Inicio esta edición de esta columna, agradeciendo de ante mano a todos aquellos y aquellas que han manifestado su preocupación por el tiempo que he estado alejado de las teclas y de la escritura. Una de las cosas que trato de hacer es de revisarme, y de cuestionarme cosas, porque como ser humano, no me las sé todas y puedo cometer errores.
Lo que sí sé es que soy vehemente en lo que creo y lo expresó sin ambages. Agradezco si a todos aquellos y a todas aquellas que por seguirme, y por considerar y valorar algunos aportes, siempre me hacen llamados y me recuerdan de la sindéresis y la prudencia que se debe adoptar en momentos particularmente complejos y llenos de incertidumbre por los que nos toca vivir por estos tiempos.
Había pensado inicialmente escribir sobre el proceso de la semana pasada iniciado por el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) para las postulaciones de sus precandidatos y precandidatas que se medirán en las Elecciones Primarias Abiertas (EPA) a celebrarse el próximo 8 de agosto, de cara a los comicios para elegir gobernadores, gobernadoras, alcaldes y alcaldesas, concejales y concejalas y diputados y diputadas estadales este próximo 21 de noviembre del presente año. La idea de la celebración de esta consulta tal y como ha sido concebida no me parece mala, y es algo que saludo por parte del presidente Nicolás Maduro y el resto de personas que le acompañan en la dirección colectiva del Alto Mando Político y Militar de la Revolución. Pero algunas prácticas en las últimas horas me han hecho tener algunas observaciones a ese proceso, que espero poder realizarlas, una vez se publique definitivamente la lista prometida de precandidatos y precandidatas para los diferentes cargos y circunscripciones en el país.
Pero, y a pesar de que un conjunto de situaciones hace que un cuadro formado políticamente como este servidor de ustedes, pueda sentir desazón, desmoralización, tal vez cierta depresión que lo hace retraerse y replegarse un tanto de ciertas actividades, la inquietud y la pasión que lo mueve a uno por un destino y futuros mejores hacen que esa llama no se extinga del todo y se mantenga aún encendida. Y sin olvidar que la contradicción principal es con el imperialismo estadounidense, y de ahí que le dedique estas columnas para formular algunas denuncias y formular algunas hipótesis, con la promesa de que en próximos artículos hagamos algunas denuncias a lo interno y retomar la crítica que autocríticamente reconozco, la hemos tenido relegada un tanto.
El tema como lo indica el título de esta edición de esta columna versa sobre la reciente visita del nuevo jefe de la CIA en esta administración de Joe Biden. Me refiero al señor William Burns, a la capital de Colombia, para una "misión delicada de seguridad", hace un par de días.
Esta información la recoge la agencia argentina de noticias Capac web, quien transcribió la información del actual embajador de Colombia en EEUU, Francisco Santos, hermano del ex presidente colombiano Juan Manuel Santos y a su vez ex vicepresidente de Uribe Vélez, quien informó sobre la llegada del alto jerarca de uno de los tantos servicios de inteligencia que posee EEUU.
Lo importante de toda esta información es que tanto el embajador Santos como el gobierno colombiano no han dado mayores informaciones sobre la visita de Burns a territorio neogranadino.
Pero, es importante tratar de colocarnos en contexto para poder entender en que marco se da esta visita de William Burns a Colombia, tanto para ese país, como para la República Bolivariana de Venezuela.
Recordemos que Colombia tiene ya dos meses que el movimiento de Paro Nacional tiene convulsionado a ese país, y que el gobierno de Iván Duque ha soltado una salvaje represión en contra del movimiento popular de ese país, con el consecuente saldo de violaciones a los Derechos Humanos y de asesinatos de líderes y referentes sociales de variadas tendencias y orígenes en ese país. Tampoco podemos olvidar que hace algunos días se dio un "atentado" en contra del presidente Duque en Cúcuta, donde, "casualmente", fueron hallados unos fusiles que, según integrantes de la fuerza pública colombiana, pertenecen a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana.
Y como parte de toda una estrategia bien articulada, la Ong Fundaredes de Javier Tarazona, se opera en el corredor fronterizo colombo-venezolano y fundamentalmente en el estado Táchira, advirtió sobre la supuesta presencia de comandantes de la guerrilla del ELN en territorio venezolano. Barajita repetida, diría yo.
