Luego
del referéndum autonomista realizado en Santa Cruz, Bolivia, se han
destapado en Venezuela las denuncias referidas a los planes secesionistas
existentes en el Zulia. Esa situación la hemos venido denunciando desde
hace por lo menos cinco años, pero los representantes del gobierno
bolivariano han demostrado muy poco interés para tomar medidas efectivas
que apunten a desarticular la posibilidad de que surja un movimiento
separatista del tipo que existe hoy en Bolivia. Adjuntamos aquí dos
artículos publicados por aporrea, uno en 2003 y el otro en 2006.
Desde
el año 2003 existen páginas web separatistas. Una de ellas se denomina
“País Zuliano”, y su dirección actual es http://paiszuliano.blogspot.com/. La más reciente, surgida en 2006, es la del
partido Rumbo Propio, http://www.rumbopropio.org.ve . Cuando en 2006 realizamos una campaña contra
las posiciones separatistas de Rumbo Propio, sacamos por la web un manifiesto
(que adjuntamos al final), el cual no fue publicado nunca en la prensa
regional por irresponsabilidad de diputados bolivarianos que se guardaron
el disco que elaboramos para tal efecto. Entre estos diputados estaba
el que hoy aparece como jefe del PSUV en el Zulia.
En
2004 alertamos al gobierno nacional sobre situaciones irregulares en
empresas del Estado, como Enelvén (industria eléctrica), en la cual
la gerencia escuálida conspiraba a favor de la derrota en el referéndum
revocatorio de agosto de ese año. Esa situación nunca fue corregida,
y la alta gerencia de una empresa tan fundamental como Enelvén sigue
estando integrada en su totalidad por escuálidos, como nos consta directamente
cuando hemos estado allí en la discusión del contrato colectivo del
sindicato bolivariano Sutiescez, y en conferencias a las cuales hemos
sido invitados. En otras empresas clave, como PDVSA occidente, también
hemos leído por Aporrea denuncias similares. En un contexto de planes
separatistas, esta debilidad de la revolución dentro de las principales
empresas del estado en la región zuliana es un problema bien grave
que alguien debería resolver.
Hemos
dicho en todos los escenarios que los planes separatistas del imperio
en el Zulia sólo pueden ser derrotados efectivamente con la masiva
movilización popular. No basta con declaraciones y sesudos análisis.
Es la hora de tomar la calle, de arrebatarle la iniciativa al enemigo
y desmontar para siempre cualquier atisbo de pretender separara al Zulia
de Venezuela. Pero en la reciente marcha con motivo de la conmemoración
del 27 de febrero, en la marcha del 6 de marzo, y en la marcha del 1º
de mayo, todas en Maracaibo, la participación de las instituciones
y fuerzas políticas oficiales brilló por su ausencia. En la marcha
del 27 de febrero apenas se contó con el apoyo de la alcaldía de Maracaibo,
unas tres mil personas marchamos ese día, y la Asamblea Popular por
las 3R y la UNT-Zulia estuvimos entre sus promotores. En la marcha del
6 de marzo dirigida al consulado de Colombia, aunque hubo más respaldo
institucional, la cantidad de gente movilizada apenas superó el número
de la marcha anterior. En la movilización del 1º de mayo, organizada
nuevamente por sindicatos de la UNT-Zulia y la Asamblea Popular por
las 3R sólo contamos con el apoyo del Iclam quien aportó el sonido
en la Plaza Bolívar. Los jefes del PSUV, en vez de respaldar y participar
en esta marcha, se fueron a bailar con trabajadores jubilados de la
gobernación, tal como los vimos, sorpresivamente, en las pantallas
de Venezolana de Televisión (VTV ignoró nuestra marcha combativa y
en cambio pasó al jefe del PSUV bailando en un centro recreativo, como
“conmemoración del 1º de mayo en el Zulia”).
Con
esta situación, realmente no es fácil lograr una respuesta de calle,
masiva y contundente, a los planes separatistas en el Zulia. Las fuerzas
de gobierno deben aplicarse a sí mismas las 3R, revisión, rectificación
y reimpulso revolucionario, si queremos evitar que esto se ponga crítico
como ocurre actualmente en Bolivia.
El
análisis propiamente dicho sobre las intenciones separatistas, ya lo
escribimos hace varios años, y aquí lo anexamos.
Un Plan Separatista
contra la Soberanía Nacional.
