Las acusaciones de racismo, ausencia de política sanitaria pública y fracaso ante el coronavirus, por un país que en supremacía invasora pretenderá seguir dominando al mundo con amenazas económicas y bélicas, ha quedado expuesto a escasas horas de que el electo mandatario estadounidense Joe Biden, asuma ungido como Jefe del imperialismo capitalista genocida, esta vez para jefaturar lo que le deja un loco electo hace cuatro años, que agudizó los defectos emblemáticos: prepotencia, arrogancia y desprecio, particularidad de los gobiernos desde La Casa Blanca.
Es noticia que ese imperio va a superar antes de finalizar Enero 2021, los 400 mil muertos por la covid-19, y registra más de un millón de casos nuevos por semana. A medida que el coronavirus se propaga sin control, la economía acentúa el desempleo, con 10 millones de desocupados nuevos, trabajos perdidos en U S A en comparación con el comienzo de la pandemia. Los consumidores y las empresas estadounidenses tratan de mantenerse a flote, y su sistema económico lo impide.
El presidente electo Joe Biden firmará una serie de decretos desde el día de su investidura, para atender asuntos como la pandemia, la crisis económica, el cambio climático y la injusticia racial, escribió en twit su jefe de gabinete Ton Klein, actitud confesa a la que añadió "Todas estas crisis demandan acción urgente". En el comunicado se establece que Biden firmará una docena de decretos tras su ceremonia de investidura el 20 de Enero, y en sus primeros diez días en el cargo, tomará acciones para atender estas cuatro crisis.
El gobierno que se estrena en EE UU se propone prevenir otros daños urgentes e irreversibles, hablando de "restaurar su posición en el mundo". Diría un abogado, a confesión de parte, relevo de pruebas. Nunca hemos estado equivocados los socialistas que señalamos desde hace muchos años y sin complejos a EE UU, como el despiadado gendarme mundial genocida del orbe.
Amenazados como estamos, es inconcebible que en el pueblo venezolano existan quienes se comen el cuento de la "buena intención U S A", prepotentes que siempre nos han esquilmado en materia petrolera, aurífera, diamantífera, y tantos recursos naturales, nos han robado y continúan haciéndolo al confiscar cuentas bancarias, empresas y propiedades venezolanas en varios países. ¿Por qué justificar a gringolandia y su maldad que, para distraer al mundo de su torpeza, tornan más peligrosa una amenaza intervencionista a Venezuela?
Lo más despreciable e hipócrita en relación al descontento generalizado en la supuesta cuna de la "democracia ideal", son las reacciones de dirigentes europeos y americanos, que por adularle a Trump condenan acciones violentas similares a las que aplaudieron en Venezuela, disfrazándolas de "retorno a la libertad y la democracia perdida", posición falsa al catalogar de terrorismo lo de USA, y lo que apoyaron contra Venezuela catalogarlo de "necesario", intentando derrocar a Chávez en su momento, y luego a Maduro, afán que los sume en el mayor cinismo de conducta politiquera miserable y falaz.