Señor José Luis Zapatero. Presidente del Gobierno Español.
Majestad.
Lo ocurrido en la culminada Cumbre Iberoamericana en el Chile de Allende, fue el enfrentamiento entre la razón y la desidia, entre la historia y la decadencia, entre la dominación y los libertadores, entre el arcabuz y el indio. Pareciera que todavía quedara retazos de conquista en la sangre azul de los herederos de la casa de Castilla y León, aquella “realeza” que saqueó durante siglos las tierras de los Taínos, Caribes, Incas, Mayas, Aztecas, y eliminó de la faz de la tierra, generaciones enteras de nuestros antepasados, empleando los métodos más brutales de dominación.
Por qué ha de callar vuestra majestad, la voz de un indio, caribe, azteca, maya, la palabra de un hombre, que en comparación con vuestro séquito con alcurnia don aire, la historia no le dio “plasma azul” sino que le dio como herencia la espada de Bolívar, la luz de Simón Rodríguez, la fuerza de Sucre, las riquezas de nuestras tierras, impregnada la idiosincrasia de sus gentes, la bondad de Jesús Cristo y sobre todo señor Juan Carlos, el dolor, el sufrimiento, el llanto de los olvidados.¿ Por qué ha de callar vuestra excelencia, la verdad sincera y humilde de los pueblos de América?, dispense usted José Luis y su alteza real, pero ¡no más silencio!, ¡no más imperativos imponentes!, ¡no más sumisión!, ¡no más órdenes! ¡ . ¡A los pueblos no los calla nadie!
La ignorancia voluntaria reflejada en vuestros rostros, como quienes no encuentran la senda de la cordura, se estrelló con los 500 años de historia donde la balanza se inclinaba a su favor. Lo visto allí, sería el reencuentro de dos culturas, pero esta vez, José Luis y su realeza, no se permitió mancillar el suelo de América, se impidió que las calaveras descargaran su carga de odio y racismo. Se desenmascaró lo injustificable, lo que escucharon ustedes fue la verdad, la que no ofende, ni agrede, pero hace mellas las pretensiones de una Europa que se muestra dócil, disfrazada con piel de lobo presto a devorar lo que hoy se construye, pero hoy la historia ha cambiado los pueblos ya no creen en palabras envueltas en el celofán de alguna transnacional.
¡Exigimos respeto! Señores, aún están húmedas las mejillas de estas tierras latinoamericanas, la muerte, la explotación, la miseria, sigue rondando bajo el manto oscuro del imperialismo Norteamericano, con el consentimiento de la “Gran Europa Unida”, quienes deben disculparse ante las madres de los hijos de nuestros pueblos y de otros, caídos en la lucha diaria y en las intervenciones que hoy apadrinan por ser miembros de la OTAN, a ellas les deben disculpas, a la América toda le deben disculpas.
Lo sentimos mucho, por muy Majestad que usted sea, y con todo el respeto, Don, no nos callaremos y menos ahora, que hay tanto en juego.
¡Comandante Chávez ORDENE!
(*)Cuba.
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