Las verdaderas intenciones (II)

Resulta vergonzoso el silencio o las opiniones de opositores sobre el uso de siete bases militares colombianas por las tropas estadounidenses que, demostrado está, antes de tener objetivos internos como la lucha contra el terrorismo y el narcotráfico, son una amenaza para sus vecinos, en primer lugar Venezuela, y en general para países suramericanos. Al menos podrían orientarse por las opiniones del ex presidente Samper (pp 12 y 16) o por las del presidente Alan García quien expresó en Bariloche, en Unasur, sus reservas; creo que sería exigir mucho que coincidan con Lula, que acaba de pedir a Obama que se lleve sus bases.

El documento de la US Air Force presentado en el Senado de EEUU para apoyar la solicitud de 43 millones de dólares para ampliar la base de Palanquero -comentado aquí el pasado domingo- no sólo deja claro cuáles son las verdaderas intenciones, sino que les advierte que de no aprobarse, esa base será sólo de uso interno.

En la Mesa de la Unidad de la oposición deberían tratar de interpretar ese párrafo: "El desarrollo de esta CSL profundizará la relación estratégica entre EEUU y Colombia y está en el interés de las dos naciones, y mejorará la capacidad de EEUU para responder rápidamente a una crisis, asegurando el acceso regional y la presencia militar estadounidense con un costo bajo. Esa presencia también incrementará nuestra capacidad de conducir operaciones de Inteligencia, Espionaje y Reconocimiento (ISR), mejorará el alcance global, apoyará los requisitos de logística, mejorará las relaciones con socios, mejorará la cooperación de teatros de seguridad y aumentará nuestras capacidades de "guerra expedita".

La "guerra expedita" o "expeditionary warfare", explica Eva Golinger, es un concepto de guerra que significa: "organizar las fuerzas armadas de una nación para luchar en el exterior, especialmente cuando están ya ubicadas en bases militares extranjeras". Las "expeditionary forces" tienen una capacidad de logística orgánica y están ampliamente equipadas con armamento de guerra. También esta clase de fuerzas están preparadas y capacitadas para lograr una transición rápida de un período de paz hacia una operación de guerra.

¿Es necesario que alguno de los expertos militares de la oposición o un agregado militar de la embajada de EEUU deba explicárselos? Lean este otro párrafo de los razonamientos de la Air Force USA, para el caso de que los senadores se hubieran puesto raros y no aprobaran los 43 piches millones.

"Si estas actualizaciones no se logran, limitaría severamente la capacidad del Comando Sur para apoyar la Estrategia Global de la Postura de Defensa (GDP)... y el Comando Sur estaría limitado a los otras cuatro CSL que están restringidas y solamente pueden apoyar las misiones aéreas de contra-narcotráfico, y otras dos localidades que, aunque no están restringidas, están demasiado lejos para acomodar a los requisitos de las misiones en el AOR".

Es decir, que si no aprobaban esa plata, Palanquero y las otras bases sólo servirían para luchar ¡contra el narcotráfico y para acciones limitadas a combatir las guerrillas! En absoluto serían útiles al Comando Sur, que tiene misiones estratégicas para sus aviones Awacs, de inteligencia, los C-17 de transporte y Orion P-3 de espionaje electrónico.

Algunos políticos opositores aplaudieron a Colombia porque denuncia a Venezuela por supuestas amenazas de guerra, y callan con la denuncia de Venezuela de instalación de las siete bases, cuyos objetivos han quedado al descubierto. Es una patraña eso de que tiene el terrorismo interno y el narcotráfico como objetivos. Ese documento, cuyos párrafos he transcrito, los deja al descubierto. Toda la región, excepto Cabo de Hornos, quedaría a su alcance.

Y hemos obviado la IV Flota del Caribe y las bases en Curazao y Aruba.

edrangel@cadena-capriles.com


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Eleazar Díaz Rangel

Periodista egresado de la UCV. Ganador del Premio Nacional de Periodismo y menciones en diversas especialidades. Es Director del diario Últimas Noticias desde el año 2001. Profesor titular jubilado de la universidad central de Venezuela, cuya escuela de comunicación social dirigió (1983-86). Presidente de VTV 1994-1996. Presidente de la asociación venezolana de periodistas.

 edrangel@grupo-un.com

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