Llegan tipos como el tal Vivanco a nuestro país y pretenden los escuálidos del mundo que nos lo calemos calladitos. Como el fuego cerrado contra las 26 leyes, la trama del maletín, el peo sobre la droga que pasa por nuestro país y nos la tragamos completita…, nuestra relación con la guerrilla, etc., etc., nada les ha funcionado, entonces mandan a este maricón de siete aspas para agitar más las aguas.
Esto del guarimbeo mundial contra nosotros se encuentra en permanente funcionamiento sin pausa ni mesura.
Vino este pinochecito, pues, con el único propósito de mentarnos la madre a todos. Y según el State Departament tenemos que calárnoslos so pena de que nos desertifiquen, de que nos coloquen en listas negras, que seamos parte del eje del mal y de cuantas líneas divisorias y perversas ellos definan para seguir violándonos, robándonos, descuartizándonos y vejándonos como les venga en gana. Con esta técnica convirtieron a los indios y negros en bestias salvajes, a los árabes y norcoreanos en asesinos incontrolables, a los chinos en la amenaza amarilla, a los rusos como come-niños. Y lo último que acaba de inventar esa lacra de EE UU es incluirnos junto con Cuba entre los países que le ponen trabas a la libertad religiosa de sus ciudadanos. Este es un documento elaborado por el Departamento de Estado que “analiza la persecución y la discriminación, así como las iniciativas y leyes en pos del respeto confesional en el mundo. Entre los países que practican una represión total figuran China, Corea del Norte, Irán y Sudán; y entre los que ponen obstáculos a la libertad de credo, Venezuela y Cuba.” Cuando precisamente, nosotros los venezolanos somos víctimas del terrorismo más bestial por parte de unos cuantos obispos golpistas y homicidas.
Ahora bien, los Vivancos no van a hacer críticas estrambóticas, rodeados de docenas de micrófonos, a Bogotá, Lima o Santiago de Chile, sino que vienen a meterse con los más pendejos, con Venezuela, Bolivia y Ecuador. Andan buscando que se desaten las “intolerancias” producto de los insultos, mentiras y miserias que nos profieren, apoyados por los medios poderosos del planeta. El canalla de José Miguel Vivanco le decía a todos los medios que lo andan mandando a joder a los pueblos de América Latina: "La instrucción de Chávez de forzarnos a salir de Venezuela demuestra el contenido de nuestro informe, mediante el cual se denuncia la intolerancia del Gobierno frente a la crítica".
Un tipo a quien el Departamento de Estado le crea una taguara llamada Human Rights Watch, y con ella pretende andar jodiendo a medio mundo. Si Vivanco quiere investigar violaciones a los derechos humanos que se dedique a tragar mierda por todo el resto de su vida, solamente “extasiándose” con lo que Estados Unidos ha hecho en Irak y en Afganistán en los últimos años.
Llegó a Caracas con su asistente, Daniel Wilkinson, y luego de mentarnos la madre, se metió en una exquisita tasca de Las Mercedes: lleno de flatulencias se fue a tirar pedos de panadero al hotel y allí le cogieron en paños menores. Le dijeron respetuosamente: “recoja sus cosas porque se acabó la fiesta”. Pidió que le dejaran dormir una horita, pero la orden era terminante: “en una hora será embarcado en un avión con destino a Sao Paulo”. Ya convertido en un cachorrito preguntó: “Podré hacer pipí”, y las autoridades le contestaron: “Todo lo que quiera”. Mientras meaba le leyeron la orden de expulsión en la que se le explicaba que había violado la Constitución venezolana y que la visa que le habían otorgado no era para que viniera a inmiscuirse en los asuntos de nuestro país.
“Lamento que hayan descalificado al mensajero, porque yo sólo vine a traer un mensaje, y que yo sepa nunca he sido títere de algún otro gobierno", y se cerró la bragueta.
Pero ya lo pinochecitos se están alborotando y el vicecanciller chileno, Alberto Van Klaveren, consideró ayer "desproporcionada" la expulsión del director para las Américas de Human Rights Watch y adelantó que pedirá explicaciones al Gobierno venezolano. Dice este pinochecito que Vivanco es un luchador por los derechos humanos. Ay Dios, con cuantos miserables lacayitos nos vemos los latinoamericanos forzados a hacer patria.
Última hora: Vivanco dice que vendrá la próxima semana a Caracas, porque en el hotel se le quedó su peluche del alma, con el único con el que puede conciliar el sueño. Lástima.
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