Chile explotó naturalmente, pero le doy poco tiempo para que lo haga socialmente, ahora con la ultraderecha en el poder. Piñera es un empresario, y su base empresarial ahora es el país, su nueva caja de caudales. Capitalismo al cubo. ¡Madre, agárrame, entre este mundo de riqueza y divisiones! Todo me hace recordar los años noventa cuando se afirmaba que Argentina era un fenómeno de economía, hasta que explotó. Sin duda lo era pero en el ámbito comunicacional de quienes manejaban transnacionalmente los medios de información y usaban al pobre país como propaganda para sus préstamos y recetas neoliberales.
Me recuerda, también, a propósito, cuando un ex presidente venezolano confesaba que al país lo obligaban a pedir prestado, prácticamente, por allá en los tiempos jurásicos de la IV República. No es cuento: la derecha explota aquello donde se enquista. Es una bomba. Seca al árbol al succionarle la savia y deja su corteza para el disfrute de los pobres de la Tierra.
Aquí con Chávez se ha dejado el cuentito ése; hasta se ha permitido el presidente ofrecerle dinero al Fondo Monetario Internacional (FMI), en crisis como su sistema de soporte económico, el capitalismo. Está el capitalismo en crisis, se dirá, pero inexplicablemente algunos pueblos eligen a sus líderes con semejantes credenciales. ¿Qué será de la vida de Chile en cinco años, con ese zamuro ─como se dice aquí en Venezuela─ cuidando carne? Por lo pronto, el hombre empezó magnífico: se le presentó el argumento de los sismos para excusarse a futuro de los inminentes problemas sociales y económicos que se le avecinan. “No es mi culpa, fueron los terremotos” dirá el hombre, cuando empiece a operar, capitalistamente, a favor de sus cuentas bancarias y de sus iguales, siempre sobre la base permitida del sistema, esa de la explotación del hombre por hombre (el poder de uno sobre el todo) para lo cual la mayoría del pueblo lo facultó.
No hay duda de que toda premisa de revolución real
es un asunto de conciencia, de madurez, de intelecto crecido sobre las
circunstancias históricas y vitales.
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