Masacre de Yumare: No hay olvido que valga

Los cuerpos de revolucionarios y el compromiso que adquirieron de luchar por sus ideales; salen o emergen del olvido más temprano que nunca para acusar a sus asesinos. La desaparición de revolucionarios fue el aporte macabro que los gobiernos “democráticos” de Betancourt y el “buenazo” de Raúl Leoni, junto con el “cañafístula” de Jaime Lusinchi, le aportaron a la CIA. Los desaparecidos, fue la fábrica de cadáveres que se implantó por todo el continente suramericano, en especial en países como Argentina, Chile, Uruguay, Paraguay, Perú y Colombia), sin olvidar al hombre(de cuyo nombre no quiero acordarme) que ejerció funciones de ex ministro de relaciones interiores, ex diputado, ex senador y dos veces presidente de nuestro país, cuya dos mayores hazañas en esa época tenebrosa; fue la de ordenar a sus esbirros y militares felones que lanzaran a compatriotas revolucionarios de los helicóptero y llenar de esbirros batisteros cubanos los cuerpos policiales de seguridad e inteligencia( Orlando García, el “Mono” Navarrete y Luís Posada Carriles, (a) Comandante Basilio). ¿Dónde andará escondiéndose el indecible y descarado asesino Henry López Sisco?. De seguro andará en Miami protegido por la gusanera cubana, así como lo protegió y empleo en el Zulia el hombre de las “peras al horno”. Por cierto, el ex presidente vendedor del barco “Sierra Nevada”, nefasto personaje, que en los actuales momentos pide volver a Venezuela “para pasar su últimos años de su vida y su deseo de morir en nuestro suelo patrio” Sospechamos que es el primer paso para convertirse en un símbolo de la oposición (Dos cadáveres son demasiado: Acción Democrática y el hombre de la chaqueta de cuadritos). Todo esto lo escribo debido al excelente reportaje encartado en Aporrea, org: “Masacre de Yumare: 22 años de lucha contra la impunidad”, obligación, por cierto, que tiene el colectivo de aporrea de difundirlo y hacerlo llegar a todos los lugares de nuestra tierra y más allá de nuestras fronteras. DILIA ANTONIA, PEDRO PABLO, NELSON CASTELLANOS, RONALD JOSÉ, JOSÉ ROSENDO, SIMÓN JOSÉ, LUÍS RAFAEL, RAFAEL RAMÓN Y ALFREDO (dirigentes populares y sindicalistas, militantes revolucionarios, promotores culturales, poetas, canta-autores, estudiantes) , fueron sentenciados, torturados y llevados a la muerte en un supuesto enfrentamiento que las investigaciones han descartado contundentemente. Ajusticiados con su respectivo “tiro de gracia” demostrado en las autopsia y experticias realizada en sus cadáveres. Queda expresado por los orificios que dejaron los proyectiles en sus nucas y tórax. Déjame dedicarte Dilcia este poema:

“Tu cuerpo, Dilia ….
Quedó desnudo sobre la tierra para convertirse en polvo….
En abono para ser regado por el agua dulce de la revolución.
La mano asesina te despojó de tus atuendos para envolverte en traje de guerrillera…
Quedo hermosa tu piel de combate
en donde brillan como estrellas los orificios de la muerte
y tu dignidad de mujer heroica de raza Caribe.”….

La violencia de la democracia representativa del “pacto de Punto Fijo” desató una persecución contra todos aquellos venezolanos y venezolanas que la confrontaron. El “Disparen primero y averigüen después” se hizo ley de impunidad y desató los gatillos alegres de los cuerpos policiales de esa funesta época de persecuciones y asesinatos – Contrastes que vemos hoy en día en comparación con un gobierno revolucionario, bolivariano y socialista que no persigue o elimina a quienes lo confrontan, encarnada en una oposición que se mueve en la arbitrariedad, el atropello, la manipulación mediática, la soberbia, el desafuero y la conspiración descarada. Caminos que se bifurcan y conducen a un continuo golpe de estado y al magnicidio de nuestro presidente. Ejecutados bajo la infiltración y planificación de una acción simulada que se repitió en varias regiones de nuestro país; hoy 22 años después. Aún se sigue esperando justicia, aunque culminadas las investigaciones pronto tendremos suficientes elementos para enjuiciar y penar a los asesinos que de seguro andan sueltos, pensando que jamás serán castigados. Hay que reconocer lo diligentes y constantes que han sido los familiares de las victimas de Yumare en su lucha por enfrentar la impunidad. Para ellos mi solidaridad y apoyo de este su servidor, y honor y gloria a todos aquellos que han contribuido a esclarecer y hacer justicia sobre esta masacre; donde perdieron la vida valiosos venezolanos..

Antojofel@hotmail.com



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Antonio Fernández Lunardi


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