Hace unos días, tuve la oportunidad de ver y oír a este experto petrolero venezolano, Fernando Travieso, que como experto, sabe cualquier detallito sobre el petróleo. Ha memorizado cualquier situación petrolera y luego nos la vomita. No hay manera de evitar que el vómito nos salpique.
Son expertos petroleros porque tienen un caletre metido. Saben todo del petróleo, pero no son capaces de idear y producir proyectos para hacer del petróleo una punta de nuestra industrialización. Saben cualquier datico, menos sembrar el petróleo.
En un momento de la entrevista, Fernando Travieso leyó una propuesta de modificación de artículo en la constitución, que le aseguraba -utilicé el verbo en tiempo correcto- a Venezuela su soberanía petrolera. Nos dijo que la propuesta de modificación del artículo era mejor, pero considerando con muy mala intención, la aprobación de ley de Promoción y Protección de las inversiones extranjera por parte de la “soberana” ANC, nada creo que sea para mejor en esta ANC. Esta modificación es una carambola, producto del piquete de aprobación de esta ley, que ahora requiere de un ajuste en la constitución.
Aun así, escuché atentamente la propuesta de modificación de ese artículo y me quedó la idea de un gallo tapaó.
Ya va por el infinito los discursos antiimperialistas de Maduro. Ya cursa el umbral de lo fastidioso, la alusiones que Maduro hace en cadena nacional al Plan de la Patria. Ya le cabe a Maduro, como salsero que dice ser, el corito de esta canción salsa: Mentira, mentira, mentira….
Ya Arturo Uslar Pietri, que fue un conservador consagrado y el supuesto autor de la frase “sembrar el petróleo, le está quedando muy grande a Maduro. Ya todo ese discurso anti apertura petrolera le queda “retequegrande” a Maduro. Hoy estamos ante una apertura petrolera peor, porque esa apertura petrolera que Chávez razonablemente cuestionó, pretendía vender un petróleo pesado como si fuera lodo de petróleo.
¿Cuántas historias hemos conocidos del hijo de papi que acaba con la fortuna del papá?
Paulatina pero consistentemente, Nicolás Maduro viene tejiendo una historia así. Entrega sin invasión y nada, nuestra soberanía. Maduro se desviste en la Faja; ya antes lo había hecho en el arco minero. No hace falta una invasión y menos un proyecto secesionista por parte del pueblo Pemón. Maduro descaradamente se adelanta y entrega todo sin ropa.
Recientemente en cadena, Nicolás Maduro anuncio la entrega de bloque Ayacucho II. El camuflaje de esta operación de invasión, es el de aumentar las reservas internacionales. Su idea, no es sembrar el conuco. Su propósito es acabar lo más pronto posible con la fortuna que le dejó su papá, se presta a una acción peor que hipotecar nuestro territorio.
Maduro en cadena nacional, anuncio la venta del conuco II del bloque Ayacucho. Procedió entregar, contraviniendo el contenido del objetivo histórico Nº 1 una parte más del territorio. Al carajo con la soberanía y la siembra del petróleo. Más fácil que sembrar el petróleo y tenerlo como la punta de nuestra soberanía, es vender los conucos. Ya comenzamos con uno en la faja. En el arco minero vendimos todo, hasta las potenciales naturales de esa amplia zona.
Este Maduro que se desnudo en la faja, entiende que es más fácil vender cosas, que trabajar para explotar todas las potencialidades que posee el petróleo. Los conucos de la Faja posiblemente se conviertan en bonos y esto es la trampita de entrega de la soberanía sin necesidad de invasión. La invasión es un recurso para tenernos preocupados, pero Maduro avanza en la venta de los conucos de las faja y la soberanía.