Pero no conforme con ello, hemos observado como a finales del mes de junio y comienzos de este mes de julio, las interrupciones y fallas en el servicio eléctrico en Venezuela se han incrementado. Eso sin mencionar los problemas en las telecomunicaciones (lógico, al haber fluctuaciones eléctricas los servicios de telefonía e internet lógicamente deben fallar) al igual que otros servicios públicos como el bombeo de agua, hospitales, entre otros.
A ello hay que agregar la activación de las BACRIM como la de El Coqui en la Cota 905, además de enfrentamientos de estas bandas en Las Tejerías, en el estado Aragua, muy cercano a Caracas.
Varios comentarios ya he realizado con respecto al accionar subversivo de estas BACRIM, y sólo le agregó que la banda de El Coqui fue la sucesora de la banda de El Picure y del Tren de Aragua, en su momento.
Pero hay que señalar lo siguiente, porque ya esto se está pasando a castaño oscuro, como lo expresa una sabia expresión de nuestro pueblo.
Si lo señalo como el mero analista político, sin duda que la activación de la banda de El Coqui y los sucesos que viene suscitándose por lo menos las últimas 72 horas en Las Tejerías, podríamos concluir que en estos momentos registramos en el país dos avanzadas paramilitares muy peligrosas en el país, y que vienen ganando territorio.
También en su debida oportunidad, y apoyándonos en un trabajo del portal Misión Verdad, develamos la estrategia que aplicó El Picure en el año 2016, y que al parecer es la misma que están aplicando en estos momentos estas BACRIM, sin descartar otras que pudieran activarse en los próximos días, cuidado si no en las próximas horas.
La situación en Las Tejerías se ha traducido en el cierre del paso por la Autopista Panamericana. Nadie sube y nadie baja debido a los fuertes enfrentamientos en la zona. De hecho personas señalan que han avistado numerosos efectivos policiales en las montañas de la zona y en el kilómetro 64 y 65 de la referida autopista.
Perfectamente, tanto las bandas de El Coqui en la Cota 905, de Carlos "El Conejo" en Las Tejerías (Aragua) y la del "Wilexis" en Petare (Miranda) podrían formar parte del ISIS venezolano creado por EEUU para lograr el tan ansiado cambio de régimen en Venezuela.
A mi parecer esto es algo extremadamente grave y peligroso, puesto que la cierta estabilidad política lograda en Venezuela por el presidente Nicolás Maduro, al ir neutralizando una a una las acciones de Juan Guaidó, hasta el punto de anularlo en su capacidad política y de movilización, hace que los sectores más de extrema derecha y fascistas de la oposición venezolana se vuelvan mucho más violentos y peligrosos. Ciertamente son minoría, pero pueden hacer muchísimo daño porque cuentan con una extraordinaria capacidad logística y financiera proporcionada desde Colombia y EEUU.
Y no olvidemos que el voto en Venezuela es eminentemente emocional, y ente la reorganización opositora, en la que la denominada Alianza Democrática pasó de 5 a 23 partidos, más que producto de los diálogos Gobierno- Oposición, se ha reactivado la tarjeta de la "manito", la misma que hizo que ganáramos con Nicolás Maduro las elecciones presidenciales sobrevenidas por apenas 50 mil votos y que logró aglutinar a la oposición y derrotarnos en las elecciones parlamentarias del 6 de diciembre de 2.015, en un estado de afectación emocional de nuestro pueblo, podrían lograr un "resultado inesperado" en las denominadas megaelecciones del 21 de noviembre.
Y ahora ante un escenario más complejo, puesto que no se puede visualizar a un enemigo visible claramente identificado. La gente está viendo y evaluando más la gestión de los distintos niveles de gobierno (nacional, estadal y municipal) y puede verse el proceso electoral como una oportunidad para castigar "sin palo y sin mandador" a lo que el pueblo podría considerar han sido malas gestiones.
