Venezuela catapulta su protagonismo en el contexto internacional. No es para menos. Se han realizado tres cónclaves del Consejo de Seguridad de la ONU para discutir y buscar acuerdos sobre una solución para esta nación. La crisis venezolana mueve el ajedrez internacional ahora con mucho más fuerza. No es tan sencillo acertar en las raíces profundas que produjeron la actual situación en el país.
El veto producido recientemente, por China y Rusia a la propuesta de elecciones efectuada por los Estados Unidos, indica un reacomodo de las relaciones diplomáticas en el mundo, donde prevalecen grandes intereses en juego. Vale la pena reconocer que un eventual cambio de gobierno, tendría serias implicaciones en la influencia que ejercen en la nación venezolana las potencias euroasiáticas y la República de Cuba.
Por la razón anterior, la realidad de cara al planeta, es compleja y decisiva para la salida a la hecatombe por la que atraviesa Venezuela. En tal sentido, las soluciones rebasan las fronteras de nuestra nación. Los consecutivos fracasos de los actores internos en superar las diferencias y llegar a acuerdos para resolver el conflicto , han mostrado que nadie está dispuesto a transigir a favor de los intereses del pueblo, cada día más depauperado.
Los acontecimientos mundiales, que afectan el desarrollo de las naciones, son abordados desde el campo geopolítico. Venezuela protagoniza uno de los dramas sociales más terribles en el espacio latinoamericano, una grave situación de inestabilidad política y económica, que no solo toca a los propios venezolanos, sino que amenaza la seguridad de otros países cercanos. La diáspora de coterráneos que se ha desplazado fuera de nuestras fronteras, en busca de un destino más promisorio, no tiene precedentes en la historia venezolana. Esto no solo ha fracturado la propia familia venezolana, padres, hijos, hermanos, huyen de su propio país, apostando, muchas veces a lo incierto, por la falta de oportunidades, también ha desatado deplorables manifestaciones xenofóbicas hacia nuestros hermanos, y la consiguiente emergencia de los gobiernos afectados para hacer frente a la difícil contingencia.
Es bien lamentable que hoy la hiperinflación mantenga en jaque a los venezolanos y la opulencia mostrada por los miembros del gobierno, contraste con la miseria y pobreza de los profesionales y todos los trabajadores de Venezuela. En la actualidad, los habitantes de este país padecen los embates de una política fracasada, fundamentalmente encauzada, desde hace veinte años, a enfrentarse con los Estados Unidos en alianza con sus eternos rivales representados por China y Rusia. Pero el gobierno descuidó su propio territorio, olvidando estimular el desarrollo nacional, la producción y la movilidad social.
Por ello los venezolanos, demandamos una resolución impostergable a este drama nacional. La salida requiere de un abordaje geopolítico, eso es indiscutible, una presencia internacional en términos no bélicos, debido a las características que tiene el actual gobierno, que ha eliminado en la practica, la esencia de la democracia, anulando la independencia de los poderes públicos. Entonces que se llegue de una vez a una negociación con presencia de organismos internacionales. Además de rechazar la salida electoral, la propuesta de Rusia a la no injerencia en los asuntos internos del país, es una demostración fehaciente de los altos intereses económicos de esa potencia en nuestra región. No olvidemos que Rusia tiene previsto la inversión de cinco mil millones de dólares en la recuperación de la producción petrolera para los próximos años y 1000 millones de dolares en minería de oro y otros minerales. En ese contexto, a Rusia le convendría la continuidad del madurismo en la conducción de los destinos de Venezuela. Esto recuerda mucho la intervención de Rusia en la Siria de Bashar All-Asad, para asegurarle el poder por los altos intereses en esa nación del medio oriente.
Lo que si está está suficientemente demostrado es que, del lado interno, no ha habido la voluntad política para llegar al fin de este obscuro pasaje de la historia de Venezuela.