Hay un golpe en marcha y esto no sólo lo denuncia el Gobierno nacional, sino que se ve a diario en los medios de comunicación nacional e internacional. Existen no menos de diez frentes de batalla permanentes, tendentes a derrocar al presidente Hugo Chávez, que hacen más cuesta arriba el proceso revolucionario
Primero: Honduras. El derrocamiento de Manuel Zelaya más que golpe de Estado, lo intentan internalizar como la derrota de Chávez, a quien de paso achacan las causas de las agresiones en contra del pueblo de Tegucigalpa y acusan de armar una supuesta guerrilla alrededor del Presidente depuesto.
Segundo: El narcotráfico. Creo que no ha habido Gobierno que le haya dado más duro a este delito que el bolivariano, sin embargo, el manejo mediático basados en informes del imperio pretenden hacer ver lo contrario, cuando se sabe que es como dice Chávez: "EEUU es el primer país narcotraficante del planeta. Allí están los grandes carteles, los capitales y el consumo".
Tercero: La guerrilla. Además de las tradicionales vinculaciones que la oposición nacional e internacional le ha endosado a Chávez con la Farc, ahora dejan entrever que desde Venezuela dotan de lanzacohetes al grupo insurgente.
Cuarto: El paramilitarismo. Ya aquí no se habla de ajuste de cuentas entre bandas, sino de sicariato, delito que relacionan con un paramilitarismo que le adjudican al Presidente, como si nosotros hubiésemos olvidado el allanamiento a la hacienda Daktari, en El Hatillo, propiedad de Robert Alonso, donde entrenaban a estos asesinos traídos de Colombia, para conspirar contra el comandante.
Quinto: Las bases militares de EEUU en la frontera. Un hecho que debe preocupar al Gobierno, pero los opositores atribuyen de malcriadez la reacción de Chávez, que al ver peligrar la soberanía venezolana, pidió revisar las relaciones comerciales con Colombia y, todavía inconformes, lo culpan de las consecuencias de tales medidas que se sabe provocaron desde el país vecino.
Sexto, séptimo, octavo y noveno: La patria potestad de los niños, la propiedad privada, Conatel y la Ley de Educación. Siguen diciendo que Chávez quiere quitarle los hijos a sus padres, las casas a las familias, apropiarse de las emisoras de radio e ideologizar la educación, como si en la IV República no nos educaron para ser serviles del imperio y vivir sumisos a los amos de este país
Décimo: Gestión rojita. Y por si fuera poco, siguen pregonando que la revolución lleva 10 años y no ha hecho nada. Pretenden ocultar que Chávez, a pesar de gobernar con el pie de la conspiración en el cuello, tiene una obra que mostrar y que trascendió nuestras fronteras, pero eso no se lo perdonan los enemigos que perdieron o ven peligrar sus intereses y le tienen jurado un golpe.
*Periodista
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