El desequilibrio mental del señor Bush y de todos aquellos permisivos irresponsables que aun conociendo las evidentes posibilidades de que éste logre llevarnos al umbral del mismo infierno, realmente no tiene parangón y definitivamente confirma que detrás de este loco genocida existe una más terrible amenaza, inclusive más peligrosa y realizable que la del propio fascismo nazi; una red oculta y misteriosa de encorbatados sicópatas que van desde altos personeros Republicanos y Demócratas de la política sionista-norteamericana (Halcones del Pentágono) así como importantes magnates de la industria de las telecomunicaciones, energía y armamentismo (Thing Thang).
Ante esta realidad solamente escalofriante se puede ver el mañana de nuestros hijos cuando vemos como en estos momentos en sus laboratorios de muerte (CNN, FOX NEW, etc), a través de su programación comienza ararse el camino de la definitiva, y ya muy bien estudiada, hazaña de conquistar y adueñarse definitivamente de las grandes posibilidades de vida presentes en el planeta. Una Tercera Guerra Mundial hoy más que nunca es una posibilidad real y que mantiene en vilo a todos los países que, a sabiendas de los graves peligros, no tienen mayor opción que desafiar las decididas estrategias de esta nueva plaga del siglo XXI.
El Imperialismo ha entrado en su fase más culminante y última, donde deberá definitivamente demostrar que es capaz de mantener y alimentar las grandes necesidades de energía que requiere su forma de existencia. La decidida y no menos sangrienta manera como estos señores han enfrentado en este momento el arrebato de apoderarse de las riquezas del medio oriente nos impulsan a pensar que en este momento se están jugando el todo por el todo. Los continuos y muy significativos traumas que en lo militar y en política internacional han tenido, de manera alguna ha evidenciado que hayan aminorado su fuero prepotente, incluso pareciera que han tomado nuevos bríos al evidentemente estarse gestando los preparativos de una bastante real posibilidad de confrontar, esta vez, a Irán. Este prontuario sangriento de su política nos lleva pensar que verdaderamente estamos en presencia de una sistemática y bien programada estrategia de exterminio. Es sumamente sabido hoy en día que se necesitaría no menos de cinco planetas, igual al que conocemos, para mantener el apetito voraz y carroñero de su forma de vida. Para nadie es un secreto que el planeta ya se les ha hecho demasiado pequeño y que en lo sucesivo, de lograr sus objetivos, cada de las criaturas sólo justificarían su existencia sí entran sin resistencia a su cadena alimenticia.
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