Diplomacia servil

En 1987 fue la primera Intifada del pueblo palestino contra el Estado de Israel. Desde entonces ha vivido conmigo la imagen de un niño palestino lanzando una piedra, cual zapatazo del siglo XXI, contra los soldados y tanques israelíes. Esa imagen mil veces reproducida y multiplicada por los medios de comunicación, se me quedó en alguna parte del alma.
Y es que en más de medio siglo, nada ha podido contra la barbarie. Los sionistas, usurpadores y moradores de un territorio producto de la repartición de un botín de guerra, crearon un Estado ilegítimo.

Y para caminar por encima de la barbarie, los humanos hemos redactado numerosos convenios y tratados. Para "normar" una actividad ignominiosa. "Normar" la guerra, cualquier guerra, es un subterfugio para "expiar" culpas. Refugiados, desplazados, prisioneros. Son vocablos que "ayudan" a los responsables de las guerras a violentar sin vergüenza las "normas", que juran respetar en esos otros lugares donde dicen preocuparse mucho por el prójimo. Israel ha violado todos los convenios, ha utilizado armas prohibidas, impide la llegada ayuda humanitaria y avanza hacia el exterminio total de Palestina. ¿Y la ONU para qué sirve? Cuando se trata de los palestinos solo para practicar la hipocresía. Tanta, como la que genera una actividad que utilizan a discreción los buenos y los malos: la diplomacia.

Y en nombre de la "diplomacia" hay que justificar una relación con los gobernantes sionistas genocidas. En nombre de la diplomacia se convalida el asesinato de cientos de niños y niñas en Palestina En nombre de la diplomacia hay que oír decir, "sin violentarse", a la cancillera israelí: "Al fin de cuentas, se trata de una guerra contra el terrorismo. No pedimos a la comunidad internacional que se una a nuestra lucha. Le pedimos que nos entienda y que nos dé tiempo". ¿Entender qué? ¿Matanzas de inocentes? ¿Tiempo para qué? ¿Para la "solución final"?
Pero si de argumentaciones se trata ¿Qué pasaría si 100 embajadores israelitas más son expulsados? ¿Fueran tan valientes los gobernantes sionistas de Israel? ¿Fuera tan caradura Tzipi Livni? Habla con el cinismo de quien se sabe poderoso e impune. Es muy fácil ganar una guerra asesinando a gente inerme. ¡Cobardes! Quisiera verlos con el mundo "diplomáticamente" en contra.

Salvo el Presidente de la República Bolivariana de Venezuela Hugo Chávez, otros, casi todos, prefieren escudarse tras la diplomacia servil. Y es que mientras los pueblos del mundo levantan su voz en decenas de ciudades, sus gobernantes están viendo para otro lado. Prefieren cerrar los ojos y no ver a los niños palestinos, no ya con una piedra en la mano, sino muertos.

*Periodista

mechacin@gmail.com


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Mercedes Chacín*


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