A mis camaradas de PDVSA

Lo ocurrido con la Exxon Mobil no es un caso aislado. Uno de los males del capitalismo es la creación de las corporaciones, con las cuales se despersonalizó la producción y se limitó la responsabilidad de los empresarios y fue considerada como una persona, con los mismos derechos constitucionales de la persona natural. Para mí, la corporación es uno de los mayores fraudes y de las más grandes burlas que se han cometido contra la humanidad. Una de las principales luchas que creo debemos emprender a nivel mundial es contra las 'sociedades accionarias' o 'compañías anónimas' para pasar la propiedad sobre los medios de producción a quienes producen. La corporación, nacional o transnacional, debe morir.

Como jubilado de la Nueva PDVSA quiero reflexionar sobre la conciencia socialista, anticapitalista y antiimperialista que debemos tener en PDVSA y dar algunas humildes sugerencias. En cada acción de nuestro trabajo, actuando localmente, debemos hacerlo con visión global. Seamos gerente, profesional u obrero, podemos desempeñar una función igualmente patriótica; es más, en algunos casos, los obreros pueden desempeñar una función más importante, como en los terminales de despacho, por ejemplo. En los procesos licitatorios debemos propiciar la participación de empresas sociales y dificultar la participación de corporaciones, sobre todo las de capital yanqui. En aquellas en las que por alguna razón logren ofertar empresas con intereses gringos, es importante ser celosos y excluirlas ante el más mínimo incumplimiento de los pliegos de licitación. En los contratos ya firmados, es nuestro deber administrarlos con rigor y aplicar al máximo las penalidades contra las corporaciones yankis. En las compras es deber preferir aquellas de países periféricos y otros polos diferentes al norteamericano. En las negociaciones es necesario aumentar la participación del euro, el yen y otras monedas diferentes al dólar, así como propiciar la creación de la moneda de la OPEP y la moneda del Sur. Nuestras inversiones en el extranjero hay que revisarlas y blindarlas, asociándolas a legislaciones protectoras y monedas diferentes al dólar. En los embarques de petróleo, los destinados al resto del mundo, principalmente a países de la periferia, del Alba, etc., darles la máxima celeridad; pero aquellos hacia los EE.UU. o empresas de capital yanqui, no despachar hasta que no se haya cumplido hasta la más leve normativa, así haya que retrasar el embarque, pues primero está la patria. A nuestros gerentes: el crédito para compras de empresas yanquis debe ser abolido. Creo que el plan a mediano plazo de PDVSA podría ser revisado, bajar la producción ligeramente, ese millón y medio de barriles para EE.UU es excesivo.

leopoldocook@gmail.com

Lo importante que en cada acción de trabajo nos preguntemos, por más sencilla que sea, cuál es la opción que más favorece al socialismo a nivel mundial, la que más castiga al imperialismo.




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Leopoldo Alberto Cook Antonorsi


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