Tras su llegada, Donald Trump, o el poder en la sombre imperial que lo impuso como presidente de la mayor potencia bélica y destructiva de la humanidad, desconoció todo gobierno, nación, institución de derecho nacional e internacional que no le rindiera culto, pleitesía, que no secundara sus tropelías alrededor del mundo, con la desfachatez de llegar a expresar –cual emperador− que era un enviado divino. Poco duró su promesa electoral de no agresión, de no intervención en asuntos internos de otras naciones. Los Bush, los Clinton, los Obama, y sus desmanes contra la humanidad, quedaron atrás, menguados ante la actuación del novel gobernante. Por todas partes, no hay rincón de esta tierra donde no haya colocado sus manos, sus deseos y acciones guerreristas, de dominación y coloniaje. ¡Hasta contra sus propios socios de la Unión Europea! ¿Por qué?
¿Cuál es la urgencia del poderío estadounidense en llevar la guerra a dónde no se ha invocado?:
Una primera razón; desde la llegada del novel gobernante, está la pérdida de influencia y poder decisorio sobre la agenda y relaciones entre naciones. La segunda, a la que hoy se enfrenta, son sus derrotas políticas y de cambios de gobiernos en Medio Oriente y América Latina, Siria, Irán, Venezuela, Nicaragua, Cuba, Bolivia… Los gobiernos adláteres latinoamericanos hoy van cuesta abajo. ¡Como nunca antes el capitalismo neoliberal está en decadencia! Sus tropelías relaciones directas, delincuenciales con grupos terroristas, narcoparamilitares, contra los pueblos, están en evidencia.
La tercera, última y más significativa razón, se encuentra en dos noticias fundamentales de los últimos días: (i) La deuda real estadounidense se estima “conservadoramente” en un 2.000% de su PIB. ¿Cuánto vale, qué significa, un dólar en una economía con una deuda impagable? (ii) Con este nivel de deuda, ¿pagará Estados Unidos los vencimientos de la esta deuda? O al quedar expuestos, en impago, requieren con extrema urgencia la declaratoria de guerra con y contra cualquier nación y en cualquier lugar del mundo. La activación del TIAR, desde Colombia para llevar la guerra a Venezuela, y el extraño, inédito, y por demás inesperado ataque a las refinerías Sauditas configuran un pretendido casus belis contra irán.
¿Ejecutaran sus acciones de guerra contra Venezuela e Irán para ocultar al mundo su incapacidad de pago en vencimiento de deuda? ¡De esos carajos cualquier vaina es posible esperar!
¡Ojalá que no, que esté equivocado!
