1. La paralización del gobierno popular en Bolivia
En la política
de destrucción de los gobiernos bolivarianos Bush ha
alcanzado su primer objetivo estratégico: paralizar el proyecto popular
y destruir la fuerza efectiva del gobierno de Evo Morales. El eje imperial-oligárquico
ha logrado crear un poder dual en Bolivia que limita la ejecución efectiva
del proyecto de Evo Morales a tres de los nueve Departamentos del país,
esencialmente al altiplano. La aceptación de Evo de que negociadores
internacionales o de la iglesia medien en el conflicto con la oposición
es la demostración clara de este hecho. De esta manera, el mandato
electoral de las mayorías por una transformación democratizadora y
popular del país ha sido prácticamente revocado y será sustituido
por una negociación con mediadores de la Iglesia y fuerzas internacionales
(sic).
2. El papel estratégico de las supuestas computadores de Raúl Reyes en la desestabilización de Ecuador y Venezuela
El segundo
paso es la planeada destrucción de los gobiernos de Venezuela y de
Ecuador. El medio de agresión usado por Washington son las supuestas
computadoras de Raúl Reyes que se convierten en una fuente inagotable
de chantajes e intimidaciones contra todos los gobiernos, fuerzas y
personas progresistas e independientes de América Latina. Las supuestas
computadoras son el arma estratégico de la guerra sucia mediática-política-jurídica
para destruir el proyecto integracionista latinoamericano y revalidar
a sangre y fuego la Doctrina Monroe; son, al mismo tiempo, la justificación
para la intervención militar.
3. ¿Como defenderse de la ofensiva de Washington?
Frente a
esta arma América Latina solo tiene dos formas de protegerse. En primer
lugar, debe demandar la entrega de las supuestas computadoras al gobierno
del Ecuador. La escena del crimen fue el territorio ecuatoriano y las
supuestas computadoras son evidencia física forense, que pertenece
a las autoridades ecuatorianas que investigan el caso. La expatriación
de esta evidencia forense por tropas colombianas constituye un nuevo
delito criminal que debe ser remediado.
Entregada esta evidencia a las autoridades competentes ecuatorianas,
éstas decidirán si piden ayuda a instituciones criminológicas internacionales.
Si Uribe no entrega esta evidencia forense, los gobiernos latinoamericanos
podrían negar justificadamente cualquier validez a futuras acusaciones
colombo-estadounidenses respectivas.
Bush y Uribe
no quieren negociar; quieren la capitulación incondicional o la destrucción
física de la guerrilla. Ante este escenario, hay una sola fuerza capaz
de lograr una solución negociada:
el bloque de gobiernos latinoamericanos y caribeños; eventualmente,
pero no necesariamente, reforzado por algunos gobiernos europeos y
algunos sectores de la clase política estadounidense. Este Bloque latinoamericano
debería negociar con Uribe una formula
diplomática que permitiera el inicio de negociaciones serias entre
el gobierno y la guerrilla. El poder de negociación del Bloque latinoamericano
es doble: la posibilidad de aislar políticamente a Uribe en América
Latina y el Caribe ---y en caso extremo, el reconocimiento
unilateral en bloque a las FARC como fuerza beligerante---, y el posible
cambio de su patrocinador en la Casa Blanca, en noviembre de este año.
4.
Brasil: el poder decisivo
El papel
decisivo latinoamericano en este conflicto lo juega
Brasil. La ausencia de Lula en la Cumbre del Grupo de Río en Santo
Domingo, fue una clara señal que Brasil no pondrá en riesgo sus intereses
estratégicos ---por ejemplo, la constitución del Consejo
de Defensa de América del Sur en octubre de este año---
por el conflicto fronterizo entre Colombia y Ecuador. Fue esa decisión
que motivó el discurso conciliador de Hugo Chávez frente a Uribe y,
en consecuencia, la aceptación de la posición brasileña por Daniel
Ortega y, a regañadientes, del Presidente ecuatoriano.
El viaje
de Condoleezza Rice a Brasilia (14.3.) fue para obligar a Lula a mantener
esa posición durante la reunión extraordinaria de los cancilleres
de la OEA, el lunes 16 de marzo. Si en esta reunión se condena formalmente
a Colombia, lo que no es muy probable, es secundario. Lo que realmente
está en juego es el status colonial de América Latina.
5. Se decide el status colonial de América Latina
En esta
guerra de doscientos años entre la Doctrina Monroe y la Doctrina de
Bolívar, Lula ha de saber, que si
América Latina no declara nula la doctrina del terrorismo internacional,
que es el nuevo ropaje ideológico que la Doctrina Monroe ha asumido
en América Latina y neutraliza el arma de las supuestas computadoras,
los gobiernos de Hugo Chávez y de Rafael Correa podrían ir el camino
del gobierno de Evo Morales.