Si algún gobierno venezolano le ha dado duro al narcotráfico es el bolivariano, más con el ministro del Poder Popular para Relaciones Interiores y Justicia, Tareck El Aissami. Los ejemplos sobran. Con sólo remitirnos a las informaciones de prensa, nos enteramos de la labor que este país hace en contra de este problema que tenemos como complemento porque, en realidad, no es nuestro. Venezuela es sólo puente de la droga producida en Colombia y que se distribuye a otras naciones como Estados Unidos, donde se da el mayor consumo.
Al respecto creo que no hay discusión, salvo la que provocan, precisamente, desde norteamérica, toda vez que siendo testigo de la labor que hacen las Fuerzas Armadas Bolivarianas en ese sentido, se niegan a admitirlo. Recientemente, la Marina venezolana y una fragata estadounidense capturaron a una lancha con 936 kilos de cocaína. También se confiscaron en el estado Mérida unos 1.400 kilos de marihuana que procedían de Colombia. Y, por lo menos en mi caso, no recuerdo que los EEUU siendo un país con serios problemas de drogadicción, haya decomisado un cargamento de envergadura como estos en su propio suelo, una cuestión para mí muy contradictoria.
Y más paradógico e ilógico resulta que sean organismos norteamericanos los encargados de calificar otras regiones, sobre todo del continente, acerca de la lucha contra el comercio ilegal de psicotrópicos. ¿En que se basan para elaborar esos informes, incluso, con estadísticas? No sé, pero son ellos quienes actuando como una especie de suprajueces en el mundo, determinan la medida en que otra patria soberana enfrenta el contrabando de narcóticos.
De allí, que estas acciones en contra de Venezuela evidencian que esto es sólo un cuento no chino, como dice el refrán, sino gringo, porque el objetivo del imperio es descalificar al Gobierno nacional y atacar al presidente Hugo Chávez, a fin de debilitar el proceso bolivariano en el contexto de las maniobras golpistas que no cesan en detrimento de la revolución. De esto no hay la menor duda.
Más bien, si se hace un análisis concienzudo de la situación, vemos que las operaciones efectuadas por el Gobierno bolivariano en esta materia, son más exitosas desde que suspendió el trabajo con la Agencia Antidroga Estadounidense (DEA), de modo que, las desacreditaciones yanquis acerca de la guerra que se libra en la tierra del Libertador, en contra del contrabando de estupefacientes, no son más que vulgares y tendenciosas manipulaciones. No hay otra explicación.
albemor60@hotmail.com
Periodista