El reacomodo estadounidense sobre América Latina –Plan de acción Andes 2020 en el desarrollo estratégico Southcom 2017-2027−, induce un cambio de velocidad y coordinación, establecimiento de una zona de conflicto bélico prolongada de baja o mediana intensidad, donde sus fuerzas militares en Colombia, Panamá, Honduras y el Caribe tienen la responsabilidad, dirección y coordinación. Se trata del control geopolítico sobre la región y sus recursos naturales, principalmente energéticos y acuíferos. Su control asegura dominio político y económico del continente.
Para el conglomerado tecnológico-industrial-militar estadounidense la creación de conflictos bélicos de baja o mediana intensidad, en cualquier parte del mundo, a lo largo de la historia, ha representado un método eficiente para su desarrollo económico e imposición del modelo político. La prolongación de los conflictos asegura cuantiosos ingresos –tras la destrucción y muerte− bajo la premisa y promesa de reconstrucción una vez arrasados los estados-naciones, su institucionalidad.
Abdicadas la nacionalidad e identidad patria de los pueblos ante la promesa de justicia, libertad, prosperidad, los estados-naciones son devastados para ocupar militarmente el territorio; ocurrió en Irak, Afganistán, Libia, Ucrania, por años intentan hacerlo en Siria. ¡Oh, Palestina! y todos aquellos territorios donde el ejército estadounidense, dice llevar ayuda humanitaria, libertad y democracia, donde solo llevan devastación y muerte.
Desde la razón energética, se busca control, producción y distribución de combustible hacia los Estados Unidos y eventualmente hacia la Unión Europea. Un ataque militar de Israel contra Irán, tendrá como reacción el corte de suministro de combustible hacia los Estados Unidos y la Unión Europea. El plan de Washington funcionaria a la perfección al tener bajo su poder toda la producción petrolera en América, pasaría a ejercer el dominio absoluto en ámbitos energético y económico mundial, independientemente del resultado militar en Irán. Cualquier prolongación del conflicto es buena para su economía desde el punto de vista de inversión del Estado hacia el conglomerado militar-industrial-tecnológico. El efectivo y absoluto control sobre la distribución de combustible en América y la Unión Europea potenciará y relanzará su economía contra las emergentes China, Rusia e India. ¡Brasil está sumiso, anexionado!
En nuestro continente, como alrededor del mundo, en nombre de la libertad y la democracia estadounidense, se mueven abiertamente desde todos los frentes posibles para evitar la consolidación de la unidad latinoamericana y caribeña, la unión de los países del Sur del mundo y todos aquellos acuerdos con Rusia y China, el objetivo fundamental es evitar la concreción de un mundo multipolar, de hermandad y solidaridad. De buenas relaciones entre estados naciones y sus gobiernos.
Un mundo donde Estados Unidos y su sistema neoliberal de dominio hegemónico no sea el que dicte las pautas.
En palabras de John Kelly comandante Ussouthcom; es imperativo actuar a la brevedad para subordinar naciones y sus gobiernos al interés de la elite estadounidense.
¿Qué será de los pueblos y sociedades latinoamericanas, caribeñas? ¿Para el pueblo colombiano, que pide a gritos y desesperación la paz?
Consolidado el retorno del dominio colonial difícilmente nuestros pueblos verán la luz. El terror implantado en África y Medio Oriente será ínfimo al considerar la existencia de paramilitares, mercenarios, fuerzas especiales estadounidenses, israelíes y de la OTAN actuando sobre toda la región desde Colombia como enclave neocolonial.
¿Se trata de impedir a toda costa la vuelta de líderes y gobiernos progresistas, nacionalistas, que impulsen y se solidaricen con las luchas por un mundo mejor, una sociedad de iguales, una multipolaridad?
Definitivamente ¡Sí!
Eso lo ratifican las palabras y acciones de los diferentes comandantes de tropas estadounidenses destacadas en el Comando Sur, Panamá −Ussouthcom− como John Kelly, quien señala que: −Desde Estados Unidos se trabaja e impulsan acciones dirigidas a socavar la institucionalidad democrática de los pueblos del Sur y el Caribe. No es únicamente contra Venezuela. Es contra todo un continente, en un replanteamiento por el control geopolítico y estratégico de la región sin precedentes en la historia.
