En la recientemente culminada visita del Comandante Chávez a Guayana, se presentaron varias situaciones que son de capital importancia analizar dada la coyuntura electoral, esto porque vale la pena ver cuál es la perspectiva que se le abre a la oposición de caras a las elecciones del 07/Oct., cuando tipos como Andrés Velásquez, en su infructuosa aspiración de ser nuevamente gobernador del estado Bolívar, anda brincando en una pata, con el perdón de los cuadrúpedos, pretendiendo hacer ver las acciones de protesta como una oportunidad para capitalizarla a favor de la derecha; en tal sentido veamos:
En primer lugar, los trabajadores conocedores por vivencia de la realidad verdadera en las empresas básicas de Guayana, tanto cuando estas eras del explotador capital privado y ahora, sin desmayar, siendo del estado, han tenido que batallar duro para derrotar las políticas antiobreras que se gestaron, se gestan y pudieran gestarse; de estas luchas ha constado y seguirá constado cualquier cantidad de sacrificios de parte de los proletarios, mientras los propietarios, gerentes o directores, engordan sus patrimonios a costa de la noble naturaleza que proporciona la materia prima y del sudor de hombres y mujeres que a diario se esfuerzan en generar parte de la riqueza patria.
En segundo, cuando el frustrado, cobarde (recuerden elecciones de 1993) y resentido Andrés, se refiere al miedo recuperado por parte de los trabajadores, como siempre, los está subestimando, haciéndolos aparecer como unos bobos, temerosos y sin principios de clase de toda la vida, escondiendo la historia de las frontales luchas obreras contra las mafias sindicaleras y gerenciales, así como gobiernos de ayer y hoy.
En último, la derecha entreguista, piensa y hace creer a sus seguidores, que no son muchos, que los trabajadores, estando en rebeldía contra los malos gerentes de las empresas del estado, significa que igual lo están contra el Presidente Chávez, y de allí, en sus cálculos harían de Radonski, el próximo inquilino de Miraflores. Nada más alejado de la verdad; estos tipos no saben, o se hacen los musiues, que los trabajadores de Guayana, esperarán tranquilos y con los brazos abiertos a que Radonski junto al chiquito Andrés Velásquez, entreguen todas las empresas básicas a las transnacionales gringas y europeas y venga en consecuencia la reducción de las conquistas de las reivindicaciones políticas, económicas y sociales laborales, como actualmente lo hacen los gobiernos español y chileno, con los trabajadores mineros de sus naciones.
Pues no, a estos patéticos personajes, en un supuesto negado de llegar a cargos gubernamentales, los combativos trabajadores guayaneses no esperarán ver los dientes del fascismo hechos gobiernos, ya que, seguramente, desde el primer momento, estarían preparando todas las acciones para insurreccionar a Guayana.
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