El imperio quiere independizar
al Zulia
Roberto López Sánchez. Movimiento
13 de Abril. - www.aporrea.org
03/11/03 - http://www.aporrea.org//a5470.html
Desde hace meses hemos venido
denunciando públicamente que en el Estado Zulia se está conformando
todo un plan tendiente a promover su separación de la República Bolivariana
de Venezuela. Tal como lo expusimos en un artículo del diario Panorama
del pasado 30 de agosto, desde la gobernación del Estado se está tejiendo
una conspiración que avanza por el camino del separatismo.
El domingo 26 de octubre, el diario antichavista La Verdad publicó
una larga entrevista a Julio Portillo, ex-embajador de Venezuela en
República Dominicana, cuyo título a cuatro columnas decía “La independencia
del Zulia debe someterse a la consulta del pueblo” (página A-2).
Dicho artículo comienza con una introducción del propio periodista,
que refleja la evidente línea editorial separatista del periódico
La Verdad. En esa introducción, se dice que “la idea de un estado
Zulia independiente y establecido como república ha rodado a lo largo
de la historia por debajo de las mesas dispuestas en los distintos predios
políticos y sociales de la tierra de Urdaneta”. Esto es una tergiversación
de la historia, pues desde hace casi 150 años en el Zulia no se ha
vuelto a hablar de separatismo como proyecto político.
Más adelante, el periodista argumenta que el carácter opositor del
gobernador Rosales es uno de los elementos que, “cual efecto dominó”,
despierta las intenciones autonómicas: “La crítica y polarizada
situación política que actualmente atraviesa nuestro país ha tenido
un contundente efecto ... especialmente en el Zulia, donde su más importante
gobernante es un férreo detractor de la gestión del poder central.
Ello ha tenido sus consecuencias económicas en la región y ha despertado
cual efecto dominó las intenciones autonómicas en la entidad petrolera”.
En otras palabras, el periodista justifica que los supuestos efectos
económicos negativos para la región causados por el gobierno de Chávez
serían los argumentos centrales para promover el separatismo. Esta
introducción hecha por el periodista, repetimos, debe entenderse como
la línea editorial del diario La Verdad. Una afirmación tan grave
como esa no puede deslizarse en una entrevista si no cuenta con el visto
bueno de los editores del diario.
Luego el periodista reconoce la gravedad de sus propias afirmaciones,
cuando establece que “muchos han denunciado a gritos que se está
fomentando un proceso secesionista e independentista en la región”.
Motivado el diario por estas premisas, entrevista a Julio Portillo,
quien es actualmente director de la Escuela de Ciencias Políticas de
la Universidad Rafael Urdaneta (privada). Aunque comienza por apoyar
la idea de una región autonómica antes que por la independencia del
Zulia, más adelante se contradice y termina alentando una abierta separación
del estado. Establece que la independencia del Zulia dependerá del
“tratamiento que Venezuela le dé a la región”. Propone que una
salida sería “un referendo consultivo sobre la independencia de la
región”.
Portillo considera que el Zulia debe aprovechar el distanciamiento y
disgusto internacional que ha provocado el gobierno nacional con países
como España, Italia, Chile, Perú, México, República Dominicana,
el Vaticano, Uruguay y los Estados Unidos, para reclamar su autonomía.
Es decir, Portillo propone que se aproveche el momento político que
a nivel internacional se ha creado por las críticas hacia Chávez de
parte del gobierno de los Estados Unidos y España, entre otros, para
adelantar los planes autonomistas del Zulia.
Pero, ¿que entiende Portillo por autonomía de la región?. Eso lo
sabemos unas líneas más adelante, cuando “recuerda con insistencia
las semejanzas que guardan históricamente el Zulia y Panamá”. Autonomía
es entonces separatismo. Panamá fue independizada de Colombia en 1903
por medio de una conspiración orquestada por el gobierno de los Estados
Unidos, con el fin de construir allí el Canal interoceánico y el gran
negocio que ello representaba. Si Portillo compara al Zulia con Panamá,
es porque su llamado a la autonomía es en realidad un llamado al separatismo.
