La cúpula imperialista ha logrado influir en la opinión pública mundial manipulando medias verdades para justificar sus oprobiosos crímenes, aún cuando la terca realidad termina imponiéndose y develando sus argucias. El poderoso aparato ideológico-mediático que poseen, algunas veces ha sido eficaz en lograr que ésta realidad se ignore o se le reste importancia, arrojando sobre ella un manto de silencio. Su estratagema preferida es provocar hechos repudiables para luego atribuirles la autoría a sus adversarios. Esta faceta del imperio ha sido abordada profusamente por especialistas que han rastreado los archivos desclasificados del Departamento de Estado (DE) y la CIA. A pesar de ello, las campañas mediáticas de desinformación, en breve, reducen evidencias contundentes a notas marginales “inverosímiles” diluidas en un océano de falacias.
En víspera de la V Cumbre de las América, el DE adelanta una escalada mediática contra el gobierno venezolano, intentando neutralizar el liderazgo del Presidente Chávez en ese foro internacional, teniendo en cuenta el papel que jugó en la Cumbre de Mar del Plata (2005) para derrotar el proyecto anexionista del ALCA. El último informe del DE afirma que en Venezuela se ha incrementado la violación de los derechos humanos, se “facilita” el tráfico de drogas y la corrupción, desconociendo el avance que hemos tenido en la lucha contra esos flagelos, aún cuando falta un trecho que recorrer en esa materia.
Sin autoridad moral se erigen en jueces del mundo, a pesar de que USA es el primer productor de marihuana y el primer mercado de drogas ilícitas del mundo. Permiten la tortura, protegen terroristas genocidas como Posada Carriles, tienen cárceles clandestinas y campos de concentración como el de Guantánamo emulando prácticas nazistas. Promueven la corrupción a través de la institución del “lobby” para garantizarle a las corporaciones negocios robustos y políticas públicas que atiendan a sus intereses. En fin, hacen del cinismo una política de Estado. La opción de las naciones soberanas no es otra que la denuncia oportuna, inteligente y frontal de sus montajes mediáticos.
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