Nuevamente comienza la ofensiva activa por
parte del gobierno norteamericano en contra de los países que luchan día a día por su soberanía. Las declaraciones emitidas por
el presidente estadounidense el día de ayer, son preocupantes, y
representan una nueva intromisión al derecho de los pueblos libres de
América a su autodeterminación.
Sistemáticamente
los gobiernos demócratas y republicanos de Estados Unidos, pretender
imponer nuevamente su hegemonía en aquellos países que han decidido un
norte de justicia social diferente al pasado, deslindándose de las
propuestas de políticas neoliberales que incrementarían aún más la
miseria en la región.
George
W. Bush y su política expansionista ha sufrido reveses que han
condicionado su credibilidad en el pueblo norteamericano, la pérdida de
popularidad, así como el bajo nivel en las encuestas que hoy rodea al
partido republicano, le hacen asumir medidas desesperadas en procura de
alivianar las cargas, producto de los errores que ha cometido su
administración. Es evidente que la mesa está servida para que el nuevo
gobierno norteamericano pase a manos de los demócratas, la pérdida de
la mayoría en el Congreso así lo testifica.
¿Por qué la arremetida sostenida en contra del gobierno de Cuba?
¿Por qué el saboteo en la constitución de la Asamblea Constituyente en Bolivia?
¿Por
qué crear un clima de desestabilización política en Venezuela tomando
como bandera el proyecto propuesto de la Reforma Constitucional?
Para
nadie es un secreto que Bush gana las elecciones apoyado en las mafias
cubanas residentes en el estado de Florida (su hermano es el gobernador
del estado de Florida) la deuda con la disidencia cubana es grande, hay
que cancelarla. Una intervención directa en Cuba por parte del gobierno
norteamericano podría, incluso, garantizar un repunte de los
republicanos ante los demócratas. Bush no puede reelegirse, no tiene
nada que perder y mucho que ganar con acciones desesperadas como las
descritas el día de ayer. Cuba sigue siendo el dolor de cabeza de los
Bush y del partido republicano, se hace necesario desarticular a la
Revolución Cubana y luego de la desaparición física
de Fidel, acelerar el proceso de transición a la democracia. Seguir
subestimando al pueblo cubano seguirá siendo uno de los errores más
grande del imperialismo, Fidel podrá desaparecer físicamente, más no la
convicción de un pueblo de vivir dignamente, libre, en democracia y
soberano, Bush escucha a la disidencia cubana radicada en Florida, pero
no escucha la voluntad del cubano que defiende su Revolución.
Bolivia
y su Asamblea Constituyente incrementan la migraña del imperialismo,
convencidos que la reformulación de la Constitución Boliviana
contribuirá a darle mayor fuerza a los cambios que promueve el gobierno
de Evo Morales, cambios que se endosan en un gobierno de justicia
social, ejercer el poder a través de las mayorías,
mayorías olvidadas por una oligarquía xenófoba, que abandonó a su
pueblo a la más absoluta de las miserias. La desobediencia manifiesta
del pueblo boliviano ante los ataques de la derecha y del gobierno
norteamericano, crea una brecha que se trasforma en un
sentimiento anti-imperialista. No permitir el trabajo de la Asamblea
Constituyente, es contribuir al retraso de esos cambios. La
conformación de la Asamblea garantizaría una aplastante victoria de los
sectores que apoyan el gobierno de Evo Morales. El gobierno
norteamericano, conocedor de esta situación de manera vil, promueve el
caos y coadyuva a generar con sus políticas el freno del avance de esos
cambios. La injerencia es total, abierta y descarada. Las Fuerzas
Armadas Bolivianas han declarado que cuentan con la capacidad
suficiente para garantizar la estabilidad del gobierno legalmente
constituido, ante la irreverencia del gobernador de Santa Cruz (bastión
de la derecha boliviana) y la injerencia externa, declaraciones por
demás interesantes ante el consabido papel en el pasado de las Fuerzas
Armadas del vecino país.
Por su parte, aquí en Venezuela, el gobierno de Bush continúa la promoción de
un golpe de estado para frenar el avance la Revolución Bolivariana y la
integración latinoamericana, para ello ante la apatía de la minoría
oposicionista, despliega nuevos actores de manitas blancas financiados
y asesorados por la derecha, y algunos medios de comunicación irrumpen
en la escena con el claro objetivo de contribuir al calentamiento de
las calles. La preparación de la agenda continúa, concentraciones y
marchas a partir del 3 noviembre. Su mensaje no es del todo claro, eso
es precisamente lo peligroso, dicen no a la Reforma, no hablan de
participar en el referéndum aprobatorio, su objetivo es ver el
desenvolvimiento de esas concentraciones y marchas, revivir el caos de
abril del 2002, que les dió la posibilidad de consumar le golpe de
estado. No se trata de la Reforma, de un sí o un no, se trata de
derrocar y desalojar de Miraflores al tirano.
El gobierno norteamericano, ante la crisis energética y el alza en los precios del petróleo (producto de sus torpezas) lucha sistemáticamente al lado de la
derecha venezolana por apoderarse nuevamente de nuestra industria
petrolera como única medida de supervivencia. Al igual que con Cuba,
comenten el error de subestimar al pueblo venezolano, que es hoy un
pueblo mejor organizado, con unas Fuerzas Armadas dispuestas, al lado
de las Milicias y la Reserva, a la defensa de la Patria ante cualquier
intento de estos factores de derrocar a uno de los gobiernos más
democráticos de Venezuela. La alerta ante la arremetida del imperio y
la derecha venezolana es evidente, prevenida y presta se encuentra la
Revolución Bolivariana para no dejarse arrebatar sus sueños, Dios
permita que ante la insanidad del regente de la Casa Blanca, no se atente en contra de nuestra soberanía, o de cualquier otro país de nuestra América.
No
fue retórico el discurso de nuestro Comandante en Jefe cuando señaló
que un despliegue militar en contra de Cuba será asumido como una
agresión al pueblo venezolano. Dios no permita que se cumplan esas
amenazas por parte del imperio norteamericano, de lo contrario, las
calles de Cuba se bañaran con sangre libertaria heredada de nuestro
libertador.
Patria, Socialismo o Muerte…
Venceremos
Nota.
El gobierno revolucionario a través de las autoridades competentes debe
frenar con carácter de urgencia la ola especulativa que se ha desatado,
el alza indiscriminada en los precios indica que la oligarquía pretende ahogar el
poder adquisitivo de los venezolanos. El plan conspirativo esta en marcha, nuestro deber no permitirlo.