En los actuales momentos la humanidad entera, salvo unos pocos serviles, observa con detenimiento y hasta con cierto regocijo como se ha venido deteriorando el imperialismo norteamericano. En épocas pasadas, tal vez romántica, los que soñábamos con un mundo mejor veíamos la derrota del gigante del norte en cualquier acontecimiento que sucediera en el planeta y que le fuera adverso al imperio pero ese día cada vez lo sentimos más lejano. Hoy las derrotas que ha sufrido la política imperialista, expansionista e intervencionista del gobierno norteamericano son contundentes e irreversibles desde el punto de vista político, sociológico e internacional. Una de las derrotas más contundentes, a mi manera de ver las cosas, fue la propinada por la política exterior de Venezuela en la búsqueda del respeto a la dignidad, la soberanía y la autodeterminación de los pueblos del mundo. Si bien es cierto que Venezuela no obtuvo el representante en el consejo de seguridad de la O.N.U, no es menos cierto que la demostración clara y terminante de nuestros representantes le dieron al mundo entero un mensaje de apego a los más nobles principios de la humanidad: el amor a lo nuestro, la dignidad y la determinación a buscar los caminos de la igualdad y de la convivencia sincera en el mundo entero. La decisión de un tribunal de apelaciones de Atlanta que ordena la apertura de un nuevo juicio a los cinco héroes cubanos, lo cual se traduce en casi su automática libertad. El triunfo inobjetable de Daniel Ortega Saavedra, F.S.L.N, en Nicaragua y ahora la aplastante derrota de los republicanos en el congreso y gobernaciones de los Estados Unidos. Son estas derrotas las que nos dicen hoy en día que se acerca el inicio de una nueva era en la política internacional y que en el concierto de las naciones se imponen nuevos modelos de actuar ejecutando políticas y acciones que van hacia la consagración de los supremos intereses de la humanidad entera. A esto debemos añadirle la derrota filosófica sufrida en los caso de Afganistán e Irak, así como el repudio del mundo entero a la política intervencionista a través de Israel en contra de El Líbano, Siria y otros países del medio Oriente, donde por cierto está siendo derrotado por la valentía de pueblos como el propio Líbano, Palestina, Irak, Siria e Irán que no están dispuestos a seguir permitiendo que la vida de esta importante porción geoestratégica del planeta sea controlada por la apetencia genocida del gobierno del asesino George Bush.
La humanidad, entonces, marcha a pasos firmes hacia la conquista de nuevos espacios para la vida en paz y el reparto equitativo de las riquezas que produce cada una de las naciones. Para nosotros es muy importante indicarle a nuestros coterráneos la necesidad de hacer un alto en la rencillas personales, grupales o partidistas y entrar en el mismo ámbito en el que se mueve nuestro líder: Hugo Chávez Frías y el gobierno, es decir, por el camino de la unidad plena en la acción, la participación activa en la construcción de una mejor sociedad. Es necesario que entendamos que parte de esos triunfos de la humanidad tienen mucho que ver con las acciones que viene llevando a cabo nuestro presidente y que han hecho reflexionar a muchos dignatarios mundiales acerca del papel que deben jugar sus países en el concierto de las naciones del mundo en sus diferentes órganos de expresión. Las derrotas del imperialismo norteamericano son victorias para la Revolución Bolivariana, por lo que estamos obligados por la fuerza de la verdad y de la historia a no ceder espacios a la oposición en nuestro país y por ello el llamado es a seguir trabajando sin descanso para garantizar un contundente triunfo electoral el 3 de diciembre. CON CHÁVEZ VENEZUELA Y EL MUNDO AVANZAN HACIA LA PAZ, LA JUSTICIA, LA IGUALDAD Y LA SOBERANIA PLENA.
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