Hoy el futuro nos muestra que los cambios del mundo están sucediendo con una visión muy diferente, han desaparecido muchos de los antiguos pilares, viejos y obsoletos partidos, instituciones y hasta creencias ideológicas que se habían caracterizado como un fenómeno especifico de las zonas no conscientes del psiquismo humano. Dado que estos seudo pilares nos orientaron en el pasado, el futuro nos está imponiendo una tarea continua de reorientación mantenida y sostenida por una ideología verdaderamente revolucionaria. Pero eso si, estemos claros, el único pilar que necesitamos conservar es nuestro sentido de identidad como grupo, como pueblo y como nación.
Vivimos en la era de la energía nuclear, de la navegación espacial, y el neoterrorismo imperial, la primera tarea de un gobierno con principios progresistas y nacionalista es sobrevivir en este prometedor y peligroso mundo. En cuanto a nosotros, los venezolanos con principios, sentido humano y progresistas, hemos venido observando que desde su inicio el gobierno del señor Presidente Hugo Chávez Frías, se ha encaminado con decisión y voluntad hacia una nueva política internacional, en su primera etapa específicamente enrumbada hacia un marco de consolidación unificadora con los países Latinoamericanos y del Caribe, pero en forma soberana, reduciendo su dependencia y vulnerabilidad externa, pues ha implementado una política comercial bajo el principio de reciprocidad, equidad y justicia social internacional.
Pero nuestra política exterior cada día se vuelve mas compleja y mucho mas atacada por el imperio y sus lacayos nacionales y vecinos nuestros, tanto así, que la infiltración en la mayoría de nuestras embajadas y consulados están asistidas por traidores declarados al proceso, muchos de los viejos jerarcas de la cuarta republica continúan siendo amos y señores, que disponen a su antojo y se interponen de frente a las nuevas ideas. Latinoamérica, parte del Caribe, la OEA, ONU la Unión Europea y Miami donde está la cuna de las mafias anticastristas, mantienen toda una campaña mediática en contra de la evolución de nuestra revolución. Tenemos la obligación a definirnos frente a estos acontecimientos, no es posible que todavía a estas alturas no haya el gobierno tenido la capacidad de corregir y de cambiar a toda esta gente que tanto daño nos está ocasionando.
Existe toda una situación heredada de los gobiernos anteriores que manejaron con ineficiencia esta materia, y ahí los tenemos, adentro, por lo que podemos decir, que todavía a estas alturas la política exterior de la nueva Republica experimenta una crisis de ubicación dentro de la acción estatal y los objetivos y prioridades del nuevo sistema político venezolano. A esto contribuye la creciente importancia de la política exterior en la política interna, su falta de consenso y su creciente ideologización y discusión dentro del resto de los miembros que encarnan las posiciones revolucionarias, inclusive dentro de los grupos de presión, medios de comunicación, mundo universitario, empresarial y la Fuerza Armada Bolivariana. No es que haya duda de las potencialidades de crecimiento y desarrollo del gobierno, el jefe de Estado, Comandante Hugo Chávez, estudia, piensa, ha demostrado con tino los cambios necesarios y conoce la situación nacional hacia el exterior. El problema radica en que no tiene una base, una plataforma de apoyo dentro del mismo gobierno y de ahí la problemática y el ataque continuo de quienes nos adversan, los cuales tienen armas que confunden y crean antagonismo dentro de las mismas fuerzas revolucionarias. Hay que comenzar y eso le corresponde al Ministro de relaciones exteriores, por implementar una limpieza y una nueva política diplomática, es decir: “Al pan pan y al vino vino” pues los nuevos planes esbozados por el Presidente en este periodo promete muchos cambios en materia de política exterior.
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