Los venezolanos nos hemos pasado desde el siglo XIX, hablando pendejadas de los gobiernos gringos.
Tiene razón el embajador de Estados Unidos, William Brownfield, al decir que no están apoyando ni siquiera subliminalmente “a ninguna de las personas que marchan.”(Últimas Noticias 13-06-07). Y alegra que de manera nada sibilina haya dejado saber que tampoco ha apoyado marchistas del gobierno, pues como habrá observado amigo lector, no han estado “en pro o en contra de cualquiera de los puntos” (Ídem). Esto, aunque se haya expresado con “una rabo de cochino”, en el decir de Chávez, aclara que no es verdad lo que Domingo Alberto Rangel dice, que los gringos juegan a favor del presidente.
Uno sabe que USA nunca le ha mandado real a SÙMATE y Bush, sentó a su lado, a Maria Corina Machado, para increparla por difundir falsas noticias, sabotear el proceso electoral y entorpecer la construcción del “Socialismo del Siglo XXI. Es incierto que la IAE (Institución Albert Einsten) tenga algo que ver con los hechos recientes.
Fue falso de toda falsedad, que Rómulo Gallegos dijese, que los gringos hasta las cejas estuvieron metidos en el golpe que le sacó de Miraflores; o de haberlo dicho, mintió descaradamente el novelista...
¿Quién protege en Miami a Posada Carriles? Cualquier ingenuo piensa que por estar allí, es el gobierno americano. No es así. Si no lo creen, pregúntenle al embajador Brownfield. Es Fidel Castro con los espías que en esa ciudad tiene y la ayuda de los fundamentalistas árabes.
Me enorgullecen y alegran de verdad Brownfiel y la política americana, pues sacaron su bandera de las manifestaciones para evitar malos entendidos, usada en contra de sus deseos, lo que indujo a la aparición de la venezolana al revés; y más cuando con sensatez y convicción democrática afirmó a los pacientes y civilizados periodistas, cuyas pieles se espelucan cuando se enfrentan a las provocaciones de Chávez, que “cada país va a decidir por sus propios mecanismos”.
¡Qué bello y noble! ¡Cuánta verdad encierra ese discurso!
Si usted lector, es un descreído, sólo tiene que recordar el caso Chile. Allende salió por voluntad de los chilenos, en eso los gringos no se metieron para nada. Al contrario la CIA y la ITT, se desvelaron durante largos días, tratando de contener a Pinochet.
Si, es verdad, que entraron a Irak, pero invitados. Y porque la ONU lo pidió de rodillas, para salvar al planeta de las armas de destrucción masiva que escondidas tenia Hussein. Y fueron con rosas en las manos.
Si hablamos de República Dominicana, ¿por qué no ir, si lo pidió la comunidad interamericana y la gente toda del país, para evitar que aquel extremista, novelista, cuentista, humanista y maestro de escuela, llamado Juan Bosh, enseñase a los humildes suyos a leer y escribir? ¡Eso no se podía permitir!
Y para no alargar este rosario de desmentidos a las calumnias que contra los gringos lanzamos, porque es bien larga la historia, tanta que no cabe en la red, terminaremos recordando, cómo el gobierno de Bush, pese al vacío de poder, no respaldó a Carmona y salvó a Chávez en el 2001.
¿Cómo no va uno a creerle al honorable señor Brownfield? Es verdad que pone cara de pendejo bien administrada, pero es incapaz de mentir ni poner zancadillas. Ojalà no se vaya a Bogotá, nos hace falta en demasía para consolidar la paz.