A un mes de la juramentación del Presidente Nicolás Maduro y frente a los ataques sostenidos por el imperio en contra de nuestra democracia, ya no hay dudas, sobre la posición que ocupa cada actor político en esta Venezuela Revolucionaria.
Hemos sido testigos, de cómo la derecha atomizada y sin principios, es estigmatizada por la representatividad impresentable de unos seudo dirigentes tutelados desde EEUU, los cuales sin ninguna vergüenza, invocan a un Dios asesino que mata Chavista; promete limosnas a los pobres y aspira entregar a sus promotores imperiales, hasta el último palmo de tierra patria, a cambio de la satisfacción de sus intereses particulares.
Sobre ellos, los históricos oposicionistas antes nombrados, no hay nada más que decir y mucha maldad que esperar, son adversario advenidos en enemigos de la patria y ya.
Pero recientemente, un grupúsculo de reconocidos ex funcionarios, amparados en la neutralidad dudosa que subyace de no estar; ni con uno, ni con otro; termina reuniéndose con el auto nombrado presidentito, para reacomodarse en los brazos de sus "históricos adversarios".
En ese sentido hay que destacar, que mientras el imperio comanda todos los ataques contra la patria, los cobardes entreguistas de siempre, huyen despavoridos a rendirse a los pies del invasor, so pretexto de estar buscando una alternativa, no para la paz colectiva justamente, sino para su reacomodo como parásitos ante un posible retorno del viejo estado que amenaza con reasumir el Poder.
No quiero desconocer, que nos amenaza una conflagración armada que no beneficia a nadie. Tampoco le voy a quitar peso a la tesis de la sublevación social por las condiciones de desesperación en las cuales estamos inmersos. Pero no por ello, voy a validar posiciones endebles y menos aún a conciliar con el enemigo, pues sé bien que este nunca admitirá nada que no se parezca al modelaje hiper neo liberal de los EEUU.
En Venezuela se está decidiendo, el destino de la vida para los pobres de la humanidad, ya nadie duda que el capitalismo consumista es muerte, y todos sabemos que la ficción de bienestar en la mal llamada clase media, cada día es sacrificada en altar de los delirios donde los poderosos practican su altruismo y jamás validaran la solidaridad.
En ese marco referencial, los Bolivarianos, Rebeldes y Chavista, no jugaremos el todo; por ahora esperamos que el dialogo haga posible la Paz. Pero si no se lograra, estaremos listo y prestos a la lucha.
Tenemos la moral en alto y que nadie se equivoque, estamos poseídos por la inmanencia de los libres que no le teme, ni a animal, ni al invasor.
Creemos en el dialogo, pero no en la capitulación del poder de nuestro pueblo. Por ello hoy más que nunca decimos: Revolución es todos con Maduro, dudarlo es traicionar.