Sus argumentos los mejora cuando nos compara también con Québec, la
provincia separatista del Canadá. Dice que el Zulia aporta más del
10 % del PIB, y que por sus riquezas el Zulia se puede considerar “una
nación”. Siguiendo luego con sus comparaciones con Panamá, dice
“durante todo el siglo XIX hay una serie de movimientos separatistas
en Panamá, ... e increíblemente también los hay en el Zulia, porque
la gran inquietud de los zulianos durante el siglo XIX y sobre todo
a principios del XX, es que nunca ha habido una correspondencia entre
lo que produce el Zulia y lo que se le regresa en obras públicas y
asistenciales en beneficio de la calidad de vida de sus habitantes”.
Sus referencias al siglo XX son falsas en términos históricos, pues
en las primeras décadas de ese siglo más bien se profundizó y consolidó
el modelo centralista bajo las dictaduras de Cipriano Castro y Juan
Vicente Gómez. No existieron propuestas separatistas zulianas en el
siglo XX.
Incluye hasta argumentos de carácter geográfico que supuestamente
favorecen la autonomía de la región petrolera: “el Zulia tiene el
lago más grande de Sudamérica, que tiene salida al mar y es el mayor
reservorio de agua dulce del subcontinente; contamos con una cuenca
petrolífera estratégica, de las más importantes del hemisferio occidental;
el territorio que tiene el Zulia es más grande que El Salvador, que
Dominicana, que Cuba; para citar sólo algunos ejemplos ante la necesidad
de que el Zulia se sitúe él mismo, política y económicamente”.
Así termina la entrevista. Es evidente que la única conclusión posible
de la misma es la necesidad de promover el separatismo del Estado Zulia
y su constitución como una República independiente.
Este plan esbozado por Julio Portillo es la confesión pública de algo
que se había venido adelantando con iniciativas como la aprobación
por el Consejo Legislativo Estadal de la Constitución del Zulia, la
cual habla en su artículo 2 de una supuesta potestad del estado para
darse un “autogobierno”. Las frases que insinúan el separatismo
contenidas en la Constitución aprobada por las fuerzas opositoras en
el Consejo Legislativo, ya fueron impugnadas por diputados del proceso
ante el TSJ.
Por otra parte en el Zulia se han venido orquestando desde la gobernación
del Estado una serie de factores de la conspiración. La presencia de
Henry López Sisco como asesor de la policía de Rosales es una muestra
contundente de que la CIA es quien dirige realmente a los cuerpos policiales
del Zulia. Casualmente esto ha coincidido con el enorme auge de los
secuestros en todo el estado, y con los informes sobre presencia de
columnas paramilitares en distintos puntos de la frontera con Colombia.
Las visitas continuas del embajador norteamericano Shapiro al gobernador
Rosales son también un elemento poco explicado y justificado en términos
políticos. Es evidente que Shapiro es un contacto directo de los planes
desestabilizadores gringos en Venezuela, y su presencia constante en
el Zulia demuestra que este Estado juega un papel importante dentro
de esa conspiración.
En el Zulia hay comandos paramilitares fuertemente armados, que actuaron
en la noche del 11 de abril del 2002 al allanar el Hotel Del Lago, intentando
detener a varios dirigentes políticos revolucionarios, y que hasta
el presente no han sido identificados ni detenidos. Esos grupos de comando
deben estar subordinados a la estructura que la CIA mantiene en el estado,
y esperando el momento propicio para volver a actuar.
Las razones por las cuales el imperio desea independizar al Zulia podemos
resumirlas así:
1) La necesidad de tener un control directo sobre los campos petroleros
del Estado Zulia, enmarcada en la necesidad de garantizar a futuro una
fuente de abastecimiento de petróleo segura y confiable, debido a las
escasas reservas petroleras que los Estados Unidos tienen en su territorio,
las cuales se agotarían en menos de dos décadas.
2) El separatismo zuliano es una carta que se la jugaría el imperio
si no logra derrocar a Chávez. Sería una forma de debilitar en lo
económico y en lo político al gobierno de Chávez, para continuar
intentando su salida del poder.
3) La estrategia separatista, además de ser vieja en su uso por el
imperio (recuérdese que fue utilizada en Tejas y en Panamá), está
siendo nuevamente reactivada en distintas regiones del continente suramericano,
como la Patagonia en Argentina y Santa Cruz en Bolivia. Forma parte
del plan imperialista para controlar directamente sus áreas de influencia,
y para ello se propone la disolución de los estados nacionales, y la
recolonización de la América Latina.
4) Los gringos también pueden usar el separatismo como parte de la
actual estrategia golpista vinculada al reafirmazo y el revocatorio.
