Sr. Presidente Nicolás Maduro, en agosto pasado a través de este prestigioso portal, alertamos a Usted los inconvenientes de centralizar la prueba PCR en Caracas y todas las consecuencias negativas que eso podría conllevar y ha conllevado; ya aquellas fueron dichas y desgraciadamente el tiempo no ha hecho más que demostrarlas.
Pero hoy nuestra solicitud es mucho más grave y necesaria para el presente y futuro de nuestros trabajadores de la salud y sus pacientes, se hace impostergable continuar la vacunación del personal de salud que no alcanzó a ser beneficiado con esa protección a través de la vacuna Sputnik; esta pausa, negativa en su alcance, la entendemos como una decisión central y no de nuestras autoridades regionales. En nuestro caso particular desde la última semana de febrero, no se ha continuado la vacunación del personal del hospital donde trabajo, y disculpe que priorice nuestro caso: el Centro Docente Cardiológico Bolivariano Aragua, conocido como el Cardiológico de Maracay, pero su característica y nivel de especialización lo obliga.
En febrero pudieron ser vacunados 40 trabajadores pero pasan de 200 los que aún faltan por vacunar, y en este mes de marzo ningún otro trabajador ha podido recibirla. Médicos jóvenes, enfermeras, obreros a riesgo continúan laborando sin esa protección.
Le insisto en nuestra situación, la cual es mucho más grave porque atendemos una población adulta mayor, precisamente la que con más frecuencia presenta enfermedad cardiovascular y diabetes, y que por lo tanto la hace mucho más sensible a la muerte por la pandemia. Esa característica se traduce en prioridad, aquí y en cualquier lugar del mundo. Estos centros, como el nuestro, que atienden principalmente ancianos, son una realidad primordial para tomar acciones. Por tal motivo, Sr Presidente, nos vemos obligados a alertar por este medio el inminente peligro que corren nuestros pacientes por no ser considerado nuestro centro en la primera línea de la vacunación a su personal, no solo porque ellos se puedan infectar sino porque ellos también puedan infectar a sus pacientes de tan altísimo riesgo.
Vemos con ánimo y optimismo la vacunación al personal docente y maestros de nuestras instituciones educativas pero nunca puede ser prioritaria a la de los trabajadores de la salud.
Estamos en público conocimiento desde el 2 de marzo de 2021 de la disponibilidad de la vacuna procedente de la República de China: Sinopharm, y no entendemos porque se mantiene está larga pausa en la vacunación de nuestro centro, y quizás de muchos otros centros de salud en el país.
Hacemos de nuevo un llamado al compromiso que usted ha prestado a la pandemia para que de inmediato corrija este grave error en la estrategia central y nacional de vacunación.
El COVID19 nos ha hecho arrastrar tristes experiencias y no debe el silencio cobijarlas.
Atentamente
Carlos Espino
Doctor en Salud Pública.
cespino58@gmail.com