Una cosa es invadir… otra muy distante es lograr permanecer en el territorio invadido… y una finalmente diferente a todo lo anterior es… vencer históricamente.
La derecha latinoamericana, tan clasista y antipatria, tan dependiente y carente de identidad propia, siempre ha apostado al apoyo irrestricto e irracional de los halcones de Washington DC y a la consiguiente invasión militar de tropa extranjera (generalmente estadounidense) para que le saquen las castañas del fuego.
Como es habitual, esa derecha –a objeto de poder subsistir políticamente- solicita de manera permanente ‘oxígeno’ a los Estados Unidos de Norteamérica, país que le entrega dinero (vía préstamos o créditos ‘atados’ que terminan siendo pagados por el pueblo trabajador), tecnología y apoyo moral a sus dependientes lacayos del patio trasero. En muchas ocasiones esa ayuda se transformó en invasión militar, violenta, sangrienta, como ocurrió en Granada, Haití y Panamá, por mencionar sólo los casos más recientes en América Latina.
En materia de guerras e invasiones es un hecho conocido el actuar de USA en el planeta en estos dos últimos siglos. En nuestro bello subcontinente latinoamericano, los yanquis tienen una agenda de terror, la cual, puntualmente, siempre fue aplaudida y cobijada (en algunos casos, ‘solicitada’) por la derecha política y económica de las naciones del ‘patio trasero’. Vea usted, amigolector, algunos hechos de la mentada agenda.
Año 1846: el estado mexicano de Tejas (Texas) solicita el apoyo del gobierno y del ejército de EEUU para independizarse de México y, luego, anexarse al país norteño. Desde Washington se ordena el apoyo con dinero, soldados y armas a la solicitud de los tejanos que, en un porcentaje significativo, eran ‘gringos’ asentados en ese estado mexicano.
Año 1848: El Tratado de Guadalupe Hidalgo, firmado entre México y los Estados Unidos el 2 de febrero de 1848, al final de la Guerra de Intervención Estadounidense, estableció que México cedería casi la mitad de su territorio, que comprendía la totalidad de lo que hoy son los estados de California, Arizona, Nevada y Utah y parte de Colorado, Nuevo México y Wyoming.
En 1898: Estados Unidos declara la guerra a España e invade las dos últimas posesiones coloniales hispanas: Filipinas y Cuba. Independizadas ambas de la corona europea, pasan a ser verdaderos "estados cautivos" dirigidos por los gobernantes sitos en Washington.
Año 1934: El presidente cubano Ramón Grau San Martín fue derrocado por un golpe de estado urdido por el entonces coronel Fulgencio Batista y por el Embajador norteamericano en La Habana, Jefferson Caffery. Gracias a ese cuartelazo y al automático reconocimiento de la Casa Blanca, fue impuesto como Presidente de la República de Cuba el coronel Carlos Mendieta (1934-1937). A pesar de que durante su mandato formalmente se anuló la Enmienda Platt, Mendieta firmó el Tratado que le posibilitaba a Estados Unidos mantener de manera indefinida la ocupación militar estadounidense del territorio cubano donde aún está enclavada la mal llamada "Base Naval de Guantánamo".
Año 1944: Unidades de la Marina de Guerra estadounidense bloquean el puerto de Buenos Aires con el propósito de obligar al gobierno surgido de la contradictoria Revolución militar de 1943 (en el que ocupaba prominentes posiciones el entonces coronel Juan Domingo Perón), a romper sus relaciones diplomáticas y a declararle la guerra a las potencias integrantes del Eje Berlín-Roma-Tokio. El bloqueo se levantó cuando el Jefe de la Junta Militar argentino, general Pedro Ramírez, decidió romper sus relaciones diplomáticas con Alemania, Italia y Japón.
1944-45, Nicaragua: Paralelamente, y en contubernio con el Embajador norteamericano en Managua, Arthur Bliss Lane, el general Anastasio Somoza García, entonces Jefe de la Guardia Nacional formada por Estados Unidos, ordenó el asesinato de Augusto César Sandino y la sanguinaria destrucción de la cooperativa sandinista de Wililí. Nicaragua era ya, sin lugar a duda ninguna, territorio ocupado y explotado por el capitalismo norteamericano a través de las armas y de la imposición de u dictador colocado allí por la gente de Washington.
1948: El presidente Truman envía la primera misión de entrenamiento militar a El Salvador.
1953-1954: El presidente Eisenhower aprueba y ejecuta la operación P.B. Success para derrocar el presidente Jacobo Arbenz de la República de Guatemala.