Una eventual declaración de independencia por parte del gobernador
Rosales generaría una inmediata crisis política en el país, que vinculada
al proceso revocatorio podría incluso justificar la intervención militar
de los Estados Unidos, para “proteger sus intereses vitales” en
la región.
Estamos convencidos que esta estrategia imperialista no es de fácil
aplicación para la burguesía internacional, y el triunfo de la misma
tampoco está seguro. Primero que todo generaría un terremoto político
en toda Latinoamérica, difícil de controlar por el imperio. Difícilmente
algún gobierno apoyaría esta política separatista, y encontraría
la oposición de las fuerzas militares de todos nuestros países, las
cuales se han formado en el espíritu nacionalista creado por la misma
guerra de independencia. En Venezuela, la declaración de independencia
del Zulia significaría la inmediata guerra civil. Por ello creemos
que dicho plan sólo puede venir si están considerando una inmediata
invasión gringa y/o colombiana; única forma en que Rosales puede sostenerse
en el gobierno más allá de unas horas.
De todos modos, nuestro deber como revolucionarios es denunciar estos
planes separatistas imperialistas, y defender la unidad de la nación
venezolana, enmarcada en un proyecto de integración continental bolivariano.
Quienes se han vendido al imperialismo, traicionando nuestra dignidad
y soberanía como nación, se exponen a recibir el mismo trato que nuestros
libertadores le dieron a las fuerzas colonialistas españolas. La obra
histórica de Simón Bolívar y Rafael Urdaneta reflejan el espíritu
nacional y a la vez internacionalista de quienes lograron la independencia.
Si es necesario, los venezolanos reeditaremos la guerra de independencia
y expulsaremos de estas tierras a los lacayos del imperialismo.
¡¡ EL ZULIA ES VENEZUELA !!
¡¡ BOLÍVAR Y URDANETA POR SIEMPRE !!
MOVIMIENTO 13 DE ABRIL
Maracaibo, Noviembre de 2003.
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Manifiesto reivindicador
de la zulianidad como parte integrante de la República Bolivariana
de Venezuela.
Roberto López Sánchez y demás
profesionales del Zulia - www.aporrea.org
12/03/06 - http://www.aporrea.org/tiburon/a20179.html
Los abajo firmantes, historiadores e investigadores del Estado Zulia, nos pronunciamos ante las pretensiones de un reducido sector de la sociedad, que promueve una supuesta autonomía para el Estado.
1) La conformación de los Estados Nacionales en la América colonizada por el imperio español, durante el siglo XIX, estuvo influida determinantemente por los intereses de Inglaterra, la gran potencia capitalista de la época, y de Estados Unidos con la doctrina Monroe. La acción manipuladora de ambos gobiernos sobre las oligarquías criollas latinoamericanas, permitió el fracaso de los planes integracionistas que Simón Bolívar y sus seguidores intentaron ejecutar al crear la República de Colombia y realizar el Congreso Anfictiónico de Panamá.
2) El fracaso de los planes de unidad hispanoamericana que intentaron desarrollar Bolívar y otros insignes patriotas, se debió también a que los intereses imperialistas contaron con el apoyo de aliados criollos, personificados en la oligarquía paecista que dominó desde Caracas y la oligarquía santanderiana que hegemonizó en Bogotá. Debido a esto, Hispanoamérica se dividió en pequeñas y débiles repúblicas, mientras en el norte las antiguas colonias inglesas si pudieron conformar una unidad nacional que posteriormente les permitiría convertirse en una gran potencia.
3) Desde ese momento, a partir del nacimiento de nuestras Repúblicas independientes, los intereses de las grandes potencias se han cruzado en la política interna, en los conflictos y guerras civiles desarrolladas en toda la América Latina.
4) La tardía incorporación de la Provincia de Maracaibo al proceso independentista sólo puede interpretarse como parte del desigual proceso de confrontación sociopolítica y militar que caracterizó a nuestra guerra emancipadora, lo que permitió que las fuerzas subordinadas al imperio español fueran derrotadas primero en la zona central del país, luego en el territorio oriental, en la región andina, en el sur guayanés, y sólo posteriormente en su región nor-occidental.
