Sr. Presidente: aplíquele el marxismo a Uribe: no envíe más gasolina a Colombia

Existe una super-explosiva situación en la frontera con Colombia por la situación del combustible venezolano que requiere toda esa región. Uribe corrió al Norte de Santander, a calmar las aguas, “a buscar una solución” y misteriosamente como que lo ha logrado, y a costa otra vez de los pendejos venezolanos. Hay que reconocer que Uribe siempre nos ha jodido y nos ha engañado en todos los terrenos, y por eso EE UU lo considera insustituible. Por eso Bush le otorgó una de las más grandes condecoraciones “La Medalla Presidencial de la Libertad” que distingue a personalidades que hayan hecho "contribuciones meritorias a la seguridad nacional, a los intereses de los EE.UU, a la paz mundial, a la cultura u otros trabajos destacados por el bien común.” Y por eso mismo yo sufrí una profundísima arrechera cuando escuché el espantoso grito de alegría de Piedad Córdova (y sus posterior carrera abrazando a todo el mundo) cuando nuestro presidente solicitó a Gustavo Márquez que regresara a su embajada en Bogotá.

El presidente Chávez aseguró en varias alocuciones que se frenará el acuerdo con Colombia para entregarle gasolina a muy bajo precio, pero hasta ahora esto no se ha cumplido, y todo pareciera seguir igual. Nadie puede explicarse cómo en puntos claves de la frontera el contrabando hacia Colombia es un negocio que mueve tanto como la droga, y en un 90% lo hacen ante las mismísimas narices de nuestras autoridades y FF AA.

Tanto EE UU como Colombia (como base de sus operaciones) requieren urgentemente de nuestro petróleo, y ese es el fin del acuerdo que se espera firmar en dos semanas en Materia de Cooperación y Asistencia Técnica en Defensa y Seguridad con el imperio para utilizar siete de sus bases militares. Eso ya ha sido estudiado desde hace varios años en el Pentágono, no hay vida para Colombia sin nuestros recursos, y ésta es la vía que requiere el imperio para hacerse con el poderoso oro negro. En este fin de semana se le dio un gran respiro a la región de Cúcuta y de casi todo el Norte de Santander con el envío desde Venezuela de varias gandolas repletas de nuestro combustible, cuando todos aquí suponíamos que se les había dado un severo parao.

En el estudio de Marx en su trabajo “El embrollo mejicano”, estaba de acuerdo con que EE UU incorporase a su región grandes territorios mejicanos, para así incrementar las contradicciones sociales. No calculó Marx que para reducir esas contradicciones el imperio se iría por el mundo invadiendo, colonizando y robando sin control ni poniéndoles límites a su desmesurada gula expoliadora. Pero lo que sucede con nosotros frente a la Nueva Granada es diferente: cientos de miles de carros, centenares de industrias, el comercio, miles de pimpineros, cientos de narcotraficantes ligados al uribismo y al paramilitarismo, se movilizan en este momento con nuestro petróleo, y se los seguimos colocando en bandeja de oro. Hay que apretar las espuelas, hay que reforzar los 2.200 kilómetros de frontera para controlar a ese bandidaje desaforado, porque para ellos la sobrevivencia de sus sistemas de sicariato, de terror, de control de toda esa zona se encuentra dominando la patria de Bolívar, lo que necesitan para seguir viviendo en Jauja como hasta ahora lo han logrado. Esto es esencial. A la vez no se crea que aceptarán tan fácilmente que el suministro de gasolina se les corte. Van a forzar un enfrentamiento con feroces atentados, aumento de la violencia y de la inseguridad en la frontera y un estado de guerra inminente contra nuestro país. Pero no nos queda otra salida, y adelante con los faroles.


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José Sant Roz

Director de Ensartaos.com.ve. Profesor de matemáticas en la Universidad de Los Andes (ULA). autor de más de veinte libros sobre política e historia.

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