Ya es noticia archivada la decisión del presidente de Ecuador, Rafael Correa, de no restablecer las relaciones diplomáticas con el gobierno del lacayo y paraco Álvaro Uribe. Aplaudimos esa firme postura de un gobierno que fue agredido vilmente por el servil Uribe con la complicidad operacional de la base de los EE.UU. en Manta. El nivel de violencia que sacudió esa zona fronteriza fue desproporcionado, brutal y violando todo lo que se parezca a los derechos humanos. En República Dominicana continuó el hombrecito de marras agrediendo no solo a Correa, sino también a nuestro líder Hugo Chávez y por ende al pueblo bolivariano. Al pueblo antichavista no lo ofendió pues es harto sabido que todo enemigo de nuestro presidente es "amigo" de la disociada oposición. En esa reunión se dieron las manos en señal de saludo "conciliatorio" los tres primeros mandatarios. Todos sabemos que esa fue una farsa diplomática del lacayito paraco. Ese tenebroso presidente colombiano está claro en sus objetivos: Ser un enclave de U.S.A. para desestabilizar la región y tratar de penetrarnos para llevarse nuevamente el petróleo a siete (7) dólares el barril. Los escándalos que sacuden a Uribe no tienen eco en los medios de comunicación venezolanos ni en los países afines a la política exterior de los EE.UU. El hombrecito sigue adelante en sus propósitos de reelección y para ello cuenta con los paramilitares activos y/o desmovilizados y con su propia policía y ejército, intimidando a todo aquél que se oponga a los deseos del presidentico para mantenerse en el poder. Es el presidente del continente americano con más descrédito y nexos con el delito. Su pasado de "facilitador" del narcotráfico es bien conocido y muchos de sus diputados están presos por causas graves de afiliación paramilitar. Total, toda una "joya" el primer mandatario de nuestra "hermana" Colombia.
El presidente Correa está consciente de todo esto y por tanto no quiere saber nada de un enemigo tan peligroso y falso como lo es Uribe. ¿Recuerdan que con el caso de secuestro en suelo venezolano del colombiano Rodrigo Granda, Uribe NUNCA se disculpó? Y tampoco se disculpó con Correa. De allí que la decisión del presidente ecuatoriano llena todos los requisitos de dignidad, firmeza y deslinde de un gobierno bandido por los cuatro puntos cardinales.
Pero no acabamos de entender por qué el presidente Chávez no toma distancia del gobierno forajido de Colombia. Nos han insultado, violentado el suelo patrio, nos han enviado paracos para asesinar al presidente, mataron a un narcotraficante ligado a un alto jefe militar colombiano utilizando gente de allá, violando nuevamente nuestro territorio. Nos amenazan con montar una base militar de U.S.A. en la frontera goajira. Nuestra gasolina se la llevan por la frontera para enriquecer a un grupo de mafiosos colombianos y criollos; alimentos de Mercal son contrabandeados para alimentar mafias y desabastecer nuestros mercados populares. El intercambio comercial, calculado en dólares en verdad favorece a los grandes comerciantes e industriales de ambas naciones con la bondad de CADIVI. Muchos productos que traemos de Colombia los podemos importar de Brasil, Argentina y otros países amigos. Entonces, amigo Chávez: ¿Cuál es el objetivo de tener OTRO encuentro con ese delincuente y farsante de Uribe? ¿Qué ganamos con ese tipo de encuentro? ¿Hasta cuándo tenemos que sobrellevar su ingenuidad con un enemigo de Venezuela? ¿Cuál es su estrategia? ¿Puede haber estrategia arando en el mar?
El sátrapa de Uribe no puede vender su Alma al diablo. ¿Saben por qué? Porque no tiene Alma. Ni el mismísimo Satanás quiere nada con ese triste personaje. Reaccione, amigo Chávez, usted sabe que lo respaldaremos en la decisión que tome. Con un encargado de negocios es suficiente y así nos ahorramos mucho dinero con la embajada y consulados. Ese enemigo es de cuidado.
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