Rómulo Herrera y ¨la mentira¨ de Vargas: El doble discurso de la prensa capitalista

En otras ocasiones hemos hablado de esa basura editorial con el nombre de “La Verdad” (La Mentira), que circula a lo largo y ancho del estado Vargas. Plagado de errores ortográficos, de sintaxis, y de manipulación artera y malintencionada en contra del proceso bolivariano, el diario del adeco Rómulo Herrera es un “homenaje” al mal gusto, la chabacanería y la ignorancia más abyecta.

Tristemente célebre se ha hecho el rotativo de marras al publicar la foto de un perro entre los obituarios del día, lo cual constituye una afrenta a los familiares de los difuntos y una burla a la integridad del ser humano. También invita a la indignación y al teatro de lo tragicómico, un tal Jacinto Castillejo, quien pretende impartir clases de buen hablar en una sección denominada “El detalle semántico de hoy”, que más bien debería ser “El detalle LINGÜÍSTICO de hoy”, ya que esta última disciplina –la lingüística- abarca un espectro más amplio del idioma y sus características. Con una narrativa rebuscada, edulcorada y hasta cursi, Castillejo se da el lujo de cometer gazapos de lengua como la imperdonable separación de la preposición y el artículo, verbigracia, “de el”, cuando debería ser “DEL”. Igualmente, se da el tupé de afirmar que el presente indicativo no puede usarse para expresar acciones en futuro, lo cual es una total imbecilidad. Es de dominio público que en español se puede decir, de manera indiferente: “Mañana vengo a la fiesta” o “Mañana vendré a la fiesta”. Hay que ser bien obtuso para alegar lo opuesto y, encima, desinformar a los lectores.

De ñapa, por más de un lustro se mantuvo una columna en “La Mentira”, con el título de “Acontecer Usebista”, que describía las actividades de la Sede Litoral de la Universidad Simón Bolívar. Cualquiera persona sensata e inteligente sabría que el término de pertenencia o afinidad para los estudiantes de la USB, es “uesebista” y NO “usebista”, ya que éste último es un plagio mal escrito de “ucevista”, el vocablo que orgullosamente ostentamos los estudiantes o egresados de la Universidad Central de Venezuela.

El calibre de los anteriores “horrores” deja al descubierto la mediocridad y analfabetismo funcional de Rómulo Herrera, ya que ha sido incapaz de detectarlos y corregirlos a tiempo. La lista de los “yerros” es aún mayor, sólo que enumerarlos –uno por uno- haría interminable este artículo.

LA TIRANÍA LABORAL DE RÓMULO HERRERA EN “LA MENTIRA” DE VARGAS

Por casualidades de la vida tuve oportunidad de conocer la dramática realidad de los trabajadores del diario “La Mentira”, quienes están sometidos a la dictadura patronal del ¿amo y señor? Rómulo Herrera. En la misma tónica de Alberto Federico Ravell, otro adeco imbécil e iletrado, el editor de “La Mentira” acostumbra a dirigirse de manera autoritaria a sus empleados, los insulta, los humilla y hasta les dice que “no saben escribir” ¡Jajaja! Mira quién habla. Sin duda, ¡Chávez lo tiene loco!

Es curioso que el adeco insolente pregone acerca de la libertad de expresión y la democracia, a pesar de que la más férrea de las esclavitudes impere en su pasquín vulgar y trasnochado. Para muestra un botón. Hace unos meses, se celebraron los 12 años de “La Mentira” y a cada periodista del matutino se le asignó un tema en particular para la edición especial, sin embargo, una semana antes de la publicación, Rómulo Herrera desechó varias de las investigaciones y los ensayos ya que no deseaba “sacrificar” espacios de jugosa publicidad. En el marco del mentado aniversario, además hubo un almuerzo al cual asistieron varias personalidades del mundo político regional, aunque –paradójicamente- ningún trabajador del diario pudo ir. ¿Qué tal?

A pesar de los abusos y la “patotería” de Herrera, nadie protesta en la redacción por temor a las represalias. Un caso emblemático de “terrorismo laboral” es lo acontecido al antiguo reportero de la fuente de tribunales de “La Mentira”, Amílcar Guedez, quien tuvo la osadía de exigir –en una reunión- seguro médico y demás beneficios de la Ley, por lo cual fue despedido de inmediato. Como fiel asalariada, la Licenciada Beatriz Rodríguez, directora de “La Mentira”, sigue al pie de la letra las arbitrarias órdenes de su jefe y pone a un lado su ética profesional como periodista. El “non plus ultra” de la sumisión.

Sin duda, la palabra “explotación” se quedó chiquita ante las diversas penurias por las que deben pasar los trabajadores de “La Mentira”: jornadas de más de 12 horas y sin reconocimiento de horas extras, mal estado de las cámaras fotográficas, techo agrietado e instalaciones a punto de colapsar. Los fines de semana sólo laboran 3 periodistas, desde las 8am hasta las 9pm, quienes la mayoría de las veces deben lidiar con la ausencia de electricidad, del servicio de internet y otras precariedades. Mientras esto ocurre en La Guaira, Rómulo Herrera está muy cómodo en una oficina de San Antonio de los Altos, con aire acondicionado.

La incertidumbre de algunos fotógrafos y comunicadores es patente: no saben si se encuentran bajo la figura de “contratados” o de “free lance”. Les informan que su situación se regularizará tan pronto el abogado finiquite algunas cláusulas del contrato y luego de tres meses los botan. En resumen, los utilizan como material desechable.

Desde el mes de julio han sido despedidos 4 periodistas de “La Mentira”, sin justificación alguna y, a pesar de ello, Rómulo Herrera se jacta de ser un adalid de la tolerancia y la democracia, a través de su bodrio editorial. ¿Con qué moral?

Evidentemente, a la prensa capitalista lo que menos le duele es la libertad de expresión y “La Mentira” es un ejemplo de ello. El dinero y los intereses políticos siempre prevalecerán por encima de la ética periodística y el derecho a la información. Sólo los anunciantes, en contubernio con los dueños de los medios de comunicación, imponen su “libertad” y su hegemonía a las masas. Desde su ramplonería y altanería de “nuevo rico”, Rómulo Herrera se esconde detrás de una falsa “objetividad” para sembrar cizaña y atacar a la Revolución Bolivariana.

Hacemos un llamado a la Inspectoría del Trabajo para que ponga la lupa sobre este asunto, ya que se trata de una flagrante violación de los derechos laborales consagrados en la Ley. Al mismo tiempo, instamos a la población varguense a no adquirir “La Mentira”, ya que es un periódico al servicio de la sedición golpista y la tergiversación más aberrante. En definitiva, Vargas merece una mejor prensa.


elinodoro@yahoo.com



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Adán González liendo

Traductor, corrector de estilo y locutor

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