se encuentran enchufado de una u otra forma con el gobierno nacional y están cómodos, finalmente, quedan los más nobles y honorables de todos, pero siempre terminan traicionados, es el pueblo en general, opositores o quienes apoyan al oficialismo, tendrían que sobrellevar juntos la resistencia de esta inexplicable e inaguantable situación económica. No es tiempo de culparse mutuamente sino al contrario aprender de los errores
Siempre es fácil echarle la culpa a un tercero, lo irónico es que siempre tercamente y sin prueba alguna termina creyendo sus señalamientos. En realidad todos traicionaron a la república Bolivariana, desde el exterior hasta el interior, en el caso de la sociedad venezolana todos fueron cómplices y culpables de algún cargo en contra la inestabilidad de la república.
El gobierno ingenuo y confiado por la lealtad del pueblo, literalmente facilito el más mínimo derecho al pueblo, los cupos viajeros hacia el exterior, igualmente porción para el sostén familiar en el extranjero, subsidiar las medicinas, alimentos, combustibles, cemento, hierro, y muchas otras ítems de primera necesidad, los importadores, estudiantes en extranjero a los espectaculares películas de ciencia ficción creadas para las compras de devisas del estado. El resultado la gran mayoría del pueblo le saco provecho y viajaron hacia el exterior, las familiares dependientes en el extranjero se cuadriplicaban, todos los ítems subsidiado anduvieron con las intenciones exclusiva para el consumo del pueblo, pero fueron extraídos por venezolanos del territorio nacional y revendida cruzando la frontera. Para completar en todo el territorio nacional cambia el efectivo por el doble o más en transferencias y finalmente los billetes terminan en forma de carteras y bolsos.