En la página http://www.nomaschavez.org/ los organizadores del evento (colombianos ellos) explican que “El mundo entero ya se cansó de Hugo Chávez por lo que llegó el momento de despertar”. Allí pueden verse en detalle las motivaciones que generan la medida. De hecho hay una invitación a participar en la marcha y, además, la sugerencia de sumarse como coordinador de la misma para cada ciudad en que se viva, para lo que se dan las instrucciones del caso. El llamado es a manifestarse contra el mandatario venezolano el próximo viernes 4 de septiembre a las 12 horas del mediodía en las principales plazas de las ciudades del mundo. Se trata de una marcha pacífica, una demostración de descontento cívico, según indican los convocantes.
La iniciativa surge en Colombia y tiene como principales impulsores a muchos de los que el 4 de febrero de 2008 organizaron otra movilización con características similares: “Un millón de voces contra las FARC”, impulsada por ciudadanos colombianos bajo el slogan “Colombia soy yo”, habiendo movilizado en la ocasión cerca de un millón de personas en 200 ciudades alrededor de todo el mundo contra el movimiento político-militar más viejo del continente: las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia.
Para el día 4 de septiembre, cuando se tiene planificada la gran demostración, el presidente Chávez se encontrará fuera de su país, en una gira mundial que lo llevará a Rusia, Bielorusia, Irán, Siria y Libia. Probablemente allí el calor popular no esté tan comprometido con la figura de Chávez, o no alcance el grado de movilización que sí podrá tener en otros puntos. Es una incógnita con qué podrá encontrarse Chávez en esas tierras, con aplausos o con marchas de repudio.
Las nuevas tecnologías de la comunicación que unen a millones de personas en los puntos más alejados del planeta en tiempo real con una masividad increíble, posibilita acciones como estas, impensables apenas unos años atrás. Bienvenidas esas nuevas posibilidades entonces. Pueden servir para todo, indudablemente.
Ahora bien: ¿qué alcance real tienen estas acciones? Por lo pronto movilizan a mucha gente, sin dudas; pero son muchísimos más los que viven al margen de estos avances tecnológicos, por lo que el grado de impacto global es aún relativamente pequeño. Son usuarios regulares de internet no más de un 10% de la población mundial, por lo que es mucha más la gente que no participa aún de los beneficios de este tipo de servicios. De todos modos movilizar en todo el mundo a un millón de personas (si es que se logra ese objetivo) no es poca cosa. Eso, por sí mismo, no logrará destituir a un presidente, obviamente. Pero abona el camino para preparar un clima hostil contra él, contra su obra de gobierno, contra lo que significa su proyecto alternativo al neoliberalismo salvaje que impera hoy día. En otros términos: mantiene el tema en agenda presentando al referido mandatario como un monstruo antidemocrático, sirviendo así para continuar la satanización de una figura popular cara a muchos sectores populares. Disparar contra Chávez es, para el pensamiento de derecha, disparar contra un símbolo de protesta. Significa lo mismo que fue en su momento disparar contra Fidel Castro.
La marcha del próximo viernes 4 de septiembre no es, al menos en principio, un sombrío artificio de la CIA, una maniobra de las usinas de desinformación del imperio, engranaje de la así llamada Guerra de Cuarta Generación, guerra mediático-psicológica pergeñada desde las sombras. No, seguramente no. Es producto de un grupo de ciudadanos de clase media que dan la cara, buenos conocedores de las tecnologías informáticas, convencidos de su necesidad de actuar políticamente, y que no encuentran mejor camino para hacerlo que organizar un evento de estas características, repitiendo algo ya hecho y considerado exitoso en su momento. Ahora bien: esa acción por supuesto que, a sabiendas o no, deliberadamente o no, hace parte de la gran campaña antichavista que recorre el mundo, más aún en este momento álgido, cuando se está discutiendo acaloradamente la instalación de las nuevas siete bases militares estadounidenses en territorio colombiano, y cuando Chávez aparece como uno de los principales opositores a esa medida.
El objetivo de escribir estas breves líneas es dejar planteada una inquietud: ¿deben las fuerzas de izquierda, las fuerzas del campo popular, responder a esta campaña de “¡No más Chávez!” con una campaña similar pero de signo contrario?
Quien pega primero pega dos veces, reza el refrán. Y desde hace mucho tiempo las izquierdas apenas llegan a levantar su voz (no mucho por cierto) para responder, pero nunca para tomar la iniciativa. ¿Será pertinente una contracampaña “¡Chávez no se va!” y el aprovechamiento de las nuevas tecnologías de la comunicación para tomar un papel más propositivo y no sólo para defenderse? ¿Podrá la maravilla del internet contribuir de algún modo a generar redes populares para la transformación social?