Abril 1961: el gobierno de J.F. Kennedy, junto a exiliados cubanos de extrema derecha y cientos de mercenarios ingleses, norteamericanos y australianos, son derrotados completamente por las fuerzas armadas populares de Cuba en Bahía Cochinos, haciendo fracasar la invasión norteamericana a la isla.
En 1965: se efectúa la invasión de la República Dominicana por los Estados Unidos bajo el nombre de "Operación Power Pack". La intervención terminó el año 1966 una vez que Washington comprobó que el gobierno títere impuesto por los intereses norteamericanos estaba firme.
En octubre de 1983: en Grenada, por órdenes de Ronald Reagan fueron masacrados decenas de granadinos. Aquella fue una de las más sangrientas invasiones realizadas por el imperio norteamericano contra una nación virtualmente indefensa, como las lanzadas antes y después contra Nicaragua, República Dominicana, Panamá, Haití y otros países caribeños, al desplegar la fuerza de más de 6.000 "marines" con apoyo aéreo, naval y terrestre contra una de las más pobres y pequeñas naciones del mundo, utilizando la excusa de proteger las vidas de unos 400 estudiantes estadounidenses que se hallaban en la isla
El 20-12-1989: tropas de EEUU invaden Panamá con la excusa de atrapar a Noriega y ‘recomponen’ violentamente un cuadro político favorable a USA antes de que se produjese la entrega del canal al pueblo panameño, tal como estaba acordado oficialmente desde hacía décadas.
Año 2010: los capitalistas, militares y políticos norteamericanos obtienen ‘pacíficamente’ el ingreso de sus tropas a territorio sudamericano, específicamente a Colombia, desde donde comenzarán a "crear conflictos internos" en las naciones vecinas para, finalmente, invadir y apoderarse del petróleo y gas natural existente en Venezuela y en la Amazonía brasileña.
Llama la atención que es conducta habitual de los ‘halcones’ de Washington invadir países que carecen de fuerza militar significativa, y en los casos de la Primera y Segunda Guerra Mundial sus tropas ingresaron a esos conflictos cuando ellos se encontraban prácticamente decididos a favor de sus aliados permanentes y/u ocasionales (como fue el caso de la URSS en la Segunda Guerra Mundial).
En honor a la estricta verdad, Estados Unidos sólo invade para robar y apropiarse de los recursos económicos y naturales que de ese territorio invadido le interesan, pero desde el punto de vista militar sus ejércitos siempre han sido un completo fiasco. Entró a la Primera Guerra Mundial cuando esta se encontraba ya ganada por Inglaterra y Francia; en la Segunda Guerra fue la URSS quien inclinó la balanza a favor de los enemigos del nazismo, y EEUU entró a ese conflicto una vez que el ejército rojo derrotó a la wermacht en Rusia y avanzaba victorioso hacia el centro de Europa.
Tiempo después, no pudo vencer en Corea, huyó derrotado en Vietnam, fracasó en Teherán y en Somalia. Bush padre fracasó en Irán, y Bush jr. fracasó en Afganistán. Años más tarde, bombardeó y arrasó Irak asesinando a un millón de civiles, pero perdió rápida y completamente el control sobre ese país, tal como ocurrió luego en Túnez, Libia, Egipto y ahora en Siria.
En estas últimas acciones contó con el apoyo irrestricto de quien es seguramente su mejor aliado, Israel. ¿Cuáles serán sus "irrestrictos aliados" si intentara invadir Venezuela en procura del gas y del petróleo? Colombia y Perú. Sin muchas dudas. Sin embargo, el problema para Donald Trump y sus ‘halcones’ estriba en que Rusia y China han manifestado públicamente su apoyo "concreto" al país de Bolívar en caso de una invasión norteamericana… y ya sabemos que EEUU jamás cruzará sables con naciones que tienen alto poder nuclear, pues sólo sabe invadir países militarmente pobres, aunque a pesar de ello tampoco es capaz de ganar guerras declaradas unilateralmente por la Casa Blanca.
Lo de Washington siempre ha sido invadir, saquear, robar y… huir. Claro, siempre que el territorio que invade no cuente con apoyo (como dijimos recién, ‘concreto’) de alguna potencia nuclear. Entonces, en el caso venezolano, como buen titiritero, Washington buscará la vía diplomática moviendo a sus muñequitos del patio trasero para aislar al gobierno llanero y derrotarlo vía inanición. ¿No es así, Santos, Kuczynski, Macri, Piñera, Temer?