Aunque ya nuestro Embajador ante la OEA, el Dr. Jorge Valero, aclaró que es mentira que nuestro país haya sido demandado en la Corte Interamericana de los Derechos Humanos (La Corte), por de la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos (CIDH), y esa falsa noticia obedece a una campaña orquestada desde Washington en contra de Venezuela, que en esta etapa es de carácter mediático para luego pasar a la ofensiva militar al estilo Irak-Irán con el mero fin de apoderarse de nuestra principal riqueza; el petróleo.
Repito, aunque está aclarado por el Canciller Valero lo falaz de la demanda, voy a referirme aquí muy someramente al imperialismo judicial (USA) y en parte a uno de los tantos instrumentos que utiliza la hegemonía imperial para someter a los pueblos dignos y rebeldes que se niegan a bajar la cerviz a los designios de Washington.
Aunque el imperialismo es un fenómeno económico-político-militar por excelencia tiene manifestaciones en todos los ámbitos de la vida como el cultural, y por supuesto, el ámbito jurídico también.
En lo privado el imperialismo judicial se manifiesta en los grandes Bufetes de Abogados que defienden a las empresas Transnacionales Gringas y se posesionan en los países que estas rapiñan comprando magistrados, jueces, políticos, diputados y catedráticos del derecho a quienes pagan en Dollares para ponerlos a sus servicios. Estos grandes bufetes imperialistas, y Venezuela no escapa a este ejemplo en la época de la IV Republica, han impuesto leyes a conveniencia y decisiones de la Corte Suprema complacientes a sus intereses. La persona que ha representado judicialmente los intereses imperialistas por excelencia ha sido, el hoy prófugo de la justicia venezolana y genio redactor del decreto de Carmona Estanga, Allan Brewer Carias, pero quedan muchos Brewer Carias todavía por ahí.
Pero el imperialismo judicial no solo se limita a lo privado, ya explicado, cuyo estilo vienen trabajando los bufetes de las transnacionales desde la época de Gómez. A raíz de la caída del muro de Berlín y pasar a ser USA la única superpotencia militar mundial, esta convirtió a la Organización de Naciones Unidas (UNU), a la Organización de Estados Americanos (OEA) y sus organismos multilaterales (En donde está la CIDH), en instrumentos de sus viles intereses colonialistas.
Entre esos tantos instrumentos multilaterales tanto de la ONU como de la OEA, están el Banco Mundial (BM), el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), etc. y por supuesto están los organismos que dicen preservar y conservar los derechos humanos, en donde se encuentra la CIDH.
La CIDH, es un organismo de conciliación y mediación que se crea a raíz del Tratado Interamericano de los Derechos Humanos, mejor conocido como Pacto de San José por haberse firmado en la capital de Costa Rica en el año 1.969 y ha sido ratificado por nuestro país en el año 1.977. Este pacto creó la CIDH y La Corte, Un Consejo Permanente y otras comisiones en donde esta la de prensa, muy conocida por Venezuela, sobretodo a raíz de la revolución bolivariana y socialista encabezada por el comandante Hugo Chávez Frías.
Pero la CIDH, al igual que otros organismos de la OEA, son instrumentos al servicio del imperio para golpear países dignos que no se someten al dictado Yanqui y para ello son utilizados representantes de gobiernos títeres (Los pueblos están al margen de estos organismos) que hacen mayoría circunstancial para imponer un castigo a sanción a estos países dignos y así aparecer que fue la OEA o la “sociedad interamericana” y no USA. Casos la exclusión de Cuba, caso único en el mundo o la invasión a Republica Dominicana en 1.965, etc.
El primer pecado capital de la CIDH y la demostración palpable de su tutelaje Gringo, es que su sede al igual que la sede del Consejo Permanente, están en Washington, y USA no ha ratificado dicho pacto de San José, en otras palabras no es miembro pleno. Las sedes del organismos del Pacto deberían estar en México, Caracas, Buenos Aires Brasilia y no en USA porque este no ha ratificado dicho tratado; y están radicados en Norteamérica porque su posición rastrera y sumisa ante el imperio es tan descarada que están allí al lado del patrón para cumplir (Y recibir) mejor sus ordenes y mandatos.
Por otro lado la CIDH se creó como un organismo de mediación o conciliación y por lo tanto ni es juez ni es fiscal acusador, por lo que sus cualidades no pueden ser la de acusar a Venezuela ante La Corte.
franciscosierracorrales@yahoo.com.ar
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