Luego de leer las célebres e interesantes reflexiones de MARCIANO, sobre el nuevo color o tinte con que el gobierno de los Estados Unidos, léase los Halcones del Pentágono, están abordando las relaciones con Venezuela, considero necesario meter ciertamente la cuchara. Como todo el mundo sabe, ya que cada vez aumenta el nivel crítico del ciudadano común, el desprestigio cabalgante de las estrategias de dominación imperial del país del norte, se halla en su nivel más indeseado. Lo de la REVISTA TIME no es más que la forma más ridícula e impotente de pretender ocultar o desconocer la opinión de muchos en cuanto a la prominencia de un liderazgo que se sobrepone abiertamente a los viejos paradigmas y tabúes, planteando la reconsideración de los actuales estados de realidad de donde se erigen los conceptos de ciudadanía y justicia social de la actual sociedad, y lo troglodita de su forma de vida a la americana.
Concuerdo con el amigo de Marciano que mucho del descalabro de la imagen del gobierno imperialista norteamericano sea precisamente la manera de COWBOY con que el presidente más nefasto y borracho de su historia, Bush, ha pretendido continuar las célebres artimañas del otro furibundo personaje de la presidencia como Reagan. La lucha contra la voracidad de sus esfuerzos ya es una de las principales condicionantes que tienen los pueblos para optar de manera soberana a su autodeterminación, y en ello muchos afianzas esfuerzos.
A estas alturas de nuestras ya maduras existencias sería detestable que conviniésemos en creer que los pollitos ya no dicen PIO, PIO, PIO; y pretender que el grado de degeneración humanista desarrollada precisamente por estos señores, los halcones de pentágono, ha entrado en un proceso de mea culpa, buscando así enmendar y regenerar sus carniceras actuaciones del pasado y presente. Las palizas que ha tenido que soportar la administración Bush son tales que a razón de medianamente mantener cierta relativa gobernabilidad les conviene tomarse las cosas no tan a pecho. El necesario revuelo que ha levando todo lo referente al partido único aquí en Venezuela, los mantiene como dicen que se pone el caimán en la boca de un caño, acechando y con la boca abierta ante algunos asustados y nerviosos “revolucionarios”. Ante lo cual no me extrañaría que alguna de sus futuras estrategias consistiera precisamente el reclutamiento de estos señores que, con tal de permanecer en el poder, definitivamente acabarían traicionando a su pueblo. Con todos los peligros que esto supone la depuración se hace urgente, ya que los señores del norte por ahora parecen maniatados aunque claramente se les siente la agonía en el acecho.
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