Ya se han pronunciado dos precandidatos presidenciales colombianos por el Polo Democrático (PDA, izquierda): Gustavo Petro y Carlos Gaviria Díaz. El primero, llamó a ese sector para que exija al mandatario venezolano Hugo Chávez que deje de agredir a Colombia y el segundo ha dicho que Uribe y Chávez se parecen tanto, que la misma paranoia que le podemos atribuir a Chávez con Estados Unidos la tiene Uribe frente a Venezuela. Qué esperanza: mierda sobre mierda.
El Petro-pendejo está en metido en una carrera de bajeza para ver si por esa vía supera a Uribe, y el muermo de las barbas Carlos Gaviria Díaz no se queda atrás. Es decir, ambos están como el bobo aquel de López Obrador que comenzó a considerar que era un ofensa para México llamar “cachorro del imperio” al ex Presidente Fox, y ahí está hoy como un imbécil burlado y birlado en todo. Los pendejos que se meten en la política hacen unos papelones bien miserables. El Petro-pendejo declara por todo el cañón: “Me parece que la izquierda debe expresar su voz de manera unánime para exigirle a Chávez que deje de agredir verbalmente al presidente (Alvaro) Uribe y por ese medio a Colombia… la agresión que viene sufriendo el gobierno de Colombia por parte del gobierno venezolano debe entenderse por la izquierda colombiana como una agresión al conjunto de la sociedad“. Carajo, si eso se llama ser de izquierda en Colombia, ¡cómo Dios mío, será ser de derecha! El Petro-inmundo, más enano y más lacayo que el propio Uribe declara que es necesario construir un nuevo diálogo entre Estados Unidos y América Latina, y que Colombia puede asumir el liderazgo de ese diálogo. Que el principio de soberanía es que las decisiones de Colombia deben ser tomadas por los colombianos y no desde Caracas ni desde Quito ni desde Washington –y recalcando:- Agredir al presidente Álvaro Uribe es agredir a Colombia.
Petro está cogiendo parte del botín que el narcotráfico mueve en Colombia. Por eso con toda la razón del mundo el escritor Fernando Vallejo ha dicho: “No sé si Colombia tenga conciencia, yo creo que no la tiene, Colombia ya la perdió si es que algún día la tuvo. Y no sólo no tiene conciencia sino que no tiene memoria.” Y añade Vallejo: “Para llegar a decir que la patria de uno es una mala madre se necesita tiempo de haberlo visto. Eso no quiere decir que uno no la quiera. No puede ser buena madre un país que ha echado a tres millones de sus hijos, un país que ha desplazado a cuatro millones y los dejó sin tierra ni casa, un país con millones de desempleados, cuya población vive casi toda en la desesperanza, en la miseria económica, cultural, espiritual. A quién se la tenemos que atribuir, ahí está el asunto. A quienes nos han dirigido desde que nos separaron de España: la clase política y la Iglesia Católica. Ellos son los culpables del desastre que es Colombia.”
El bobo de las barbas, Carlos Gaviria Díaz ha rematado diciendo: “Yo no soy chavista… no me gustan su estilo ni sus características personales, que son idénticas a las de Uribe, salvo que su proyecto político es distinto”. Añade este muermo infinito que la invitación a difundir la “lucha bolivariana” en Colombia que el presidente venezolano le hizo al PDA le causó “mucho daño al Polo”. De esta manera realmente que a Uribe no le hace falta oposición. Más bien, el narcotraficante Uribe debería llamar a Petro-pendejo y al bobo de las barbas Carlos Gaviria Díaz para que de una vez lo meta en su gobierno. Definitivamente, como dice Vallejo: la clase política colombiana de este momento es vil, rapaz, cínica, miserable, despreciable y lo que es peor, ha hundido a Colombia en su vileza.
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