¿Cómo entender la paz colombiana en el contexto declarativo de John Kelly?
Una explicación difícil; pero posible; la paz en Colombia, representa desde su inicio un elemento distractor de los verdaderos y bien elaborados planes norteamericanos. La guerrilla armada en Colombia, siempre fue un elemento de preocupación en una eventual agresión contra Venezuela, al igual que la reacción ecuatoriana con Rafael Correa en la presidencia. De allí la necesaria y urgente desmovilización de la insurgencia colombiana y del ejército ecuatoriano.
¿Que ha pasado en los últimos meses en la frontera colombo-ecuatoriana llegado el gobierno de Lenín Moreno?
Usando grupos irregulares se evaluó la capacidad defensiva, de respuesta y despliegue operativo de las fuerzas policiales y militares ecuatorianas conminando al gobierno. Lenin Moreno hoy se muestra en abierto apego a la comparsa política intervencionista de Washington.
Con siete, nueve, bases militares estadounidenses de alta tecnología y apoyo técnico operativo de la OTAN, con impunidad de acción sobre todo el territorio colombiano, las fuerzas insurgentes colombianas, en paz, integradas a la vida política, líderes, dirigentes campesinos y sociales, defensores de DDHH vienen siendo sistemática, progresiva y selectivamente perseguidos, desaparecidos, asesinados.
¡Bajo la concepción del estado-nación colonial no hay institucionalidad ni ley internacional validad, aplicable!
En la óptica de dominio estadounidense no deben existir en el continente elementos protagónicos de vanguardia que conduzcan e inciten a los pueblos hacia una mejor y fructífera forma de vida, muy contraria a la tenebrosa y nada deseable noche neoliberal.
John Kelly, Kurt W. Tidd o Craig S Faller, son algunos de los comandantes −Ussouthcom− enviados al continente, por el mundo, para la ejecución de macabros, perversos propósitos, en la reconquista estadounidense de la hegemonía e influencia perdida: ¡Reinstaurar la doctrina Monroe!, innobles planes de dominación, sometimiento, exterminio!
¿Cuál es el papel del gobierno y la alta sociedad colombiana?
Desde la clase dominante colombiana se busca el derrocamiento del gobierno venezolano y la intervención en nuestro territorio. Para ellos, es imprescindible e impostergable la instalación de un gobierno títere cónsono con sus planes de expansión del narcotráfico, el paramilitarismo y el saqueo de recursos naturales.
¡La no concreción del modelo sociopolítico, cultural, económico, de sociedad establecida en la Constitución Bolivariana!
Su consolidación dejaría en evidencia la exclusión de unos 17 millones de colombianos en la frontera oriental, el agotamiento de sus recursos naturales no renovables; petróleo y gas: ─¡Las reservas colombianas están en franco declive, para este momento en estimación conservadora, les queda un tiempo de vida útil de apenas 4, 5 años! En la práctica delictiva empresarial, Ecopetrol se surte de gasolina venezolana ingresada por contrabandistas.
Los cuantiosos ingresos por contrabando de combustible y opiáceos sostienen los presupuestos del Estado y de accionistas, colaboradores, cómplices, en la alta sociedad económica y política dominante colombiana.
Para Roy Chaderton, venezolano de reconocida trayectoria diplomática internacional; herida en su orgullo a la alta sociedad colombiana, no le faltan ganas en su pretensión de invadir y tomar la frontera occidental venezolana; Zulia, Mérida, Táchira, sin embargo; lo piensan dos y tres veces. Saben que los golpearíamos duramente sobre su territorio con la posibilidad de llegar hasta el puerto de Buena Ventura.
De librarse una confrontación en territorio venezolano con mucho daño en nuestros equipos y componentes militares activos, les queda un mayor problema; la milicia, bien numerosa, adiestrada, equipada y desplegada en todo el territorio, le proporcionaría un conflicto adverso, de largo tiempo, dándonos la oportunidad de llegar hasta el Meta.
La encopetada oligarquía colombiana de eso y más está informada, consciente, sus militares de más alto rango, de mucho conocimiento y experiencias militares, conocedores de la falta de arrojo –"bolas o cojones" dicen desde la cotidianidad venezolana−, de su mala conducción política, diplomática, perversiones y tropelías, se lo han dicho una, mil veces.
