En verdad, como pacifista responsable o pacifista de verdad (Ambos términos son sinónimos en base a la tesis que voy a desarrollar), me preocupa mucho, que producto a las Siete (7) base militares que dispondrán los gringos, cedidas por el gobierno narco-paramilitar y lacayo de Bogotá, se haya desparramado, como contraposición a estas bases; que indiscutiblemente son de agresión, y en primerísimo orden hacia nuestro país; la idea de “bases de paz”, pero entendiendo la paz como quietud y no como don o virtud social que significa; veamos.
Indiscutiblemente, estas bases gringas, en territorio neogranadino, son bases de agresión, en contra de nuestro país, producto de una estrategia yanqui de rescatar la colonización de nuestra America, que en los últimos Diez (10) años, gracias a la revolución bolivariana de Caracas, ha sufrido retrocesos hasta ahora irreversibles.
Lo anterior significa, y a los revolucionarios no nos debe quedar la menor duda, que desde estas bases, quizás mucho más temprano de lo que nosotros podamos pensar (Pudiera ser antes de finalizar este año), se nos invadirá, se nos agredirá y se instalaran los gringos en la faja del Orinoco para sacar petróleo a sus anchas, verdadera causa por la cual se fueron a Irak que queda mucho mas lejos que Venezuela. Esta invasión implica derrocar el gobierno de Chávez, que dentro de ese “paquete” se incluiría, la eliminación física (Asesinato) de 10.000 a 30.000 ciudadanos y ciudadanas revolucionarios-as, en donde estaríamos todos los colaboradores permanentes de este combativo sitio virtual (Aporrea.org), así como líderes sociales y hasta personas críticas y por supuesto funcionarios del gobierno bolivariano y militantes del PSUV.
El imperialismo para invadir a Venezuela no requiere ni pedir permiso ni declarar la guerra; lo único que requiere son las “condiciones dadas” para ejecutar su invasión, y ello lo esta logrando con una propaganda mediática sucia en contra del Comandante Chávez y la revolución bolivariana, desde el punto de vista psicológico o espiritual, y ya va a tener las condiciones físicas requeridas como seria una plataforma de lanzamiento de la invasión, que ello lo logra con las siete bases ubicadas en suelo Colombiano; lo demás son pasos procedimentales dentro de su doctrina interna de guerra de rapiña.
Es bueno, como contraposición a las bases de guerra de agresión, plantear como elemento político las “bases de paz”; pero estas bases de paz, así como la paz invocada y alegada, deben ser proporcionalmente inversas a la gravedad de la agresión en ciernes. Seria irresponsable y contrario a los intereses de la patria, no decirle al país el peligro real y efectivo que significan las bases gringas cedidas por el gobierno narco-paramilitar de Uribe.
Los revolucionarios y los socialistas, y la vida de Bolívar es un ejemplo vivo de ello, somos amantes de la paz y jamás seriamos nosotros los que iniciásemos una guerra, pero ante un imperio agresivo, el hacer la guerra escapa de nuestras manos; nuestras concepción de cambio del mundo, nos impide ser destructores o agresores, nuestra naturaleza es la de los creadores, de los constructores, preñados de mucho amor y sacrificio por la humanidad. Repetimos, la guerra, la agresión, no es de nuestra naturaleza. Mas no podemos decir lo mismo de los capitalistas y sobretodo de los imperialistas yanquis, que hoy en día controlan el poder del mundo. Estos desde el final de la segunda guerra mundial (1945), alegando el peligro del comunismo soviético, y después de la caída de este (1989), jamás han dejado de armarse y reforzar un súper ejército, sobretodo en armas de destrucción masivas (Armas nucleares), armamentos estos que no son ni para la exhibición ni para la vanidad personal; son precisamente para hacer valer su poder imperial y conservar sus intereses y patrimonio, ganados mayormente en guerras de rapiñas.
El imperialismo yanqui, nos invadirá porque sencillamente necesita petróleo y su invasión a Irak, que fue con ese fin, fracasó; y la dinámica de su lógica es la de agresión, saqueo y piratería y tiene la fuerza y el poder suficiente para lograr cualquier botín que se le antoje (Mucha mas si lo necesita), en cualquier parte del mundo, y mas si ese botín queda en su patio trasero.
Ante la lógica imperial de rapiña, anteriormente descrita, creo que hablar de paz como contraposición a las bases de agresión yanqui, entendiendo por paz, la quietud o algún otro romanticismo o ilusionismo, seria irresponsable y no hablarle claro al pueblo.
Ante la guerra de rapiña imperial se debe hablar de paz, pero esa paz no puede implicar ni quietud ni tampoco resignación, esa paz debe ser una paz opuesta al capitalismo imperialista, esa paz debe implicar la lucha por un mundo de amor universal, igualdad económica y de justicia social, que seria los verdaderos y sólidos sustentos de una verdadera paz; que ese mundo no es otro sino el del socialismo bolivariano; pero esa paz debe incluir también la lucha en contra de esa invasión imperialista, en repelerla tal y como lo hizo Bolívar, nuestro guía y protector espiritual, en contra del colonialismo Español hace 200 años, o como lo han hecho otros pueblos del mundo, como el Vietnamita, el Cubano y recientemente el Iraquí y el Afgano, corrigiendo sus errores. Se deben usar todos los métodos de lucha como la diplomacia, la política, lo mediático, lo cultural, etc., pero lo único que nos garantizaría una victoria ante una agresión imperial, es prepararnos para una guerra, prepararnos para lidiar a una invasión imperial; y no nos queda otro camino.
No nos queda otro camino sino prepararnos para repeler una guerra de agresión imperial, como única garantía real y efectiva y responsable de paz duradera; lo otro seria irresponsable y causarle un mal mucho mayor al pueblo.
Creo que nuestra consigna, ahora debe ser: “Desechar las Ilusiones y Prepararnos para la Lucha.”. Otra cosa seria traicionar la historia.
franciscosierracorrales@yahoo.com.ar
