El presidente Chávez ha anunciado que hará las paces con el Rey Juan Carlos en el marco de su gira por Europa. "Me dará gusto darle un abrazo al Rey, pero tú sabes, Juan Carlos, que yo no me voy a callar", expresó en el programa Aló Presidente, haciendo alusión al "¿Por qué no te callas?" que le espetó el Rey en la última Cumbre Iberoamericana. Luego del reciente abrazo conciliador con el presidente de Colombia, el sanguinario Álvaro Uribe, el gobierno venezolano avanza en su agenda de "rectificación" y concertación con los enemigos del proceso revolucionario venezolano, y en esta ocasión el presidente Chávez visitará el Estado Español para reimpulsar las relaciones con ese socio capitalista. No dejamos de recordar que tanto Uribe como el odioso Rey Borbón apestan a azufre, pues ambos representan los intereses de las transnacionales imperialistas.
Para muchos, queda el recuerdo del presidente Chávez que se proyectó como símbolo de la irreverencia popular frente al imperialismo y sus lacayos, poniendo en su lugar a Fox, Uribe, Alan García, al Rey español, y sobre todo al propio Bush. Pero a veces hay una distancia del dicho al hecho. El gobierno siempre ha procurado mantener buenas relaciones con las transnacionales petroleras y se ha cuidado de no afectar unilateralmente los intereses de los capitales gringos y europeos en Venezuela, aunque el grado de independencia política que ha tenido frente al gobierno estadounidense lo distingue de la triste comparsa de gobiernos adeco-copeyanos, cuya genuflexión frente a los yanquis era total.
Es importante observar que, al fin y al cabo, el imperialismo es una categoría de la economía política, y Venezuela no escapa a la dinámica de las neocolonias, cuya función estructural en la economía global consiste en ser una fuente confiable y abundante de materias primas, y a su vez proveer un mercado para las mercancías y los servicios que ofrecen las empresas de los países industrializados.
Al no estar dispuesto a ir a fondo y practicar un antiimperialismo consecuente en los hechos, el gobierno se hizo presa de sus propias limitaciones políticas, y ha terminado resolviéndolas claudicando frente a los agentes del imperialismo. Por eso la recomendación a las FARC de que se rindan frente al gobierno de Uribe, la mediación frente al gobierno ecuatoriano a instancias del gobierno colombiano, la reunión con Uribe, la búsqueda de un nuevo acuerdo con la DEA gringa, y ahora el abrazo al rey español. ¿Quién sigue en esta lista de abrazos? No debe sorprendernos si el propio presidente estadounidense pasa a formar parte de esta lista. Ya lo ha dicho en varias ocasiones el presidente Chávez: "Queremos tener buenas relaciones con el próximo presidente de los EEUU".
El gobierno se ha trazado un camino de reconciliación con el imperialismo, pero el pueblo no acompaña estos abrazos con sus enemigos de clase. Uribe seguirá siendo un cachorro del imperialismo, y nunca será nuestro hermano. El rey seguirá siendo el representante de quienes hace 500 años nos avasallaron y seguirá representando la negación de la república española y la auténtica democracia. Y los EEUU seguirán destinados a plagar a la América de miserias a nombre de la libertad, mientras la América no se alce en una revolución obrera y popular.
Unidad Socialista de Izquierda
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