Suena duro, pero hay que decirlo (II)

Ocurrió históricamente que el gobierno de Betancurt fue un fracaso mas. Internacionalmente la imagen de Colombia se deterioró e internamente la paz iracunda se resbaló de tumbo en tumbo en la agonía negra del odio heredado. “No. Hay cosas de principios que no se pueden aceptar. Primero, es un error pensar que los dos bandos son el ejército y la guerrilla. Es la institucionalidad colombiana la que está siendo atacada por la subversión. Segundo, ¿Por qué se le exige al ejército, que es la parte legal de la nación, que está sosteniendo las instituciones, que tiene las puertas del Capitolio abiertas, que mantiene al gobierno legítimamente constituido, que está respondiendo a un anhelo nacional de paz y que está sosteniendo una republica, un sistema democrático, QUE NO DISPARE, que entregue las armas y no se le pide a la GUERRILLA que las entregue? Si la guerrilla se desmoviliza, si la guerrilla entrega las armas, si la guerrilla pasa a trabajar acogiéndose a la apertura democrática que le está ofreciendo el gobierno, pues el ejército se retirará de una parte u otra y no tendrá problemas”. Fue una respuesta emitida en aquella época por el General Fernando Landazábal, precisamente en el momento en que se tramitaba la paz. (Reportaje de Margarita Vidal, l984. No habrá cese de Fuego ni retirada del ejército. El Tiempo Bogotá).

Por otra parte escuchábamos, “el gobierno afirma que la ley de amnistía dio la libertad a todos los presos políticos, así lisa y llanamente. Y por tanto en las cárceles no hay mas que presos comunes, obviamente condenados por delitos propios de la delincuencia común. El hecho de desconocer como presos políticos a los miembros de nuestra organización y calificar el ajusticiamiento de Rafael Pardo Vuelvas como “delito atroz” para impedir que la ley de amnistía diera libertad a nuestros compañeros, tiene un profundo sentido político: se trata de sentar un rotundo precedente, algo así como un “escarmiento” para aquellos que se atreven a atentar contra un miembro de la clase oligárquica. Eso ha sido la amnistía de Betancurt, una jugada política para mostrar su “VOCACION DE PAZ”, la realidad es que permitió la salida de algunos presos, a quienes le convenía dar la libertad, la mayoría de ellos ablandados por la tortura y desmoralizados, realmente muy pocos de los que salieron libres con la amnistía representaban un peligro para el sistema. En cambio dejó en las cárceles a los “innombrables” a quienes no merecemos su perdón, y no se equivocaron en este punto, porque verdaderamente no merecemos ni necesitamos su perdón , por eso nuestra organización desde el primer momento rechazó la amnistía, sentando su posición política basada en que nuestra lucha no es contra este o cualquier otro gobierno. Lo importante para nosotros no es que el estilo de gobernar de Belisario Betancurt es distinto al de Turbay; lo que importa es que cambie la situación para nuestro pueblo, porque nuestra lucha es contra el sistema económico, social y político que se base en la explotación del hombre por el hombre”. Expresaba con valentía un miembro de la Dirección Central del Movimiento ADO, Movimiento compuesto para ese momento por estudiantes y obreros en la guerrilla urbana.

Los presidentes subsiguientes han buscado a su manera la paz para Colombia. Unos con estrategias mas fuertes, otros con la táctica del dialogo, algunos creyeron dar grandes alcances, pero otros sólo lograron incrementar la violencia. Pero lo que si es cierto, es que todos hasta hoy, han confirmado que los ejércitos revolucionarios, no son derrotables por la vía militar. Esos gobiernos, sumándoles el poder de los “varones de la droga”, los paramilitares que han hecho que la insurrección sea más activa, carecen de voluntad política para alcanzar la paz y por eso la tremenda desconfianza y la falta de fe para lograrla. El ejército culpa a los políticos, a las leyes colombianas al demostrar debilidad. Pero cincuenta años de lucha no pueden cesar, porque no hay confianza, no se ve sino oscuridad, es algo así como una piedra ciega, ellos desoyen la voz del pueblo que clama amor y paz todos los días, los oligarcas solo saben gritar ¡FUEGO! ¡FUEGO! , y encienden en sus bocas la palabra de los odios heredados. Colombia que en los momentos de un tiempo oscuro fue el honor, el orgullo, la dignidad de América, hoy se desangra con pavor cara a cara. Mas sin embargo, su pueblo y Latinoamérica y el Caribe seguimos creyendo que allí vive un puño y un puñado de esperanza con las semillas de la paz. (…Continuará )

vrodriguez297@hotmail.com


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Víctor J. Rodríguez Calderón


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