“Por décimo octavo año consecutivo gobiernos del mundo condenaron este miércoles, por abrumadora mayoría, el bloqueo estadounidense a Cuba, y sólo dos países se atrevieron a defender la política estadounidense. En el pleno de la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas, 187 miembros del total de 192 votaron contra el bloqueo (dos más que el año pasado), sólo tres lo apoyaron: Estados Unidos, Israel y Palau, y hubo dos abstenciones (Islas Marshall y Micronesia). Washington ha perdido hasta el minúsculo apoyo que antes gozaba”.
Así reseñó el diario mexicano La Jornada lo que sucedió en Nueva York el pasado jueves. Israel, habitado por poco más de siete millones de personas, Estados Unidos, habitado por 305 millones y Palau, uno de los países menos poblados del mundo con 20 mil habitantes, difieren del resto de la naciones con respecto al futuro de los cubanos. La población mundial está calculada en unos seis mil millones de almas.
Pero más allá de la desproporción que significa que la opinión de más de seis mil millones sea ignorada por un “grupete” de poco más de trescientos millones no deja de llamar la atención la inoperancia de los organismos internacionales. Sobre todo con lo que tiene que ver con el imperio estadounidense.
Fíjense ustedes el caso Honduras. Emisarios de cuanta organización “gremial” de países hay en el planeta, visitaron al gorila hondureño. Micheletti se burló de la humanidad entera, como Bush en sus buenos tiempos. No hubo OEA, ONU, Alba, ni ocaso que valiera. Zelaya, en una acción a lo James Bond, se metió en Honduras, literalmente. Y aun así el diálogo, más que diálogo, era un monólogo aburrido. Finalmente un subsecretario dio la orden. Y la prepotencia de Micheletti desapareció como el agua entre los dedos.
¿Cómo sería el “diálogo” Shannon-Micheletti? ¿Le habrá llevado la contraria a Shannon? ¿Lloraría? ¿Temblaría? ¿Mencionarían a Obama? O simplemente soltaría un “Yes, Sir, ¿anything else?”. Si es como los golpistas de aquí, habrá que esperar “El testimonio ante la historia de un gorila centroamericano” al más puro estilo de Carmona Estanga. Y todavía hay gente que dice que el Imperio no existe. Que son vainas de Chávez.