La participación de la FAV en la insurgencia cívico militar del 27 de noviembre 1992 (I)

Cuando un artículo llega a sus lectores, pues uno tiene respuestas inmediatas. Por este medio publiqué un artículo referido al 4 de Febrero del 1.992, donde expuse una serie de consideraciones y de aspectos relevantes sucedidos ese día, que dieron como resultado que aquel “por Ahora” se convirtiera en “Por Siempre”.

Pues bien recibí muchas respuestas excelentes, otras provenientes de la oposición apátrida, que desnaturalizan ese día 4F, todos sabemos el por qué.

Pero dentro de las excelentes respuestas debo destacar una, la cual consideré una pieza histórica y de discusión en las diferentes academias, dentro de nuestro partido y entre el pueblo mismo. Ese trabajo “un borrador” para su autor, me fue enviado por el General (Av.) Francisco Visconti Osorio, quien, todos sabemos, fuera considerado como la figura principal del levantamiento el 27 de Noviembre de 1.992. Ahora bien su lectura me produjo la necesidad de escribir sobre él, ya que me permitió retrotraer el tiempo y ubicarme en esa época.

Para el General Visconti Osorio no sólo existió una participación de la Fuerza Aérea en aquel movimiento insurgente del 27 de Noviembre de 1.992, sino que de igual manera, aunque no con la fuerza de este último, hubo una participación efectiva de la aviación militar, en los hechos del 4F.

“ANTECEDENTES HISTORICOS:

El Proceso Revolucionario Bolivariano nace en la segunda década del Siglo XIX momentos cuando el General en Jefe, El Libertador Simón Bolívar, imprimió un gran viraje a la lucha del Proceso Independentista y la convirtió en una Guerra Revolucionaria Reivindicativa para la conformación de una Patria Igualitaria y Soberana, con un plan de desarrollo propio y una base filosófico-doctrinaria soportada por los postulados del “Ideario Bolivariano”; Guerra de Independencia que fue librada a partir de ese momento, por un Ejército Popular Forjador de Libertades, a cuya lucha se incorporaron las clases más desposeídas y marginadas de la época, tradición mantenida en la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, aún en nuestros días.

Desafortunadamente, a partir del año 1830, con la muerte de El Libertador y la fragmentación o división de Colombia, el Gran Proyecto Revolucionario Bolivariano fue desmontado y puesto a un lado por más de ciento veinte años; con un solo paréntesis en ese lapso, cuando a partir del año 1859 se intentaron solucionar los problemas que la Independencia había relegado, a través de la “Guerra Federal,” Guerra Brava cuya esperanza libertaria, reivindicadora e igualitaria se extinguió el 10 de Enero de 1860, con la muerte del “Valiente Ciudadano” Ezequiel Zamora.

Solo fue a finales de la década de los años cincuenta del Siglo próximo pasado, cuando la antorcha bolivariana fue reencendida; entonces, desde el seno de la juventud revolucionaria que luchaba en la clandestinidad contra la dictadura del General Marcos Pérez Jiménez, surgió una brillante idea para la continuación del proceso de la lucha revolucionaria en nuestro País, con el acertado planteamiento de: “La necesidad de la integración cívico-militar-religiosa” para la liberación nacional ; propuesta que se vio complementada y consolidada a partir de la década de los años sesenta del Siglo XX, cuando en el seno de esas mismas fuerzas revolucionarias, se propuso la nacionalización de la base doctrinaria de la lucha popular en nuestro país, asumiendo “El Ideario Bolivariano” y las raíces Robinsonianas, Bolivarianas Y Zamoranas como los fundamentos de la liberación. Desde entonces, esta integración libertaria comenzó a entregar sus frutos y las bases doctrinarias del Ideario Bolivariano renacieron, como base de la lucha revolucionaria en Venezuela.

Desde muy temprano en su existencia, nuestra Aviación Militar se sumo a los diferentes movimientos de rescate nacional que se sucedieron. Desde sus inicios, desde muy bisoña, la Aviación Militar Venezolana ha estado presente y ha sido protagonista, en cada una de los eventos significativos que se han sucedido en la lucha social y revolucionaria, de la Venezuela contemporánea; la Aviación ha estado presente, en cada evento político-militar de nuestra historia reciente.

Siendo así, que todavía mandando el General Juan Vicente Gómez, en el año 1931, el Subteniente de Aviación Jesús María Castro León, aparece como responsable de un movimiento insurreccional, de jóvenes pilotos militares de aquella época.

