Libertad plena para la dirigente de la clase obrera Marcela Máspero

Galletera Carabobo representa en la actualidad el icono de las luchas obreras que se libran, en alta intensidad, en la República Bolivariana de Venezuela. En esa pequeña fábrica que, a lo sumo, reunirá unas doscientas trabajadoras, se ha tomado por la contrarrevolución burocrática en curso, como centro de experimentación de políticas contrarias al sentir manifiesto de lo que, hasta ahora, fue expresión de la Revolución Bolivariana. Los epígonos de Chávez, encumbrados en posiciones de alto gobierno, por decisión de su líder, han optado por poner en marcha una auténtica contrarrevolución burocrática, cuyo fin no es otro, sino perfilar como sustituto de Chávez al actual vicepdte. Nicolás Maduro, cabecilla y líder de esa casta burocrática que, ha secuestrado los principales resortes del aparato de Estado burgués.

Semanas atrás, le tocaba su turno a la clase trabajadora universitaria quien, no se amedrentó ante la amenaza clara de dejar por fuera de la discusión de su contratación colectiva a sus auténticos líderes. Allí, la aristocracia de Fetrauve-Fenastrauv-Fenasinpres, plegada a los dictámenes de su tutora política Tibisay Hung, pretendía aprobar una contratación colectiva elaborada por los abogados de la Opsu y cuyo fin, no era otro, sino la eliminación de importantes conquistas socioeconómicas logradas en sus luchas por la clase trabajadora universitaria, tal es el caso de la Prima de Antigüedad. Esa pretensión solo pudo ser derrotada por la obstinada y consecuente lucha de resistencia dada por ese sector de nuestra clase trabajadora, quienes después de tanto batallar, hoy se encuentran en la mesa de discusión de esa contratación colectiva. Apenas, las y los trabajadores universitarios conquistaban su espacio en la discusión de su contratación colectiva, las y los trabajadores eléctricos iniciaban el reclamo de su derecho a discutir su contratación ya vencida, la burocracia estatal inicia una fuerte campaña de sicariato moral contra la dirigencia de la federación que agrupa a las y los trabajadores eléctricos. Ángel Navas, pudo sentir en carne propia que, tan dura es la burocracia contrarrevolucionaria con quienes se salen del guión que les tienen asignado, de sometimiento a sus dictámenes. Los medios públicos se convirtieron en la pistola de donde salieron los disparos que pretendieron disciplinar a la dirigencia obrera de las y los trabajadores eléctricos.

Hoy, son las y los trabajadores de Galletera Carabobo quienes sienten en carne propia, la dureza con que actúa la contrarrevolución burocrática, encumbrada en la dirección del Estado burgués, con quienes le desafían su pretensión de garantizar la paz laboral a su principal aliado: la burguesía. Allí, la aspiración de esas trabajadoras de poder actualizar sus beneficios socioeconómicos, por la vía de discutir su contratación colectiva, ya vencida; se pretende coartar mediante mecanismos leguleyos propios de la cuarta república. En primera instancia, fue el ministerio del trabajo el ente oficial que intentó denegarle su derecho constitucional a la contratación colectiva, cuando acuden a las medidas que prevé la LOTTT para hacer valer su derecho a huelga, el ministerio retarda esa posibilidad; las 120 horas que prevé se convirtieron en 2.400 horas de paciente espera por parte de las trabajadoras de esa pequeña empresa, para poder convertir su pliego conciliatorio en conflictivo y acudir al mecanismo de la huelga como recurso extremo para obligar al patrono a discutir su convención colectiva ya vencida, desde hace un año. Contra esa combinación, ministerio del trabajo-patrono, fue lo que, en primera instancia se enfrentaron las trabajadoras de Galletera Carabobo hasta que, la patronal acude a una segunda instancia que integra las fuerzas represivas del Estado burgués: los tribunales laborales. Allí, como era de esperar, el Tribunal 4to. Del Trabajo del Estado Carabobo, falló a favor de un grupo de trabajadores y trabajadoras, favorables a la patronal, y en contra de quienes reivindican su derecho a discutir su contratación colectiva. A favor del derecho al trabajo y, en contra al derecho a huelga. A favor del capital y, en contrario al factor trabajo.

Ante tamaña medida, las trabajadoras de Galletera Carabobo no doblegarían su cabeza ante la patronal quien, conseguiría un nuevo aliado en su lucha contra la clase trabajadora. El día de ayer, lunes 4 de diciembre, las trabajadoras de Galletera Carabobo en conjunción con líderes obreros/obreras de la región se concentraron en los portones de la fábrica, en rechazo a la medida tribunalicia que pone en entredicho el derecho constitucional a la huelga. La respuesta, esta vez del Estado venezolano, no pudo ser más violenta. La Guardia Nacional intervino de la manera más brutal contra el centenar de trabajadoras y trabajadores allí concentrados, mujeres arrastrados en el piso por el cabello, disparos de ráfagas de perdigones sobre las cabezas de las y los trabajadores allí concentrados, en defensa de sus derechos laborales, trabajadores ya detenidos y esposados, fueron rociados de gas pimienta, nuevo mecanismo de tortura empleado por ese órgano represivo del Estado burgués, propio de la cuarta república.

Ayer, la patronal de Galletera Carabobo recibía el espaldarazo de un nuevo aliado a sus fines de desconocer no solo el derecho constitucional a discutir su contratación colectiva, sino el derecho, también constitucional, a la huelga. Ahora se le unía, el propio gobierno, quien, en vocería del presidente encargado de la república de venezuela, vicepdte. Nicolás Maduro, mandaba el mensaje claro y oportuno a la patronal, de su acuerdo con las medidas tomadas por los propietarios de Galletera Carabobo. Represión, dilucidación de los conflictos laborales en los tribunales de la república, utilización de la guardia nacional contra el pueblo trabajador, detención y pase a juicio de la dirigencia obrera, sicariato moral de la misma, esa es la receta que nos presenta Nicolás Maduro, como su carta de presentación, en su aspiración de suceder a Chávez en 2019.

Como resultado de los hechos de ayer en Carabobo, fueron detenidos, la dirigente de Únete, Marcela Máspero y los dirigentes regionales de Únete: Julio Polanco, Edgar Jiménez, Roberto Yépez y José Guillen, quienes fueron presentados por la Fiscalía Séptima ante los Tribunales, imputándoseles como presuntos delitos: Obstrucción de la vía pública, destrucción de bienes nacionales (carretera) y agresión a funcionarios públicos (guardia nacional). Presuntos delitos que, la juez de la causa desestimó, aprobando libertad plena para la y los líderes obreros detenidos. La criminalización de la protesta fue una táctica de la patronal que, en la cuarta república, sus gobiernos de AD y Copei avalaron y colocaron en práctica, ante los numerosos conflictos laborales de esa época de nuestra historia que, hoy pareciera revivir la contrarrevolución burocrática en curso.

152 conflictos en curso, presentados en un dossier entregado a la ministra del trabajo, María Cristina Iglesias y a la Almiranta Carmen Meléndez, de gestión y eficiencia. Si el presidente encargado de la república de venezuela, vicepdte. Nicolás Maduro, considera que la política por él implementada en Galletera Carabobo, hará decaer las luchas en curso, estimamos se equivoca, la clase trabajadora no se doblegará ante los dictámenes de la contrarrevolución burocrática ni, mucho menos, contra el “paquetico” neoliberal ya anunciado por Giordani para 2013. Revolución o nada. La clase trabajadora se respeta. La contrarrevolución burocrática no pasará!!!

henryesc@yahoo.es


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Henry Escalante


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