Cuando Carlos Marx escribió sobre las dos etapas del comunismo, una primera en donde todavía existirían las clases sociales y estado y luego una segunda etapa, donde ya no se necesitase el estado y desaparecerían las clases, que sería el verdadero comunismo; tesis estas que luego fueron desarrolladas por Lenin, teórica y prácticamente, en donde surgió la célebre frase, tan cuestionada y criticada, de dictadura del proletariado, refiriéndose a esa etapa primera del comunismo, tenían razón, y los hechos a cada rato y en cada época demuestran que tenían, y tienen razón.
Tenían razón porque al proletariado, o fuerzas progresistas o de izquierda, para transformar las sociedades hacia el comunismo, no es suficiente con la toma del poder político, así esta haya sido por la vía armada, en donde se supone que se destruye a todo el estado burgués. Y aun así la toma del poder político es insuficiente para le requerida transformación social, puesto que quedan dentro del colectivo social, una serie de códigos, costumbres o cultura del viejo régimen, la denominada cultura burguesa, en nuestro caso la “cultura puntofijiosta”, que se reproducen espontáneamente, y permanentemente pugnan por la regresión o “vuelta atrás”, al viejo régimen capitalista explotador.
Es en ese periodo de primera etapa de la sociedad comunista o de dictadura del proletariado, a quien Lenin definió como más democrática que todas las democracias burguesas, no obstante su denominación de “dictadura”; la función de la clase de vanguardia, que es el proletariado, y su estado socialista es reprimir, o “salirle al paso” de múltiples maneras, a esas expresiones espontaneas y latentes en el imaginario colectivo de dictadura burguesa o “democracia representativa burguesa”, para impedir el retroceso. El ser humano tiene una nociva tendencia natural a lo rutinario, a la costumbre y contra esas fuerzas superiores, también hay que luchar, ese es el mundo.
Pero pongamos un ejemplo que aclara todas las expresiones anteriores que son de la naturaleza de las ciencias políticas; y nos trasladaremos hacia el control obrero en Guayana.
El Presidente Hugo Chávez, dio un gran salto adelante, al impulsar el control obrero en las empresas básicas de Guayana, específicamente en el sector del acero y del aluminio.
Pero ese gran salto, no ha sido suficiente, puesto que en estas empresas permanece la cultura puntofijista que sembró Leopoldo Sucre Figarella, y esta se encuentra vivita y coleando y amenaza seriamente con destruir lo poco, incipiente y con errores, pero control obrero al fin y al cabo, que ya está encontrando la fórmula para ir sacando a las empresas básicas del atolladero, reimpulsarla, por fin desarrollarlas “aguas abajo” y mejorar la calidad de vida no solo de sus trabajadores directos, sino del conglomerado Guayanés y Venezolano, a la vez.
La cultura puntofijista, sembrada por mas 50 años en la CVG que se manifiesta no solo en la dependencia, en ser mero surtidor de materia prima barata y semi-elaborados para los centros de poder industriales del mundo sino en la peor de las corrupciones, entre altos gerentes en concusión con contratistas, proveedores y líderes políticos, y en donde también participaban del botín sindicalistas y una especie de aristocracia obrera que se ha venido consolidando en la zona.
Quizás el sindicalismo mas corrompido y economicista del país, por arriba de las petroleras, lo tenemos en Guayana, claro está con sus honrosas y muy valientes y corajudas excepciones, quienes se acostumbraron a pedir hasta lo imposible, sabiendo que había un papa estado petrolero y una burocracia, que no quería que le enturbiaran los negociados, y siempre les “tiraba algo”.
Toda la cultura anterior subyace en Guayana, con fuerza y amenaza con destruir al control obrero; específicamente en el caso de ALCASA, en donde existe un presidente, nombrado por el mismo Presidente Chávez, y que este lo conoce, quien ha venido impulsando (Con sus fallas, pero lo ha hecho) el control obrero de una forma consecuente, no obstante el sindicato rojo, rojito, mejor dicho una de las fracciones roja, rojita, ha decidido decretar un paro de actividades de hecho, cerrando el portón principal de acceso a la fabrica e impidiendo a los trabajadores ingresar a la misma.