En 1945, como integrante de la Unión Patriótica Militar, el Teniente de Aviación Horacio López Conde, participa en la Insurgencia Cívico-Militar que derroco el gobierno del General Isaías Medina Angarita. El 19 de Octubre de ese año, un avión militar sobrevoló la ciudad de Caracas, para confirmar la participación de la Aviación Militar. El 11 de Diciembre de 1946, la Base Aérea Mariscal Sucre, comandada por el Mayor de Aviación Maldonado Peña, se alzo contra la Junta Cívico-Militar que gobernaba en aquel momento, atacando el Palacio de Miraflores y, al fracasar, volaron a Colombia y solicitaron asilo político.

El 24 de Noviembre de 1948, durante el golpe de estado contra el gobierno de Rómulo Gallegos, las acciones militares fueron respaldadas por el Teniente-Coronel de Aviación Félix Román Moreno, Comandante de la Aviación para esa fecha, y por el Teniente-Coronel de Aviación Jesús María Castro León.

El 1 de Enero de 1958, retomada la direccionalidad de la Revolución Popular Bolivariana, después de más de 120 años de receso, la unión cívico-militar-religiosa para la lucha popular, muestra su primer resultado con la aparición pública de una Junta Patriótica dirigida por el periodista Fabricio Ojeda, liderando la insurgencia contra el gobierno del General Marcos Pérez Jiménez; donde la actuación de la Fuerza Aérea estuvo comandada, por el Coronel de Aviación Jesús María Castro León, con la participación de muchos otros aviadores patriotas.

Con el transcurrir del tiempo, el fortalecimiento y la profundización de esta integración trisectoriada para la lucha revolucionaria en nuestro país vivió tres momentos o hitos históricos, de muy trascendentes y decisivos efectos en la Venezuela Contemporánea: La Insurgencia Civil del 27 de Febrero de 1989 (27F), la Insurgencia Militar del 4 de Febrero de 1992 (4F) y la Insurgencia Cívico-Militar del 27 de Noviembre de 1992 (27N); concretándose así, a finales del Siglo XX, “La Conjunción Cívico-Militar 27-4/27”, como resultado de “La Integración Cívico-Militar-Religiosa para la Lucha Revolucionaria Popular” en nuestra Patria.

No podía menos, que esperarse una nueva presencia, significativa y protagónica, de la Aviación Militar Venezolana, en estos nuevos y recientes episodios de la vida nacional. A pesar de no haber sido invitados oportunamente, para participar en este evento, es históricamente importante dejar sentado que, durante la madrugada y primeras horas de la mañana, del 4 de Febrero de 1992, el 4F, en el seno de la Aviación de Combate Venezolana, se tomaron las decisiones y se ejecutaron las acciones, necesarias y definitorias, que coadyuvaron a la preservación de la vida del actual Presidente de la República, Hugo Chávez Frías, y de muchos otros hermanos venezolanos, que junto a él, insurgieron en aquella fecha histórica; muy particularmente la vida, de quienes liderizaron aquella Insurgencia Militar.

LA ACTUACION DE LA FUERZA AEREA VENEZOLANA DURANTE LA INSURGENCIA MILITAR DEL 4 DE FEBRERO DE 1992 (4F):

A mediados del mes de Diciembre del año 1991 el Teniente-coronel de aviación Luis Reyes Reyes, quien para ese entonces trabajaba bajo las órdenes del General Francisco Visconti Osorio, le comentó a éste sobre la existencia de rumores relacionados con una posible organización de oficiales del Ejército, quienes se manifestaban clandestinamente, en desacuerdo con la forma como el Gobierno conducía el país; el General le contestó, sugiriéndole procurar una reunión con esas personas.

En la última semana del mes de Enero del año 1992 nuevamente, el Teniente-coronel Reyes repitió el mismo comentario ante el General Visconti y este le insistió en la conveniencia de intentar una entrevista con los aludidos; a los pocos días, el Teniente-coronel Reyes invito al General a una reunión clandestina, la cual tuvo lugar el día 02 de Febrero de 1992, en horas de la noche. A dicha reunión asistieron el General de la Aviación Francisco Visconti Osorio, los Tenientes-coroneles Luis Reyes Reyes de la Aviación y Hugo Chávez Frías del Ejercito, exponiendo este ultimo oficial ante los asistentes, todo el Plan Militar de Operaciones Terrestres para la Insurgencia Militar que comenzaría a ejecutarse el día siguiente, 03 de Febrero de 1992; al finalizar la exposición, observando que no se contemplaba la participación de los otros tres componentes de las Fuerzas Armadas Venezolanas, el General inquirió al Comandante Chávez al respecto, y este respondió que solo consideraban de importancia la participación de la Fuerza Aérea, y que por tal razón, estaba hablando con él.

El Teniente-coronel Hugo Chávez nunca solicitó al General Visconti Osorio que éste asumiera el comando de la insurgencia, no le ofreció el comando de la operación, actitud o posición esta que es consecuente con la negativa que tenían los comandantes del movimiento militar (Movimiento Bolivariano Revolucionario 200), a incorporar oficiales de mayor grado que el de ellos, puesto que tal posibilidad, a su juicio, significaría ceder poder.

