Estados Unidos representa hoy en día el 5% de la población mundial, mientras sus cárceles albergan nada menos que el 25% de la población penal existente en todo el mundo. Información recientemente ofrecida nada menos que por el “impoluto” New York Times.
En ese sentido hoy en día 40 millones de personas en el “idílico” Unite State se ven afectados por el empobrecimiento, a parte de los cerca de 340 mil que han quedado recientemente sin hogar, francamente no les sería nada cómico el que se les preguntara dónde ha ido parar ese nostálgico y suspirado “gran sueño americano”.
Sin embargo aun a pesar de estos catastróficos partes meteorológicos, dado que los culpables del mismo ya han dejado en peores condiciones a sus países de origen, son muchos los que todavía virginalmente insisten en sortear toda clase de inauditas vicisitudes para pretender el lecho de una cortesana en franca y frígida decadencia.
Como todo buen negocio los polleros o los coyotes entre 1.500 y 5.000 dólares hoy en día hacen valer el valor de validar el voluptuoso pedacito de consuelo de intentar el “delito” de ir a peregrinar donde han ido a parar como capitales las esperanzas de su pueblo. Remotamente a quedar tirados y olvidados en un lejano paraje donde para consuelo de las estadísticas de ese macabro turismo, nunca serán encontrados.
Se habla, alegremente, de que 500 son los muertos que anualmente se llevan los 3.200 kilómetros de ardiente y deshidratada frontera. A pesar de que se estima que un millón de personas se arriesgan, y que sólo un 10% lo logra. Estos futuros naturalizados de “inhumanos” luego tendrán que estar prevenidos al estrenar las mismas “humanitarias” medidas con que se ataca el crimen organizado (solicitud hecha por el Jefe de Seguridad de EEUU. al Departamento de Seguridad Nacional, DHS), con tal de por lo menos ir a “suplicar” las migajas de un botín que les fue robado. Una manera si se quiere bastante conveniente para los grandes poderosos del norte, verdaderamente insoportable y costoso les sería tenerlos en sus propios países, igualmente dispuestos a morir, luchando por sus riquezas y por el porvenir de sus hijos.
Al menos he de suponer que no habrá reparos si afirmo que actualmente el mundo se haya bajo la agonía de una “anorexia” que le produce un depredador insaciable, y que en este momento ha comenzado en su propio pueblo ensayar la misma “dieta” con la que ha martirizado el planeta.
Estruendosamente acaban de negarle, momentáneamente, los codiciados 700 millones de dólares que se destinarían para supuestamente “entubar” la asfixiada economía de los bancos donde, por simple ironía de nuestra “errónea” política financiera, vulnerablemente se hallaban nuestras reservas provenientes del mercado petrolero venezolano. Este acto de momentánea cordura, por ahora, ha evitado uno de los más importantes saqueos de la historia de ese país, nada menos que permitirle al “comelón” del sr. Bush “raspar la olla” antes de irse. Ipso facto, como todo malcriado niño, el Mercado Financiero en pleno se tiró al piso a patalear.
Quién podría saciar la voracidad troglodita de todo un Agujero Negro que realmente siendo “mucho menos de mil propietarios de fortunas superiores a mil millones de dólares, concentran un ingreso similar al ingreso que recibe la mitad de la población del planeta, mientras la producción se concentró en manos de poco más de 300 grandes monopolios trasnacionales” (Poliética Nº 2).
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