Cada 15 minutos, en CNN se transmite una propaganda invitando a los gringos a que visiten a Colombia, y que luego asuman el riesgo de tener quedarse. Ese es el punto principal. En realidad, estos anuncios forman parte de un proyecto mucho más amplio, organizado por el Pentágono y el Departamento de Estado, para ir creando asentamientos gringos e israelitas en diversos puntos de ese territorio. En la propaganda de marras, un gringo o una gringa con su lenguaje chueco, va relatando que ellos tuvieron la dicha de conocer tan preciosa tierra y quedaron hechizados, al final dice: “El riesgo es que quieras quedarte.” Y lo más seguro es que realmente se queden bien muertos…
Es decir, tratan de decir que la seguridad en Colombia es paradisíaca y que verdaderamente allí se vive una paz octaviana. Claro, un país como Colombia, con más de siete bases gringas, requiere que la visiten cada vez más yanquis para crear redes, lazos y proyectos que involucren a sectores de la población neogranadina. Actualmente, el ejército norteamericano adelanta un programa, que ellos llaman de SALUD, para atender a miles de colombianos pobres; construyen escuelas, regalan juguetes a los niños y entregan medicina gratis en los barrios. El canal RCN frecuentemente muestra tomas en las que aparecen personas muy pobres dándoles las gracias a los soldados gringos por su generosidad, por la ayuda al pueblo, por la voluntad de servir a la patria de Francisco de Paula Santander.
Junto con el tenso tema de la situación hondureña, ahora resulta que han aparecido armas incautadas a las FARC que Suecia le vendió a Venezuela hace 20 años. No tiene Uribe y su combo la menor vergüenza para averiguar al menos si cuando esas armas llegaron a la guerrilla, Chávez aún era o no jefe de Estado. Pero eso es lo que menos les importa, cuando están decididos a crear un mortal conflicto en la región. Para el gobierno de Colombia, todas sus tragedias, todas sus maldiciones son culpa de sus vecinos. Por culpa de sus vecinos tienen ellos más de ciento cincuenta años matándose como bestias. Por culpa de sus vecinos ellos se han convertido en el mayor productor y exportador de droga del mundo. Por culpa de sus vecinos están llenando de bases gringas a su territorio. Por culpa de sus vecinos nosotros estamos llenos de paramilitares. Por culpa de sus vecinos sufre Venezuela del maldito contrabando de gasolina hacia Colombia. Realmente son los tipos de gobierno que Colombia ha tenido toda la vida, la razón y desgracia de inmensas calamidades que hoy padecen tanto Ecuador como Venezuela.
Hoy, después de mil bofetadas a nuestra generosidad, el presidente Hugo Chávez se ve en la necesidad de retirar al embajador de Venezuela en Colombia, Gustavo Márquez, y a todos los funcionarios que laboran en la sede diplomática.
Y esperamos que esta sea la última vez que nos tomen por pendejos. Esperamos que nunca más vuelva Uribe por acá a hablarnos de reconciliación, de paz, de la gran patria de Bolívar para después de nuevo meternos otra puñalada. Allá ellos con los símbolos que los escarnecen como los malagradecidos de la putica Ingrid y familia; allá ellos con sus negocios de la droga, con sus magistrados, congresistas y políticos narco-financiados. Pero que no vuelvan a tratar de engañarnos otra vez más.
Ya basta de que nos sigan estafando con el uso brutal de nuestras divisas mediante las tarjetas de créditos, en la frontera. Ya basta que se sigan aprovechando comercialmente de Venezuela y que mantengan esa horrorosa extracción de gasolina de nuestro país. Y que se proceda con mano de hierro y con urgencia, como dice nuestro Presidente a meterle el ojo a todas las empresas colombianas. A expropiar las empresas colombianas instaladas en Venezuela. Colombia lleva 150 años ofendiendo a Venezuela, desgarrándola, mandándonos sus maldiciones de lacras violentas y ante cada acto de agresión nosotros hacemos el papel de pendejos, siempre perdonándola, siempre tratando de restregar las heridas que ellos nos ocasionan. Pero ya basta, coño.
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