Después de escuchar el interés manifestado por el Comandante Chávez por la participación del Componente Aéreo, el general Visconti le hizo saber, que él no contaba con organización dentro de la Fuerza Aérea para participar en aquel momento en la insurgencia, y le solicitó posponer la operación, a fin de poder consolidar en corto tiempo y conjuntamente, una insurgencia donde participaran por lo menos, tanto el Ejercito como la Aviación; el Comandante Chávez respondió que no podía posponer la ejecución de la operación. Al final de la reunión el General Visconti manifestó a los presentes, que de ser posible y dadas las condiciones, el trataría de evitar un enfrentamiento entre la Fuerza Aérea y el Ejercito.

El día 03 de Febrero de 1992, aproximadamente a las once de la noche, las fuerzas rebeldes del Ejercito aprehendieron e hicieron preso al Comandante de la Base Aérea “El Libertador”, en Palo Negro estado Aragua, justo al inicio de las operaciones de Insurgencia Militar; ante este hecho, el General de Aviación Francisco Visconti Osorio asumió el comando de esta Base Aérea, la más importante y mejor equipada de Venezuela, desde donde operaban para ese entonces los aviones integrantes de los Sistemas de Armas Aéreas: F-16 Falcon, M-50 Mirage, C-130 Hércules, Súper Puma y UH-1H, entre otros.

En la madrugada del día 04 de Febrero de 1992, ante la negativa del General Visconti para emplear los helicópteros Súper Puma artillados contra las fuerzas rebeldes del Ejército, dos de los Coroneles comandantes de Grupos Aéreos quienes manifestaban su incondicionalidad al régimen de turno, sin conocimiento ni autorización de quien se encontraba al frente del Comando de la Base Aérea en esa coyuntura, ordenaron el despegue de dos aviones F-16 Falcon para bombardear unos tanques blindados, que se aproximaban para reforzar las unidades rebeldes del Ejercito que se encontraban rodeando la Base Aérea “El Libertador”; ante este acto, el General reprendió a los aludidos coroneles y ordeno el aterrizaje de los aviones en cuestión. Ya muy avanzadas las horas de la madrugada de ese día 04 de Febrero, el General Visconti Osorio recibió órdenes desde el Ministerio de la Defensa de Venezuela, por interlocución del General Jefe del Estado Mayor Conjunto de entonces, asignándosele la misión de organizar y comandar las operaciones de bombardeo, con los medios aéreos bajo su comando, sobre las instalaciones donde se encontraban alojados los líderes de la Insurgencia Militar, vale decir: Museo Histórico Militar en la ciudad de Caracas, donde se encontraba el Teniente Coronel rebelde Hugo Chávez Frías, Cuarteles José Antonio Páez y La Placera en la ciudad de Maracay, donde se encontraba el Teniente Coronel rebelde Jesús Urdaneta Hernández y el Cuartel “Libertador” en la ciudad de Maracaibo, donde se encontraba el Teniente Coronel rebelde Francisco Arias Cárdenas; ante tales instrucciones, el General Visconti persuadió e instruyo al personal de pilotos bajo su mando, en relación a las razones por las cuales esas órdenes no podían ser cumplidas y sobre la conveniencia de realizar solamente, operaciones aéreas de reconocimiento en los objetivos asignados. Por no cumplir esas órdenes, el General Visconti Osorio fue posteriormente sometido a Consejo de Investigación, separado de la Organización Aérea y enviado a un cargo irrelevante en el Estado Mayor Conjunto del Ministerio de la Defensa, desde donde asumió ahora, la responsabilidad de organizar lo que más tarde resulto en la Insurgencia Cívico-Militar del 27deNoviembrede1992(27N).

Alrededor de las diez de la mañana del 04 de Febrero de 1992, las fuerzas del Ejercito leales al gobierno del entonces presidente Carlos Andrés Pérez, liberaron y regresaron a su puesto de comando en la Base Aérea El Libertador, al General de Aviación Paredes Niño, quien inmediatamente ordeno un ataque aéreo sobre las rebeldes unidades de blindados que se encontraban en el Fuerte Militar de la ciudad de Valencia y adicionalmente, solicito el apoyo y actuación de unidades de tanques blindados, desde San Juan de Los Morros, para someter a las unidades rebeldes del Ejercito que se encontraban en las inmediaciones de la Base Aérea”.

Les pido a todos que lean mañana la Parte II de este trabajo interesantísimo, que pondrá a todos en conocimiento de hechos desconocidos por muchos.


reveron.jose@gmail.com


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José Agustín Reverón Orta


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