Era un muerto sin cabeza, sin pantalón ni camisa, con las manos en el bolsillo y una macabra sonrisa".
(Caraota, ñema y tajá…Grupo Musical Folklórico del Estado Lara)
La dinámica de la geopolítica Latinoamericana es una caja de sorpresas y los pueblos, cansados de tanto engaño y explotación, buscan su propio cauce y reclaman justicia al ver acabados los planes y promesas del imperialismo, a través de sus perritos falderos y lacayos que sucumben en el fango de la corrupción.
El avance de una política neoliberal al servicio de las peores causas y encadenadas a la explotación del hombre por el hombre - como lo dijo Carlos Marx y reafirmó Mariátegui, al paso de los años - es hoy una realidad que se repite en los ciclos de la historia en busca de la libertad, así como lo soñaron Bolívar, Sucre, Martí, Artigas y San Martín para toda la Patria Grande.
Luego de haber despertado en Venezuela una indetenible ola de esperanza para un cambio profundo, nacido desde aquel "Por Ahora" del 4 de febrero de 1992 del Comandante Hugo Chávez y que se expandió por todos los países de Latinoamérica, bajo el grito de ¡Alerta, alerta, alerta que camina, la espada de Bolívar por América Latina!; los sueños no han cesado a pesar de sus avances y retrocesos.
Los planes del imperio norteamericano y europeo para seguir explotando a su antojo las riquezas naturales y minerales de un continente (Venas Abiertas de América Latina), considerado por el coloso del Norte como su patio trasero, ha vivido a través de los años, episodios signados por la traición de los vende patria, quienes hoy conducen a sus naciones hacia el caos y la destrucción.
Los avances obtenidos en las luchas de los pueblos, para un mejor destino y un mejor modo de vida en lo social, cultural y en lo económico, han ido del timbo al tambo gracias a la actuación de algunos lacayos, quienes al servicio del imperialismo quieren volvernos al pasado y conducir a nuestros pueblos de nuevo hacia la oscuridad.
El ejemplo dado por la Patria de Bolívar a los pueblos del Sur, a través de sus luchas de la Revolución Bolivariana, ha traído reacciones las cuales hoy en cada uno de los países de la Patria Grande buscan encontrar su propio sendero para romper los esquemas, atados al libre mercado y a las garras del capitalismo salvaje.
Luego de algunas conquistas medianas y de pasos dados en busca de caminos bajo inspiración socialista o progresista, se producen idas y venidas con efectos que activan la participación de los pueblos, quienes son los verdaderos protagonistas y responsables de su liberación.
De nuevo los latinoamericanos nos encontramos ante una nueva encrucijada. Venezuela enfrenta una nueva coyuntura electoral el próximo 20 de mayo, en su paso hacia consolidar la Revolución Bolivariana, luego de cinco años de la partida física del Comandante Hugo Rafael Chávez Frías.
Quienes hicieron cálculos para acabar con su legado - hoy en manos del Presidente Nicolás Maduro - se equivocaron de plano y se encontraron con un muro infranqueable, que demostrará de nuevo su solidez y consistencia en las próximas elecciones.
Por su parte, países como Argentina (Macri), Brasil (Temer), Colombia (Santos) y el Perú (Kucsynski) afloran algunos signos de resurrección; porque cada calvario y viacrucis, tiene al final de cada Semana Santa su Domingo de Resurrección.
Lo ocurrido recientemente en el Perú, donde un lacayo como Pedro Pablo Kucsynski ve rodar su cabeza por el estiércol de la política, es ahora un signo de los nuevos vientos que soplan por América Latina y que además, vendrán de manera indetenible - en cadena - por cada una de las naciones que conforman la Patria Grande.
No es extraño que bajo la luz de la Estrella del Sur y la prodigiosa sombra de Bolívar, los lacayos del "Cartel de Lima" y quienes reafirman sus planes a través de la "Alianza del Pacífico", ahora reculen y orienten su mirada hacia un sendero luminoso del Caribe en busca de una nueva esperanza (lo veremos en la Cumbre de las Américas).
No tardará mucho tiempo para que seamos testigos de lo que ocurrirá en cadena en cada una de las naciones del continente latinoamericano, desde el Sur del Rio Grande con México, Centroamérica, Colombia, Perú, Ecuador, Argentina, Brasil y Chile.
Los gritos de esperanza de nuestros pueblos que evocan los espíritus de Guaicaipuro y Túpac Amaru para emular los sueños de Sandino, Martí, Bolívar, Alfaro y Atahualpa, ya están revoloteando por los caminos de América Latina en compañía de la espada de Bolívar.
El Comandante Hugo Rafael Chávez Frías desde el Piedemonte andino y desde las sabanas de los Llanos Venezolanos (Apure y Barinas), retumba con su voz para exclamar su grito de libertad a todos los pueblos de América Latina y del mundo: ¡Unidad, lucha, batalla y victoria!
¡Amanecerá y veremos!