Este paro que es político, aunque esta “barnizado”, con algunas reivindicaciones laborales, que son legitimas y nadie ha negado pagar, porque su objetivo primordial y único es pedir la cabeza del Presidente-Trabajador de la empresa Elio Sayago, amenaza con destruir la experiencia del control obrero o mediatizarla, disminuyéndola o distorsionándola a un control obrero conservador de la cultura de la era de Leopoldo Sucre Figarella, que al final seria más de lo mismo.
Es aquí en donde se requiere la intervención del estado proletario, actuando como represor de esta conducta regresionista, reaccionaria y contra-revolucionaria, así se disfrace de obrero con el sindicato, pero que es solo un disfraz, las fuerzas de la burguesía, el capitalismo dependiente y el imperialismo son sus verdaderos inspiradores y patrocinadores, con todos los vicios de corruptela y malas mañas que ello implica; obligando a la fracción sindical tomista a abrir el portón, permitir el acceso de trabajadores a la factoría y proceder a efectuarle proceso criminal, y administrativo a todos estos autores materiales y seguir en la caza de los autores intelectuales (Las transnacionales y sus factores y representantes comerciales), de esta acción criminal en contra de la pionera del aluminio ALCASA.
LA INTERVENCION DEBE SER DE CHAVEZ DIRECTAMENTE PUESTO QUE LOS MINISTROS HAN DEMOSTRADO COMPLICIDAD EN EL CASO
La parte del estado que debe intervenir, poniendo orden revolucionario en las cosas, directamente es la del ejecutivo en la persona del presidente de la república Hugo Chávez Frías, ya que tanto el Canciller, Nicolás Maduro como el titular del MIBAM, quienes estuvieron el pasado fin de semana en Guayana, y vinieron fue a resolver el caso de VENALUM, que tiene menos tiempo parada, y fueron allí más que todo a resolverle el problema, al más derechista de todos los presidente del control obrero y afecto a ellos, específicamente, y para ALCASA como dijo Héctor Lavoe, “ni para ya miraron”.
El Canciller Maduro y el Ministro Khan, en el caso de ALCASA, no han demostrado la altura que se requiere en un alto funcionario del estado, quien debe ser imparcial y pensar en los sagrados intereses del país, antes que todo, actuaron tendenciosamente, parcialmente y con visión de grupo y muy enanamente, puesto que la fracción que tiene de una forma violenta y con amedrentamiento tomado el portón de ALCASA, es afecto a ellos (O ellos son sus acólitos); y para nadie es un secreto que este poderoso y alto sector del PSUV, quiere revivir la nefasta experiencia de los adecos en los años 60 de conformar una central obrera patronal, oficialista y gobiernera y excluyente de las demás tendencias del movimiento obrero, sobremanera las tendencias marxistas-leninistas y radicales, lo que se llamo la “CTV-Oficialista”, que aunque no sea su intención, pero para allá van, claro está que no lo lograran. Por ahora, pretenden con esta central patronal, oficialista y gobiernera, pero de un gobierno de derecha y no de izquierda como el de Chávez, que quieren imponer a rajatabla (FBT), es cooptar y acaparar al sector obrero dentro del polo patriótico.
Participan de estas acciones, o son cómplices con su apoyo u omisión “desde afuera”, el Gobernador del Estado Bolívar y la Fiscalía, la defensoría del pueblo, el ministerio del trabajo y tribunales regionales y la vice-presidencia del PSUV.
Comandante Chávez, el control obrero de Guayana perece, las fuerzas de la reacción disfrazas de roja y de obrero, lo están apuñaleando, se requiere su intervención como parte del estado socialista para que reprima la conspiración de la burguesía que quiere volver al pasado y empareje las acciones; esa es la función de un estado, en la atapa socialista.
franciscosierracorrales@yahoo.com.ar