Y la misma profesora Pascualina Curcio en sus extraordinarios trabajos lo ha señalado, y yo lo repito. Basta que se defina una fecha de elecciones, para que podamos observar como comienzan a suscitarse ataques como: activación de BACRIM, manipulación del tipo de cambio, fake news, colapso en servicios públicos, etc. Todo ello como parte de toda una cadena de eventos desencadenantes de alto impacto que originen conmoción nacional, para así tratar de impedir las elecciones, o en su defecto, que la gente vote en contra de los candidatos y candidatas de la Revolución Bolivariana.
Y no obviando que el objetivo central de EEUU con sus aliados en Venezuela es crear las condiciones para la salida de Nicolás Maduro del poder, bien sea por las vías constitucionales o violentas. Por la vía constitucional, a través de un referendo revocatorio, el cual dependerá en buena medida de los resultados de las megaelecciones de noviembre, y de la estrategia y capacidad de organización de la oposición que por el momento luce atomizada y dispersa. Es decir, la misma estrategia que se aplicó en la Nicaragua Sandinista de los 80, y que se tradujo en la pérdida del poder político en las elecciones de 1.989.
La otra estrategia que sigue la derecha venezolana es la generación de condiciones para la salida violenta de Nicolás Maduro, la cual hasta ahora ha sido neutralizada gracias a la diligente actuación de nuestros cuerpos de seguridad e inteligencia.
No puede uno permanecer en silencio como un delincuente como El Coqui amenaza con "prender Caracas" si los cuerpos policiales no se retiran de Las Tejerías. Esto merece una enérgica respuesta del Estado Venezolano, con respeto a los Derechos Humanos indudablemente que sí, pero sin impunidad para nadie.
Y eso que no he mencionado el nuevo pronunciamiento de la Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, la inefable Michelle Bachelet, quien como lo ha venido haciendo en los dos años anteriores y en vísperas de la conmemoración de la Firma del Acta de nuestra Independencia, volvió nuevamente a condenar a nuestro gobierno por "violaciones a los Derechos Humanos".
Esto no es casual ni fortuito, y no olvidemos repito, que hace 48 horas estuvo en Colombia el Director de la CIA, William Burns.
Y no olvidemos que Biden representa el denominado "smartpower", o poder inteligente, al igual que Barack Obama, Hillary Clinton y John Kerry, quienes hablando con suavidad, pero llevando un buen garrote como lo preconizaba el presidente Theodore Roosevelt, tienen en su haber los golpes parlamentarios en Honduras, Paraguay y Brasil, más la prisión de Lula Da Silva y el asesinato del Comandante Chávez, más la invasión a Gadaffi en Libia, por sólo nombrar algunos de sus "logros" en sus acciones injerencistas. Por ello, el Gobierno Bolivariano encabezado por Nicolás Maduro no puede bajar la guardia ni descuidarse en ningún momento.
Por ello, y para ir cerrando esta edición de este Diario de Cuarentena, debo concluir, al igual que lo hizo un camarada cuya opinión nos la transcribió una combativa mujer con la que comparto en un grupo, a estas bandas y estos eventos hay que tomarlos bien en serio, ya que su preparación militar es seria y evidente. Tienen las zonas montañosas de la ciudad, con control en barrios que bordea parte de la ciudad capital, tomando las dos principales autopistas: la de occidente y oriente. Es evidente que esto no se trata de delincuencia común, y aquel que lo crea peca de ingenuo.
Debemos recordar que el fascismo desde Mussolini para acá se alimenta de tener un aparato abiertamente represivo y alianza con lo lumpen que serán lo que vienen hacer el trabajo "sucio" de limpieza.
Hay que tomar debida nota de lo advertido por la Coordinadora Simón Bolívar del 23, zona que podría y debe ser la vanguardia en el combate contra está banda y la derecha.
En Aragua el famoso tren de Aragua, en Bolívar el tren minero o tren de Guayana, toda la costa oriental tomada por el narco con armamento de última generación.
Esto sin descartar mafias infiltradas dentro de nuestros cuerpos de seguridad (policías, GNB, etc)
Y de ahí la importancia de la organización popular y de prepararnos para los escenarios que se nos podrían venir.
¡Bolívar y Chávez Viven! ¡Y sus luchas y la Patria que nos legaron siguen!
¡Independencia y Patria Socialista!
¡Viviremos y Venceremos!