Negar que nuestro país está siendo víctima de una cruel arremetida económica por parte del imperio norteamericano y, concretamente, del gobierno de la supremacía blanca encabezada por el loco inquilino de la Casa Blanca Donald Trump, significa una estupidez sin límites. Es sorprendente oír o ver por los medios y redes sociales los "sesudos análisis" de quienes dicen ser especialistas en materia económica y en politología, negar de forma irresponsable y con argumentos pocos convincentes la agresión gringa a la Patria Bolivariana. Pero lo más triste es ver también a algunos compatriotas, vecinos, compañeros de labores y de infortunios, repetir como loros lo que dicen esos supuestos analistas. Y todo ello se vuelve en una especie de verdad aceptada sin más ni más.
Vicente Romano en su libro "La Formación de la Mentalidad Sumisa" refiere que las grandes corporaciones mediáticas controladas por grupos capitalistas, hacen posible que los trabajadores y explotados en general terminen asumiendo la defensa de sus verdugos. Es decir, que oír a un compatriota, a un vecino nuestro repetir como un loro las mentiras que dice un Juan Guaidó, un Julio Borges, un Antonio Ledezma, un Leopoldo López, una Maria Corina Machado, un Ramos Allup, o cualquier otro espécimen de esos, significa que es una persona que es víctima de su ignorancia y de la manipulación informática que hacen los medios. Pero más triste resulta oírlo en la voz de unos personajes que se dicen militantes de izquierda. Muy lamentable.
Muy conscientes estamos que la situación está difícil, que la especulación, la corrupción y las mafias han hecho un daño grave a la economía y a muchas instituciones. Pero sabemos también que al lado de ello hay compatriotas con una moral, con una dignidad y un compromiso por salir adelante, por reinventarse la vida, haciendo verdaderos ejercicios de resiliencia. Basta comparar la coyuntura actual con la vivida por el pueblo venezolano hace tres o cuatro años atrás: Bachaqueros a granel, colas interminables para comprar poco o nada, venezolanos yéndose hacia otros países, acciones guarimberas, bloqueo económico creciente y pare de contar.
Hoy el panorama ha variado en cuanto al acceso hacia los alimentos. Aunque se consiguen a precios especulativos los consumidores tienen la posibilidad de decidir dónde y cómo comprarlos. Por supuesto, no dejamos de hacer la crítica al gobierno nacional en el sentido de lo poco efectivo y la falta de contundencia para enfrentar los delincuentes disfrazados de comerciantes que juegan con el hambre del pueblo. Basta solo preguntarse en que quedó la llamada lista de precios acordados. Todo ha sido una burla para el venezolano de a pie, no para los grandes capitalistas que cada día amasan más y más ganancias.
Una vez más ha sido el pueblo noble y sabio quien ha respondido a la contingencia. Ante la ausencia de determinados rubros alimenticios el pueblo buscó sus sustitutos, ante la falta del transporte público, el pueblo ubicó otras alternativas para movilizarse, ante el brote del covid 19 el pueblo hizo sus tapabocas y antibacteriales, etc. Así ha sido siempre y así seguirá siendo, por más que algunos apuesten a la manipulación. Víctimas de la manipulación seguirán siendo aquellas personas que creen todo lo que dicen los medios y las llamadas redes sociales. Seguirán repitiendo como loros todas las informaciones falsas que los enemigos de la Patria Bolivariana dicen e inventan sin escrúpulo alguno.
Mientras tanto quienes queremos esta Patria, quienes nos identificamos con sus valores naturales y patrimoniales seguimos en resistencia, desde diversas trincheras, haciendo aportes a lo que el Comandante Eterno Hugo Chávez Frías llamo el Socialismo Bolivariano y Estado Comunal. Esa es la tarea.