5) La oligarquía criolla radicada en Maracaibo, que permaneció fiel al dominio colonial español durante los primeros años de la guerra de independencia, y uno de cuyos principales exponentes fue José Domingo Rus, significó simplemente una de tantas versiones criollas de la sumisión ante las potencias extranjeras. Esta oligarquía pro-española no representó históricamente ninguna reivindicación fundamental de los pueblos de la región histórica marabina. El desarrollo del Zulia no era concebible en términos históricos si se prolongaban los lazos de subordinación colonialistas que nos mantenían atados al ya decadente Imperio Español.
6) Rafael Urdaneta representó a los patriotas zulianos esclarecidos que comprendieron hacia qué lado se movía la rueda de la historia, y se incorporaron plenamente al desarrollo de la guerra independentista. El proceso emancipador iniciado en Venezuela en 1810 marcó la pauta para la generalización de la lucha de independencia en todos los territorios continentales dominados por España. Los patriotas venezolanos, como Bolívar y Urdaneta, cumplieron el papel de líderes fundamentales de un proceso transformador que conmovió profundamente a las sociedades construidas en América luego de la conquista.
7) El fracaso de los planes bolivarianos de integración permitió en el transcurrir del siglo XIX que los intereses imperialistas ingleses, franceses, alemanes y norteamericanos, consolidaran su influencia política, económica y cultural sobre los distintos gobiernos latinoamericanos. A pesar de ello, nuestras repúblicas crecieron conservando un orgullo nacional que partía de la gloriosa guerra de independencia. En Venezuela, territorio en el cual se conformaron las fuerzas sociopolíticas y los ejércitos populares que liberaron a buena parte del continente suramericano, se mantuvo la memoria de nuestros libertadores y la defensa de los valores democráticos que llevaron a que las grandes mayorías populares se incorporaran a la lucha independentista.
8) Los diversos intentos separatistas ocurridos en Maracaibo durante el siglo XIX, respondieron en el fondo a las disputas entre las potencias imperialistas por hegemonizar la conducción política de Venezuela. Particularmente, las declaraciones secesionistas de la década de 1860 respondieron a la confrontación entre los intereses de Inglaterra y de Francia por influir en los gobiernos posteriores a la Guerra Federal. Los pretendidos “paladines de la zulianidad”, Jorge Sutherland y Venancio Pulgar, este último el mismo caudillo que incendió La Villa del Rosario y asoló al territorio perijanero, no representaron en modo alguno los intereses del pueblo zuliano, y simplemente fueron instrumentos políticos del capital extranjero para fortalecer su control sobre nuestro territorio.
9) Los Estados Unidos han utilizado en el pasado la práctica secesionista para apoderarse de territorios de los países latinoamericanos. Así ocurrió en Tejas, estado despojado a México en 1844, y en Panamá, provincia arrebatada a Colombia en 1903. Durante el gobierno dictatorial de Juan Vicente Gómez, las compañías petroleras extranjeras diseñaron un plan secesionista del Zulia que no llegó a tomar cuerpo debido a que los intereses imperialistas nunca chocaron con el rumbo de nuestros gobiernos lacayos.
10) La actual iniciativa de promover un Estatuto Autonómico para el Estado Zulia sólo puede interpretarse dentro de la confrontación política generada a partir del triunfo de la revolución bolivariana en 1998, y específicamente como parte de los intentos del capital extranjero por debilitar y/o derrocar al gobierno constitucional de Hugo Chávez.
11) Los estatutos autonómicos existentes en el Estado Español responden a una conformación histórica totalmente distinta a lo que ha sido el desarrollo de la nación venezolana. Siendo legítimas las aspiraciones de los pueblos a una mayor participación política en la conducción de los asuntos públicos, incluyendo la lucha por descentralizar y desconcentrar el poder de los Estados, y la mayor participación de regiones y provincias en la recaudación impositiva, en el caso específico de las propuestas autonómicas actuales referidas al Estado Zulia, las mismas son realizadas en un contexto de lucha de clases que evidentemente responden a intereses foráneos interesados en desestabilizar al país. Las propuestas democratizadoras del poder central, surgidas y respaldadas desde la base popular, tal como viene ocurriendo con la profundización de la democracia participativa en el contexto de la revolución bolivariana, no podrán asemejarse nunca en términos históricos a las declaraciones de pequeños grupúsculos elitescos que sólo son testaferros de intereses creados más allá de nuestras fronteras.