El problema de la oligarquía Colombia está en la consolidación de un modelo político y social justo, con equidad, soberano, independiente en Venezuela, en el continente, eso indudablemente evidenciaría el fracaso de su modelo neoliberal.
Para los amos del valle bogotano, colombiano, el objetivo a corto plazo es claro, preciso; su economía y modelo político sobrevivirá si en Venezuela existe un gobierno tutelado, complaciente, alineado al modelo de dominación estadounidense, sustentado en el caos y el terror.
Un gobierno que legalice el suministro de gasolina a Ecopetrol y abra las puertas a la producción, tráfico y comercialización de drogas como principal proceso productivo colombiano, generador de riqueza.
La fragilidad relativa del control sobre Brasil, Argentina y México y la falta de progreso en la resolución de la Cuestión Venezuela, demanda de acciones urgentes con resultados positivos. ¡Resolución definitiva! Causas y efectos creíbles que les permitan señalar, condenar, de manera inequívoca al gobierno venezolano, y con ello a cualquier otro de la región.
Empantanados en una Colombia que le va quedando grande, dilatando del proceso de paz, corren a Washington, se postran ante el impositivo Donald Trump, ordenan la movilización de fuerzas militares a la frontera en un plan intervencionista abierto, definitorio, o es la búsqueda, creación mediática, de la causa de guerra contra Venezuela.
Desde lo psicológico, preparación mediática para la desmoralización y ablandamiento del enemigo, perpetrando ataques a puestos fronterizos, contra población civil colombiana, desde territorio venezolano, entre los ejecutores se cuentan paramilitares colombianos y venezolanos dirigidos por personal especializado estadounidense, israelí y de la OTAN, operación armada que transmitida al mundo en vivo y directo, será estelarizada al mejor estilo terrorista, como agresión de la perversa y decadente dictadura de Nicolás Maduro a la nación neogranadina.
En esa narrativa se intenta inducir que la dictadura madurista está persiguiendo, asesinando a venezolanos indefensos, expandiendo su modelo narcoterrorista hacia Colombia, hacia el continente.
¡Hacia Colombia, la mayor productora de cocaína en este continente al amparo estadounidense!
¿Qué harán los pueblos del continente ante tan macabros y perversos planes de dominación y restauración de la tenebrosa noche neoliberal?
¿Qué harán pueblos y movimientos sociales mexicanos, colombianos, argentinos, brasileros, ecuatorianos… ante el sometimiento y la agresión?
¿Qué harán los líderes políticos y militares nacionalistas del continente ante la imposición de la violencia terrorista?
Postrados ante el gobierno estadounidense y en entrega de la soberanía colombiana, se les olvida que Fidel, Raúl, Chávez, Nicolás, Cuba y Venezuela, siguen siendo los principales aliados y garantes en la búsqueda de la paz para Colombia. Se le olvida la pasión, el liderazgo y la solidaridad absolutas puestas al servicio de su gobierno y de la Paz para Colombia. Se le olvida, el gran esfuerzo de Chávez y Nicolás para hacer a un lado la desconfianza por el bombardeo a territorio ecuatoriano y la conjura contra Chávez a partir de los súper computadores de Marulanda. ¡No, nada de eso se les olvida! ¡Todo es parte del plan maestro!, ¡macabro! Su papel estelar, desde Colombia ─¡la traidora Colombia!─, mandatados por Donald Trump, es atacar sin vacilación al territorio, a la institucionalidad, al gobierno venezolano. ¡A la Venezuela Bolivariana!
¡Es una lucha de más de 200 años de historia, desarraigo y traiciones!
Están los dirigentes políticos, líderes sociales, campesinos, el pueblo colombiano, consientes y enterados de tal agresión, de la actuación de su gobierno en la injerencia e intervención extranjera en Venezuela. ¡La Venezuela garante de la paz colombiana y las consecuencias pata Colombia!
Con la creación de un conflicto bélico para invadir Venezuela y derrocar al gobierno de Nicolás Maduro, a la institucionalidad Bolivariana por implicación y consentimiento del gobierno colombiano, se promueve y abre el camino para el exterminio de todo movimiento social y político emancipador en el continente.
¡Después, en medio de la guerra, no digan que no lo sabían!