El Premio Nobel de la Paz, como una escultura de Giacometti, vago, ditirámbico, hablachento y seco, no encuentra qué hacer con su tentetiesa figura. Lo eligieron como mayordomo de la Casa Blanca, lo colocaron como el hombre más popular del mundo y el grupo Bilderberg le metió por el trasero el Nobel. ¡Toma! Gobiernan al más desgraciado de los negros de la tierra, la Clinton, los magnates de la guerra y el jefe de la CIA, secretario de Defensa de Estados Unidos, Robert Gates. El candelero está a millón, y con el propósito de montar el mayor infierno jamás visto en Asia Central. Y el plan es atacar a Pakistán al sur, amenazar a Irán al este y por el oeste poner a la defensiva a Turkmenistán, Uzbekistán, y Tayikistán. A la República Popular China en el norte también la piensan rodear. Es una guerra total contra toda el Asia. Robert Gates llegó de sorpresa a Afganistán para definir el cuerpo de criminales y verdugos que deben conformar el gabinete del imbécil del títere Hamid Karzai. Cuando Robert Gates dice que quiere a ministros "honrados" en su Ejecutivo, lo que está sosteniendo es que deben ser del equipo que controlan el tráfico de la droga y el control de los centros gasíferos del país. Hamid Karzai es el Uribe de Asia central. Así como nos han metido una docena de bases en Colombia, Robert Gates va a fiscalizar la entrada en Afganistán de 30.000 soldados adicionales. Así como Uribe se ha reelegido fraudulentamente con el apoyo de EE UU. Pues bien Karzai, ha hecho exactamente lo mismo. Para Hamid Karzai no hay ONU que lo vigile, que lo acuse de cogerse el poder amañadamente. Es democrático, soberano y de los presidentes más humanos y transparentes sencillamente porque EE UU, Israel y la emputecida Europa así lo han determinado. "Estaremos observando las designaciones que realiza", ha dicho Gates. "Es importante para nosotros, para nuestro éxito y para el afgano, que haya ministros competentes y honrados en las áreas que nos importan a la mayoría", añadió.
El secretario de Defensa planea “seguir siendo aliado, con la esperanza de que seamos capaces de aumentar nuestro desarrollo económico y el de nuestros amigos europeos. Estamos en esto para ganar", remató.
ESPAÑA PONE SU CUOTA DE MIERDA EN ESTA GUERRA: el soldado Rubén López García sus 24 años, con una pierna amputada, otra seriamente desgarrada y una mano maltrecha, secuelas del ataque que el 24 de septiembre de 2007 causó tres muertos y seis heridos a un convoy militar que circulaba por las inmediaciones de Shewan (provincia de Farah), no sabe por qué carajo quedó mutilado. Vive ahora con su perro en un piso de planta baja en Albacete, y lo que hace todos los días es preguntarse: “¿Qué hacemos allí? Qué hacemos, en la doble vertiente del cumplimiento de la misión asignada y de la pertinencia de continuar, ahora que la crecida insurgente ha trocado el horizonte de la reconstrucción pacífica del país por un escenario bélico en el que la derrota militar aliada no está descartada. Más de 10.000 militares españoles han pasado por este país de Asia central desde que, hace ocho años, nuestro Ejército puso sus pies allí. Veintitrés contingentes de soldados que han recibido su bautismo de fuego en las desoladas montañas y los desiertos lunares afganos bajo la climatología extrema del viento abrasador y el frío glacial. Chicos, por lo general muy jóvenes, endurecidos en las patrullas de reconocimiento de nueve jornadas consecutivas vivaqueando, que aprendieron a cuidarse de las emboscadas en los desfiladeros y de los suicidas hombres bomba, a dominar los nervios nocturnos cuando los morteros hurgan en la oscuridad y el silencio buscando la base de Herat, donde toda luz está terminantemente prohibida.”
Y esa es la guerra que piensan traer para América Latina. Uribe estuvo en España hablando con el rey sobre este asunto. Preguntándole de qué manera irían a ayudar a Colombia. Y si le iban a dar la misma ayuda universal que en este momento está recibiendo Afganistán. Eso es lo que en este momento está sobre el tapete. Así estamos, señores, OJO AVIZOR.
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