La guerra mediática de la CIA, hermanada con otros organismos de inteligencia de países europeos para tratar de derrotar al Presidente Hugo Chávez y desbaratar la revolución bolivariana en las próximas elecciones del 23 de noviembre, cada día presenta más señales de fracaso iguales a la candidatura del repúblicano Mc Cain. Una parte de la clase alta y media de la sociedad, no haya que hacer y se encuentra casi al borde de la locura con la consigna del PSUV: “Vamos con Todo” y con los titulares, editoriales, artículos, caricaturas y noticias sensacionalistas de El Nacional, El Universal, Globovisión y la prensa derechista del continente, ahora más alarmados aunque lo disimulen, con la recesión capitalista de EEUU y la victoria del “negro” Obama. Sin ningún rubor esos medios antichavistas han justificado o apoyado en forma directa o indirecta la especulación y acaparamiento de la carne, azúcar, café y otros alimentos, después, montaron la falsedad sobre la “ausencia de democracia”, utilizando una resolución ilegal de una minoría del Parlamento Europeo sobre las inhabilitaciones electorales. Luego, organizaron un penoso show con tres europarlamentarios y renegados bulgaros, que en lugar de constatar los putrefactos y sangrientos calabozos de EEUU en Guantánamo, exigían conocer la situación de los presuntos presos políticos en la DISIP. Casi de inmediato inventaron entrevistas de última hora, con la prohibición de la visita al país del ex dirigente anticomunista de Polonia, Lech Walesa, presentándola como “otro ejemplo de irrespeto a los derechos humanos”, hecho desmentido por la propia Embajada de Polonia en Caracas. Todavía insatisfechos con sus mentiras, difundieron con amplios titulares cual si fuera un crímen político, el repudiable asesinato de una nieta del fallecido ex Presidente Raúl Leoni, irrespetando su familia y ocultando que los autores del grave delito le reclamaban el dinero ya pagado por un trabajo de gestoría. De tal manera que no deben quedar dudas que los directivos de esos medios de comunicación han decidido abandonar su función periodística para transformarse en grupúzculos políticos, que no vacilan en manipular los planes criminales de magnicidio contra el Jefe del Estado o en minimizar el mayor acontecimiento histórico y de independencia tecnologica de nuestra patria, como ha sido el lanzamiento al espacio del satélite socialista “Simón Bolívar”.
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