12) El objetivo histórico de las localidades, los Estados y las regiones debe ser el aportar a la consolidación del proceso revolucionario en Venezuela, e ir más allá hacia la integración de las naciones latinoamericanas. En nuestro caso, la zulianidad, entendida como la manifestación plural de las distintas expresiones culturales que se desarrollan en el Estado Zulia, está llamada a fortalecer el estado y la nación venezolana. La Constitución Bolivariana consagra el carácter multiétnico y pluricultural de la sociedad venezolana; en ese marco, la manifestación de las diferentes culturas e identidades presentes en nuestro territorio se pueden manifestar y desarrollar libremente amparadas en las libertades democráticas y la participación protagónica del pueblo organizado. El progreso del Zulia es el progreso de la Venezuela Bolivariana.
13) Las razones por las cuales el imperio norteamericano desea independizar al Zulia podemos resumirlas así:
- La necesidad de tener un control directo sobre los campos petroleros del Estado Zulia, enmarcada en la necesidad de garantizar a futuro una fuente de abastecimiento de petróleo segura y confiable, debido a las escasas reservas petroleras que los Estados Unidos tienen en su territorio, las cuales se agotarían en menos de dos décadas.
- El separatismo zuliano es una carta que se la jugaría el imperio para debilitar en lo económico y en lo político al gobierno de Chávez, para luego continuar intentando su salida del poder.
- La estrategia separatista también está siendo reactivada en distintas regiones del continente suramericano, como la Patagonia en Argentina y Santa Cruz en Bolivia. Forma parte del plan imperialista para controlar directamente sus áreas de influencia, y para ello se propone la disolución de los estados nacionales, y la recolonización de la América Latina.
- Los Estados Unidos también pueden usar el separatismo como parte de la actual estrategia vinculada a las próximas elecciones presidenciales. Una eventual declaración de independencia generaría una inmediata crisis política en el país, que podría incluso justificar la intervención militar de los Estados Unidos, para “proteger sus intereses vitales” en la región.
14) Estamos convencidos que esta estrategia imperialista no es de fácil aplicación para la burguesía internacional, y el triunfo de la misma tampoco está seguro. Primero que todo generaría un terremoto político en toda Latinoamérica, difícil de controlar. Es poco probable que algún gobierno apoyaría esta política separatista, y encontraría la oposición de las fuerzas militares de casi todos nuestros países, las cuales se han formado en el espíritu nacionalista creado por la misma guerra de independencia. En Venezuela, la declaración de independencia del Zulia significaría la inmediata guerra civil. Por ello creemos que dicho plan sólo puede venir si están considerando una inmediata invasión extranjera; única forma en que un gobierno secesionista pueda sostenerse más allá de unas horas.
15) Nuestro deber es denunciar estos planes separatistas imperialistas, y defender la unidad de la nación venezolana, enmarcada en un proyecto de integración continental bolivariano. Quienes se han vendido al imperialismo, traicionando nuestra dignidad y soberanía como nación, se exponen a recibir el mismo trato que nuestros libertadores le dieron a las fuerzas colonialistas españolas. La obra histórica de Simón Bolívar y Rafael Urdaneta reflejan el espíritu nacional y a la vez internacionalista de quienes lograron la independencia. Si es necesario, los venezolanos reeditaremos la guerra de independencia y expulsaremos de estas tierras a los lacayos del imperialismo.
¡EL PROGRESO DEL ZULIA ES EL BIENESTAR DE VENEZUELA!
¡BOLÍVAR Y URDANETA POR SIEMPRE!
Msc. Roberto López Sánchez. Profesor de la Universidad del Zulia.
Msc. Johnny Alarcón Puentes. Profesor de la Universidad del Zulia
Msc. Antonio Soto Avila. Profesor de la Universidad del Zulia
Dra. Ligia Berbesí de Salazar. Profesora de la Universidad del Zulia
Dra. Belín Vázquez de Ferrer. Profesora de la Universidad del Zulia
Msc. Norberto José Olivar. Profesor de la Universidad del Zulia
Lic. José Luis Monzant Gaviria. Profesor de la Universidad Rafael María Baralt.
Msc. Morelva Leal Jerez. Profesor de la Universidad del Zulia
Abog. Carmen Alicia Hernández R. Investigadora.
Soc. José Parra Almarza. Pdte. Colegio de Sociólogos del Estado Zulia.
Dr. Alexis Romero Salazar. Profesor de la Universidad del Zulia.
cruzcarrillo2001@yahoo.com